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La situación macroeconómica general presenta a las empresas diatribas importantes, que un tejido económico marcado por la presencia mayoritaria de pequeñas y medianas empresas vive con inquietud, pero con esfuerzo. Sobre sus retos, oportunidades y desafíos versó el Foro Perspectivas Empresariales, organizado por El Norte ... de Castilla y Banco Santander, y que reunió a las principales organizaciones que aglutinan a los empresarios de Castilla y León
Uno de los intervinientes en la mesa redonda de la jornada fue Santiago Aparicio, presidente de CEOE Castilla y León, que fijó dos retos como «estratégicos y prioritarios»: la digitalización y la consecución de talento. El primer aspecto está en boga en la actualidad, debido a la aparición de elementos disruptivos, si bien se trata de algo más que una moda; es «algo por lo que hay que apostar para no tener complicaciones para subsistir», afirmó Aparicio. La concienciación respecto a esto avanza, aunque aún con un desconocimiento importante de las herramientas necesarias para ello, que cifró en un 34% de empresarios que no saben cuál es la tecnología que requieren para hacer más competitivo su negocio. «Hay que ayudar a esas empresas a que se definan y sepan qué capacidades pueden tener», abogó por hacer.
El talento, entretanto, es el gato al que poner el cascabel, algo que el tejido empresarial solicita con frecuencia que se haga y que no siempre encuentra la sintonía de los estamentos responsables de la formación, como lamentarían los distintos intervinientes. «Llevamos mucho tiempo hablando de que la formación debe ser potenciada. Castilla y León tiene la ventaja competitiva de que los informes Pisa le son muy favorables incluso internacionalmente, pero habría que hacer una reforma, desde la educación básica hasta las universidades, pasando por la Formación Profesional», reflexionó Santiago Aparicio, creyendo que, de ese modo, la formación estaría más cerca de las necesidades de las empresas y la competitividad y la productividad aumentarían.
Junto a estas necesidades, conforme el debate avanzó, surgieron otras, todas compartidas por los contertulios. Pedro Palomo, presidente de Empresa Familiar de Castilla y León, fue el primero en poner de manifiesto la problemática existente alrededor de la burocracia, «un lastre para la actividad empresarial». Siempre poniendo por delante el respeto a las leyes y al Estado democrático y de derecho, Palomo explicó que la fundación que preside apuesta «por la simplificación administrativa», habida cuenta de que «cada vez es más difícil realizar las actividades del día a día» por la obligación de tener que ajustarse a los diferentes ordenamientos. «Hace unos meses presentamos una batería de medidas para esta simplificación, como la búsqueda de la sustitución del permiso expreso por una declaración responsable o por un silencio positivo», explicó, y prosiguió: «No puede ser que las empresas estén un año paradas porque no tengan la aprobación administrativa. Los mismos plazos que tenemos nosotros los debería tener la administración para pronunciarse».
En una línea semejante se manifestó Antonio Miguel Méndez Pozo, presidente de las Cámaras de Comercio de Castilla y León, quien, por un lado, destacó que «en nuestra comunidad el gobierno funciona» en materia de legislación, pero, por otro, lamentó que «otros se pongan a escribir y luego lo que escriben se publique en el BOE», dando lugar a «soluciones preocupantes, demagógicas y populistas, que van a traer consecuencias». A las ya puestas sobre la mesa, Méndez Pozo añadió otras variables que afectan a las pymes y a los autónomos, como son las infraestructuras, y más en una comunidad con la extensión de Castilla y León, que juegan en contra de la logística, o la inseguridad jurídica fruto de la inestabilidad política y de desigualdades entre territorios fomentadas por ciertos pactos, algo a lo que aludió también, con tono crítico, Santiago Aparicio: «Hay señoritos que están fuera de España, autoexiliados, que nos imponen normas. Ese es otro problema que tenemos, y que genera desconfianza a la hora de invertir. Los empresarios pedimos seguridad jurídica, estabilidad regulatoria y calidad de la norma; que sea muy concreta, que esté muy bien definida y limite las interpretaciones».
Los responsables de las diferentes organizaciones empresariales reseñaron otras cuestiones que suponen impedimentos, como las múltiples revisiones fiscales que cada empresa pasa, al contrario de lo que sucede en otras comunidades. Por el contrario, destacaron también la «muy beneficiosa» colaboración público-privada que se lleva a cabo en Castilla y León, donde la sucesión empresarial de las compañías familiares se ha visto beneficiada por el marco normativo regional, como reseñó Pedro Palomo. «Muchas veces las empresas piensan en la gestión propia del día a día, sin pensar en los planes de sucesión, pero en Castilla y León se están haciendo verdaderos esfuerzos para que los negocios puedan continuar», afirmó el presidente de Empresa Familiar, que trabaja en mejorar esta durabilidad con otras organizaciones, además de en mejorar su competitividad aprovechando planes como el de crecimiento empresarial de la Junta de Castilla y León, «que está dando frutos y permitiendo a las empresas ganar tamaño».
