Detener la transmisión intergeneracional de la pobreza
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FUNDACIÓN LA CAIXA ·
Programa 'Educación de calle', en los barrios Caamaño-Las Viudas y Pajarillos Bajos con un acompañamiento integral desde los entornos sociales y educativos«El proyecto surge a raíz de las necesidades que detectamos en estos barrios», explica Carlos Sansegundo, coordinador del programa de Infancia Juventud y Familia de Cáritas Valladolid, en el que se incluye la iniciativa 'Proyecto Educación de Calle'. En 2013 comenzaron a dar forma a este proyecto que, con el paso de los años, se ha ido consolidando. «Hemos notado un avance desde que comenzamos hasta hoy. Especialmente lo notamos en la participación de los chicos con los que nadie trabajaba porque a partir de los 12 o 16 años es complicado».
El esfuerzo en la implementación de actividades sostenidas en el tiempo está dando resultados: «Ha habido chicos que han hecho cursos de formación, han puesto negocios y están trabajando. Eso es fundamental para que se conviertan en referentes para otros chavales. El hecho de que puedan trabajar y mantenerse y no depender de ayudas».
El programa 'Educación de calle' ha recibido el impulso de Fundación 'la Caixa' a través de las Convocatorias de Proyectos Sociales. Se desarrolla en los barrios de Caamaño-Las Viudas y Pajarillos Bajos (Valladolid) y aborda la creciente desigualdad socioeducativa que se ha acrecentado con la pandemia y las crisis asociadas.
Desde Cáritas Valladolid se focalizaron dos de los barrios con más necesidades de la capital para ofrecer apoyo a los niños y jóvenes de estas zonas. «El objetivo central es detener la transmisión intergeneracional de la pobreza. Hay que poner freno a la pobreza heredada y endémica», incide Carlos Sansegundo. Romper con la pobreza crónica se trabaja con la promoción del desarrollo positivo y la inclusión comunitaria. Una misión de largo recorrido que ha ido evolucionando en los últimos años; «se hace un acompañamiento personal, integral y transformador desde sus propios entornos sociales, educativos y familiares», señala.
La independencia económica y un trabajo digno «son importantes para lograr un efecto multiplicador y que tengan opciones y salidas de futuro». Con esta iniciativa y la participación de jóvenes de distintas nacionalidades. «Hay gente que no ve con buenos ojos la interculturalidad, pero los chicos no manifiestan estas diferencias. Creo que es una de las cosas más bonitas de este proyecto», comenta. Y añade: «Vemos que tienen un punto de vista común y eso me parece muy necesario», destaca.
Trabajo de los voluntarios
El trabajo de los voluntarios y el apoyo escolar «han sido fundamentales para muchos de los que estaban desmotivados y ni siquiera se planteaban estudiar». En este sentido, agradece el papel del voluntariado, profesores jubilados de universidad, institutos y colegios y gente joven con estudios, que también participan, «es fundamental porque, si no, no podríamos atender a los casi 300 chicos y chicas con los trabajamos».
El programa 'Educación de calle' está dirigido jóvenes de entre 12 y 30 años, de distintas culturas y nacionalidades, menores en situación de riesgo y exclusión social y minorías étnicas. Para Carlos Sansegundo, en el programa de Infancia y Familia, en el que se enmarca esta iniciativa, y que cumple 50 años de vida, «es muy necesario el conocimiento del contexto para poder organizar actividades que partan de su centro de interés y que sean sostenidas en el tiempo».
Para la igualdad
Promover la convivencia ciudadana y la cohesión social, aumentar las competencias académicas y digitales, mejorar la capacidad de gestión emocional y acompañar a las familias como ejes de la acción socioeducativa son las cuatro columnas sobre las que se apoya el Programa de Infancia para organizar un plan de actividades en línea con las necesidades de estos barrios.
En cuanto a la 'Educación de calle', «intentamos detectar posibles grupos de riesgo; en las parroquias tenemos grupos de jóvenes donde trabajamos el desarrollo personal y la sensibilización».
Asimismo, hay organizadas diversas actividades de tiempo libre con dinámicas de grupo para trabajar valores de igualdad, interculturalidad, convivencia, de género, de responsabilidad ambiental y de hábitos saludables. En el área deportiva, se apoyan en el fútbol sala. «Tenemos varios clubs de la zona de Las Viudas. Hemos tenido cuatro, algunos muy conocidos como el de Santo Toribio».
El refuerzo académico con apoyo escolar en las parroquias atiende, desde Primaria hasta Bachillerato, «explicaciones y resolución de dudas sobre el tema de escolaridad». A partir de los 16 años, al finalizar la Secundaria Obligatoria, detectan un punto de inflexión: «Nosotros seguimos con un acompañamiento para que puedan acceder a cursos y logren tener empleo digno», apunta. Para «muchos el idioma es una barrera» y «los cursos de español, sobre todo para la población marroquí, son muy demandados».
Por otro lado, el programa de Infancia de Infancia Juventud y Familia de Cáritas Valladolid recoge la atención psicológica y emocional tanto para los chicos como para sus familias. Sansegundo tiene claro que «Hay que trabajar con las familias, los centros educativos y el barrio, colocarlos en el centro. Sino solo estaríamos parcheando sin lograr el objetivo de frenar la transmisión intergeneracional de la pobreza».
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