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Manifestación bajo el lema 'Se acabó. Bajemos los alquileres', el 13 de octubre en Madrid. Europa Press
Crece el empleo, brilla el PIB y se complica el acceso a la vivienda
Así fue 2024

Crece el empleo, brilla el PIB y se complica el acceso a la vivienda

Mientras el mercado laboral registra cifras de récord –que aflojan pero no remiten– y España lidera el crecimiento en la Eurozona, el mercado inmobiliario emerge como gran problema del año... y del futuro inmediato

Martes, 31 de diciembre 2024, 08:28

Un año más, la macroeconomía bien, gracias; mientras que la micro... no tanto. En 2024 esto se ha traducido en una sostenida recuperación del mercado laboral hasta alcanzar unos niveles de paro (a la baja)y de empleo (al alza) a la altura de los mejores registros históricos de los años de comienzos de siglo/milenio. A la vez, el avance de la economía medido en términos de Producto Interior Bruto (PIB) ha sorprendido a propios y extraños y situado a España durante buena parte del ejercicio a la cabeza del crecimiento de los países del entorno. Estas buenas noticias han tenido su revés cuando se baja a pie de calle. La evolución de los sueldos no ha ido pareja ni ha dado tantas alegrías y si bien la inflación ha dado un respiro con respecto a la disparatada escalada del año previo, el lastre del acumulado pesa demasiado. Especial protagonismo ha cobrado en 2024 el problema del acceso a la vivienda.

Este se ve afectado por diversos factores de impacto. Por un lado, los elevados precios de las materias primas ha encarecido los precios de las nuevas construcciones. En España, mientras y como es sabido, la promoción, oferta y/o existencia de vivienda social es algo entre nulo e inexistente. También han seguido una senda alcista los precios de los alquileres; que en este caso se explican por una escasez de oferta debida a una combinación de factores. Por un lado, las regulaciones introducidas por el Gobierno (topes a las subidas anuales, limitaciones a los grandes tenedores, protección contra desahucios...) no han servido para dinamizar el mercado y, por otro, al calor del 'boom' del turismo un gran número de viviendas han sido sacadas de la bolsa de oferta de alquiler para ser destinadas a alojamientos de temporada, mucho más rentables entre otras razones por sus ventajas fiscales.

En el apartado del empleo, sirva lo sucedido después del verano para aportar una idea de cómo ha ido el año. En los meses de julio a septiembre, la Encuesta de Población Activa ponía de manifiesto algo así como un 'no del todo bien pero tampoco en absoluto mal'. Síntomas de ralentización pero sin signos de marcha atrás. El empleo marcó en verano máximos históricos, si bien a un ritmo inferior al de años atrás y al de los primeros seis meses de 2024.

Después llegó octubre y, en los datos de paro registrado y afiliación, sucedió algo parecido: se crearon puestos como para lograr el segundo mejor dato de la historia;y el paro experimentó el menor aumento en casi veinte años (excluida la pandemia). Así las cosas, la Seguridad Social vuelve a lucir cifras por encima de los 21 millones de afiliados, niveles de récord en la serie histórica.

A la vez, el pasado 15 de noviembre, Bruselas revisaba al alza las previsiones de crecimiento económico de España hasta el 3%, nueve décimas por encima que lo que calculaba en primavera. La Comisión Europea mejoraba incluso los cálculos del Gobierno para 2024 y, además, señalaba que España tiene pinta de poder crecer otro 2,3% en 2025, más del doble de lo que prevé que lo haga la media de la eurozona.

Todo eran buenas noticias en este sentido. Hasta el punto de que el comisario de Economía apuntaba que, aunque la catástrofe de Valencia tendrá un impacto macroeconómico difícil de calcular, «la realidad es que los costes de la reconstrucción tendrán un impacto económico positivo».

La vivienda, con todo, ha emergido este año como un potencial barril explosivo. El 13 de octubre, decenas de miles de personas se manifestaban en Madrid, en una protesta que ha tenido réplicas en otras ciudades de España. El autodenominado Sindicato de Inquilinas ha llegado a amenazar con una «huelga en el pago de alquileres» para llamar la atención sobre el hecho de que los jóvenes tienen cada vez más difícil el acceso a una casa, tanto en alquiler como en propiedad, algo de repercusiones dramáticas a nivel social, ya que ni siquiera con trabajo pueden independizarse.

El Gobierno, en busca de un golpe de efecto de dudoso efecto, recurrió in extremis a la renovación del bono joven de alquiler y volvió a poner sobre la mesa promesas –tan recurrentes como recurrentemente incumplidas– de incentivar la vivienda social para intentar aplacar unas protestas que se le han metido hasta el Consejo de Ministros a través de los socios de Sumar.

Suplemento Así fue 2024

Esta pieza forma parte del suplemento especial Así fue 2024 que se publica el 31 de diciembre de 2024 en la edición digital y se entrega junto a la edición impresa de El Norte de Castilla. En él se hace un repaso a las informaciones que marcaron el año que termina ahora tanto a nivel local como nacional e internacional. También se repasa lo que dieron de sí el mundo del deporte y el de la cultura.

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