La cercanía con las administraciones la reafirmó Antonio Miguel Méndez Pozo, que destacó la «cercanía existente entre todas las consejerías» con las Cámaras de Comercio de la comunidad, por ejemplo, como órgano consultivo de la administración a la hora de hacer llegar las necesidades puestas sobre la mesa en el foro, así como las sinergias que existen con los demás agentes participantes en él. Aunque las relaciones son positivas, como quedó en evidencia con el intercambio de elogios, CEOE Castilla y León, a través de Santiago Aparicio, realizó alguna que otra petición aprovechando la presencia de Carlos Fernández Carriedo, consejero de Economía, como el deseo de que el impuesta de patrimonio «desaparezca, porque estamos en desventaja respecto a comunidades autónomas que no lo tienen». No se trata de un capricho, sino de una supresión o reducción que se convertiría en incentivo, como el mismo Aparicio ponderó: «Se podría ir diluyendo y que se quedase en un porcentaje mínimo. Ello redundaría en una mayor recaudación a través de otras vías e impuestos».
Con todo, la sensación general que dejó la mesa redonda del Foro Perspectivas Empresariales es que «estamos en una comunidad en la que las cosas están funcionando bien», aunque, como siempre, todo sea susceptible de mejora. Así lo reconocieron los tres ponentes a la hora de hablar de la patata caliente de la Formación Profesional, entre otros aspectos, cuyo índice de empleabilidad, como resaltó Pedro Palomo, «es cercano al 100%». Tanto en su opinión, como en la de sus compañeros, la potencialidad de Castilla y León se mantiene, en buena medida, gracias a sus empresas; a las grandes, las medianas y las pequeñas, unidas muchas de ellas a un apellido, aunque no solo. Como simplificó Antonio Miguel Méndez Pozo, presidente de las Cámaras de Comercio de la región, «en nuestras casas necesitamos seguridad, porque cuando hay incertidumbre en los hogares y en las empresas, eso tiene influencia en nuestro día a día», si bien conviene «dar tranquilidad» incluso cuando se atraviesan momentos complicados. En su opinión, «el mundo de la empresa está respondiendo maravillosamente bien a los retos que se encuentra a diario, saltando con pértiga los obstáculos que se encuentra, a pesar de los nubarrones y de caminar con el paraguas abierto». Así, quiso Méndez Pozo quiso ser optimista, a sabiendas de que, como todos acertaron a decir, «en los picos y en los valles», los empresarios son imprescindibles para la prosperidad de la región.
Carlos Fernández Carriedo, consejero de Economía de la Junta de Castilla y León, se mantuvo bien atento durante toda la jornada a las peticiones de los empresarios. Así lo reconoció en la clausura del foro, en la que recordó que nuestra comunidad encadena «cuatro rebajas fiscales consecutivas» y anunció que la más próxima «no será la última». «Nos pedís impuestos y cotizaciones más bajas y desde el 2021 así lo estamos haciendo. Iremos teniendo una fiscalidad adaptada al crecimiento y a la creación de puestos de trabajo, siempre al ritmo que podemos hacerlo para que los servicios públicos sean sostenibles», indicó. El consejero agradeció «el espíritu crítico» mostrado por los intervinientes en la mesa redonda y presumió de la «relación continua» que existe entre Junta y empresarios, que permite un clima de convivencia que favorece a la región. «En un momento en el que lo cómodo es hablar mal de vosotros, en Castilla y León os consideramos protagonistas del progreso de nuestra comunidad y de haber sido la primera en crecimiento del PIB por habitante» indicó Fernández Carriedo, sensible con las demandas «de una estabilidad económica y política, de agilizar los trámites administrativos y de trabajar en la retención y captación de talento», algunas de las necesidades que la Junta percibe también que existen, y sobre las que ha desarrollado diferentes líneas de trabajo. «En los mercados se reconoce a Castilla y León y se reconoce lo que vosotros hacéis, por eso exportamos más de lo que importamos», compiló el consejero, que considera que «el éxito de las empresas de la comunidad es el éxito de Castilla y León».
Javier Martín Clavo, director territorial de Banco Santander, abrió la jornada agradeciendo a las empresas de Castilla y León su labor y su resiliencia «en los momentos más difíciles, en los que impulsan nuestra sociedad y son capaces de moverla con ese espíritu de lucha». Martín Clavo afirmó sentirse «orgulloso de ellas, pues son capaces de innovar, de adaptarse a los cambios, de ofrecer productos y servicios nuevos, de abrir nuevos mercados…»; en definitiva, de ser «activos importantes de la 'marca España' y parte fundamental del tejido productivo de nuestro país». Todo ello pese a los riesgos geopolíticos, a pesar de los que se prevé que 2024 sea un año de crecimiento, y pese de la incertidumbre generada alrededor, por ejemplo, por los tipos de interés, cuya tendencia de desaceleración, junto a la «fuerte actividad registrada en muchos sectores», alienta al optimismo. El director territorial de Banco Santander habló de la «perspectiva de crecimiento» basándose en «los niveles más altos de la historia y en un sector privado saneado», si bien insistió en que la necesidad de transformar el tejido empresarial «va a requerir de inversiones públicas y privadas». En este sentido, Javier Martín Clavo señaló que poner el foco en la empresa está en su ADN. «En Banco Santander somos líderes en el sector de las empresas y queremos seguir siéndolo», afirmó, fijando entre sus objetivos el colaborar en el acceso a los fondos europeos, a los que definió como «una ocasión fantástica e histórica para el doble objetivo de la transformación de las empresas y su digitalización». «Nuestro compromiso es ayudaros a recorrer este camino, porque el empleo, el crecimiento y el futuro depende de vosotros», interpeló a los presentes.
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