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Marcha lenta de camiones en Valencia durante la huelga del transporte en marzo. EFE

La bonificación al combustible, un hito anticrisis

La huelga de los transportistas en marzo provocó la medida estrella de los planes del Gobierno

Jaime Rojas

Valladolid

Sábado, 31 de diciembre 2022, 00:43

La crisis económica incipiente a finales de 2021 con la subida de la inflación se hizo realidad por el impacto de la guerra en Ucrania que comenzó a finales de febrero. El Gobierno en su intento de mitigar las consecuencias, tras el alza experimentada por ... el petróleo y el aumento continuado de la luz, aprobó un plan de choque los últimos días de marzo basado fundamentalmente en ayudas y no en las rebajas de impuestos como le pedían desde la oposición.

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El plan entró en vigor el 1 de abril y su medida estrella fue la bonificación de 20 céntimos por litro de combustible, 15 céntimos del Estado y 5 de las empresas. Los conductores han podido comprobarlo los últimos tres trimestres del año desde el momento en el que pagaban su suministro en la gasolinera, porque el descuento consta en el 'ticket'.

El Gobierno se vio obligado a aplicar la bonificación a todos los ciudadanos al reparar que era técnicamente imposible establecerla en función de la renta de cada conductor y dependiendo de su situación económica, como había llegado a declarar. El descuento ha tenido un coste para el Estado de 425 millones de euros al mes, lo que ha supuesto 5.100 millones hasta hoy, 31 de diciembre. La idea del Ejecutivo es no prorrogar la ayuda 'urbi et orbe', sino limitarla a los profesionales del transporte a partir de mañana, 1 de enero de 2023.

Para que se produjera esta bonificación al combustible, inédita en la historia económica reciente, fue necesaria una huelga de transporte que comenzó 15 días antes de que el Gobierno aprobará el decreto con las medidas de choque. Una asociación minoritaria de transportistas por carretera desafió al Ejecutivo, que despreció a los huelguistas, que pedían que se regulara no trabajar a pérdidas, con calificativos como «ultras» y negándoles el diálogo. La huelga se extendió durante tres semanas y consiguió generar problemas de abastecimiento. El paro se reprodujo en noviembre, pero esta vez ya no fue ni mayoritario ni provocó consecuencias.

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El descuento en el combustible fue la medida que más impactó en los ciudadanos, pero hubo otras en los planes diseñados por el Gobierno, como el límite a la revisión de alquileres, el bono social eléctrico o la gratuidad en los trenes de cercanía que sirvieron para al menos suavizar la crisis.

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