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«La musicoterapia no es un concierto, ni una canción. Nuestros objetivos no son musicales», aclara Natalia Palencia, musicoterapeuta. Se trata de usar la música y sus elementos con objetivos terapéuticos y «en el caso de los cuidados paliativos, los objetivos son emocionales, espirituales o relacionados con lo cognitivo», aclara la coordinadora del proyecto propuesto por la Asociación para el Desarrollo de los Cuidados Paliativos y Tratamiento del Dolor en Castilla y León.
Esta iniciativa brinda sesiones de musicoterapia a personas en la última fase de su vida y sus familias asociados al programa EAPS, equipos de atención psicosocial, que se implantó por primera vez en Salamanca en el año 2010. Desde entonces y gracias al impulso de Fundación 'la Caixa', a través de las Convocatorias de Proyectos Sociales, se ha ido poniendo en marcha en otras provincias como es el caso de Burgos, Valladolid, Zamora, Palencia y Ávila.
Las sesiones están dirigidas por musicoterapeutas cualificados. «Tiene que ser alguien que esté especializado», puntualiza Natalia. Se centran en la utilización de la música para estimular la producción de sustancias químicas que generan relajación y bienestar en el organismo. «Hacemos intervenciones tanto en hospital como en domicilio si se requiere», apunta.
En esta línea, se trabajan acciones como las historias de vida para que el paciente pueda narrar las partes más importantes a través de canciones o experiencias musicales. «Son pacientes que llevan procesos largos de enfermedad y es importante hacer una recapitulación de las experiencias vividas y darle un sentido. Ese viaje puede hacerse a través de las canciones», explica Natalia Palencia.
La musicoterapia busca mejorar la calidad de vida del paciente, facilitar la comunicación interpersonal e intrapersonal y fortalecer el vínculo con los familiares. «Muchas veces se conectan a través de canciones que cantamos. No solo hablamos del repertorio sino que luego lo ejecutamos. Se trata de encontrar la identidad sonora de nuestros pacientes», indica. Para lograrlo, se utilizan recursos como la relajación estructurada y el trabajo con canciones conocidas, permitiendo que el paciente utilice la voz como medio de expresión emocional.
Red de musicoterapia
Desde febrero se ha implantado en Palencia, Zamora y Ávila. «Queremos crear una red de musicoterapia en Castilla y León». A través de la adaptación de la escala Edmonton Symptom Assessment System (ESAS), empleada en la valoración sintomática de pacientes paliativos, han constatado «mejoras tangibles». En esta prueba se incluyen diferentes ítems para medir síntomas concretos como el dolor o también relajación, nerviosismo y el estado general del paciente, «vemos que objetivamente se puede comprobar su mejoría», indica. La conexión con la identidad del paciente «nos parece importantísima porque es muy necesario que una persona al final de su vida pueda cerrar con paz y con serenidad».
Las sesiones de musicoterapia «tienen evidencia científica» y una duración que varía entre los 15 y los 60 minutos durante dos días a la semana. Además de las canciones se llevan a cabo otro tipo de técnicas de relajación y visualización. «Yo soy violinista y utilizo este instrumento para musicoterapia receptiva», comenta. En función de la patología y la condición del paciente se introducen acciones con instrumentos de pequeña percusión para facilitar la movilidad de articulaciones. «Los abordajes son personalizados».
El primer contacto con los pacientes y sus familiares tiene lugar en los hospitales y «es totalmente voluntario. Así que vamos paseando por las habitaciones, nos presentamos y también explicamos en qué consisten estas sesiones». En esta línea, se ofrece un espacio de respiro a los familiares y también la participación de las sesiones a través de la composición de canciones, musicalizar un texto o cambiar la letra de una canción «para expresar aquello que tenemos dentro. Hay muchas herramientas dependiendo de la persona y el momento. Y estas acciones las trabajamos también con familiares». Se habilita un espacio para poder trabajar con privacidad con las familias.
Cuidados paliativos
La Asociación para el Desarrollo de los Cuidados Paliativos y tratamiento del Dolor se creó en Salamanca en el Hospital de los Montalvos. En 2008 se puso en marcha el programa de atención integral a personas avanzadas y sus familias de la Fundación 'la Caixa'. Con la presentación de la ACPD a esta convocatoria pudo contratar dos psicólogos y una trabajadora social para dar soporte a la Unidad de Cuidados Paliativos. Desde entonces, el programa se fue ampliando a otras provincias como Burgos y en 2018 se incorporaron Zamora, Ávila y Valladolid.
A lo largo de 2023, la ampliación del programa se llevó a cabo en todas las áreas de salud de Castilla y León con la dotación de psicólogos y trabajadores sociales que trabajan en las unidades de cuidados paliativos. Asimismo, desarrollan en Salamanca el programa de 'Final de vida y soledad' para paliar el sentimiento de soledad no deseada de personas con enfermedades avanzadas en domicilios.
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