La cuarta edición de Cajamar WeFood, el foro de carácter nacional sobre tendencias alimentarias futuras, que ha tenido lugar este jueves, 7 de noviembre, en Valladolid, se centró en dar respuesta al reto de alimentar a una población mundial creciente y atender a unos consumidores más exigentes cada día. El foro ha sido organizado por Cajamar en colaboración con Vitartis, ITACYL y CARTIF.
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La primera de las mesas redondas, 'La respuesta de la industria a la demanda del consumidor', expuso las tendencias y criterios de compra de los clientes, pero también el reto que afrontan las empresas en el ámbito de la investación para mantener su competitividad. En este sentido, Javier Fontecha Alonso, investigador científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL), dejó claro que «desde la investigación trabajamos en el aprovechamiento de los subproductos», aseguró que «no es un gasto es una inversión. Un país por pobre que sea no puede dejar de invertir en investigación porque los resultados son un bien para todos», dijo, y adelantó en cuanto a las tendencias actuales que «las perspectivas de la investigación alimentaria van dirigidas a la salud y los grupos poblacionales con patologías. Se trata de lograr un envejecimiento añadiendo calidad».
La directora de I+D+i en Dulces y Conservas Helios, Marisa Sanz Buenhombre, subrayó la importancia de comunicar: «El consumidor valora que las empresas se comprometan con el cultivo de cercanía que aporta sabor» y adelantó a los presentes que junto a Itacyl y Cartif comienzan un «proyecto ambicioso con el que queremos funcionalizar nuestros alimentos y hacerlos más saludables».
Por su parte, Eva Bruna García, investigadora en el departamento I+D+i de Cárnicas Joselito SA, recordó que «no todo el producto cárnico es igual. Es importante llegar al consumidor y explicar que el sobrecoste sí merece la pena. Uno de nuestros pilares es la sostenibilidad y el mantenimiento del entorno de la Dehesa donde están nuestros cerdos». En cuanto a las tendencias de consumo mencionó los productos listos para comer y citó la mayor demanda de los alimentos 'listos para comer'.
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Y el director general científico de Natac, José Carlos Quintela, comentó que «hay una tendencia en la industria hacia la personalización, pero también está presente la sostenibilidad» y afirmó que «la innovación de la sostenibilidad no tiene por qué ser más cara», una idea con la que no todos estuvieron de acuerdo.
El director territorial de Cajamar, José Antonio Benavides, presentó el foro recordando que «el puchero de la abuela se queda atrás» con la aparición de las diferentes gamas de alimentos: «La quinta con un golpe de calor está en la mesa» y, a continuación, el director de Innovación y Desarrollo Agroalimentario de Cajamar, Manuel Lainez Andrés, apuntó que «el futuro del sector pasa por la incorporación de herramientas de innovación y automatización».
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La clausura del encuentro Cajamar WeFood corrió a cargo de María González Corral, consejera de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla y León, a la que presentó Jesús Angel Acebes Palenzuela, director de Negocio de la territorial Norte de Cajamar, tras dirigir unas palabras a los asistentes al encuentro. «Hemos hablado de aspectos importantes para el sector de la industria agroalimentaria como la innovación, la sostenibilidad y la digitalización, pero hay también otras palancas de futuro, como el relevo generacional, que abordaremos en futuros encuentros», señaló.
Por su parte, la consejera de Agricultura habló sobre el peso del sector de la agroalimentación en Castilla y León, de los desafíos que afronta y de la contribución del Gobierno autonómico para impulsar lo a través del 'Plan de Industria agroalimentaria 24-28' que se presentará la próxima semana y que aborda la incorporación de los jóvenes a estas áreas como uno de los retos sobre los que trabajar.
Asimismo, apuntó: «Hay que hacer explotaciones productivas eficientes y competitivas y para dar respuesta a esas preocupaciones ha sido importante esta jornada».
A continuación, puso en valor las producciones de productos como queso, cereales, leche, carnes y vinos, entre otros, que se producen en la región y destacó el rol del Itacyl a través del cual «la Junta trabaja codo con codo con agricultores, ganaderos y productores en favor de un mayor rendimiento, calidad y logro de procesos más eficientes en la transformación de las materias primas». En esta línea, mencionó el trabajo a través de la plataforma de dinamización agroalimentaria con un plan de acción distribuido en siete áreas y también del Sistema de Conocimiento e Innovación en Agricultura (SCIA), AKIS por sus siglas en inglés, para generar conocimientos que se utilizan en la agricultura y los ámbitos relacionados.
«Flexibilizar el acceso a las pymes dentro de los proyectos consorciados» es la petición que lanzó José Antonio Moreno Muñoz, responsable de investigación básica en Laboratorio Ordesa, durante su intervención en la segunda de las mesas del foro, titulada 'Nuevos formatos de alimentos y nuevas tecnologías de procesado'. Le acompañó Cristina Rueda, directora de innovación de Huercasa y responsable de Cocina de Ideas, que lamentó el bajo consumo de frutas y verduras de los jóvenes. Sin embargo, en términos globales este sector afronta un reto importante en el campo a nivel de producción. «Tenemos tecnología de precisión que hay que poner en marcha y a nivel de industria el foco está en los recursos de combustible y de agua».
De la moderación de la segunda de las mesas se encargó Miguel Ángel Domene Ruiz, de la Estación Experimental Cajamar, quien previamente dio paso a la intervención telemática de Víctor Escribano, biólogo investigador en insecticultura en Proteinsecta, para hablar del cultivo y consumo de los insectos. «Todavía hay largo camino que recorrer y barreras que superar en términos de legislación y culturales que son complicados». También habló online Mónica Flores Llovera, investigadora científica del CSIC y vicedirectora técnica del IATA, sobre otras vías de producción de alimentos cárnicos, «que en ningún caso sustituyen al producto cárnico tradicional».
La revolución tecnológica aterrizada al sector de la agroalimentación centró el debate de la tercera mesa redonda del Cajamar WeFood, que se presentó con el título 'Digitalización y automatización en la industria alimentaria. Eficiencia y Sostenibilidad'. El debate sirvió para poner sobre la mesa las inquietudes del sector y compartir las líneas de trabajo actuales y futuras de las empresas representadas en este coloquio.
Óscar Paz Julio, director de Operaciones de Prosol, aseguró estar «pendiente de lo que viene con la IA y la digitalización», reconoció la incorporación de herramientas como el Chat GPT y Copilot para agilizar la toma de notas en reuniones de trabajo y expuso como hito de la empresa, en materia de sostenibilidad, el plan de descarbonización 2030 que contemplaba la puesta en marcha de una caldera de biomasa, ya en funcionamiento. El CIO de Patatas Meléndez, Sergio Calvo, apuntó: «Queremos con la tecnología conectar con nuestra cadena de valor. Conseguir un dato de calidad y que sea seguro», mientras que Vidal Madrid, director de Operaciones y Transformación Sostenible y Digital en Covap, incidió en que «la IA ayuda, pero las decisiones finales las toman las personas». Sobre el uso de esta herramienta, Aníbal Reñones, director del Área de Industria 4.0 en Cartif, aclaró: «La IA son matemáticas, no es magia. No se puede hacer cualquier cosa, hay que analizar», concluyó.
Una década de trabajo analizando cómo funciona y se aplica la innovación dio como resultado la publicación del libro 'Decálogo de la innovación exitosa' resumió César Valencoso, Consumer Insights Consulting y director en Kantar Worldpanel, antes de presentar una selección de los principales aprendizajes durante diez años.
«Innovar lleva al crecimiento y no innovar al decrecimiento», afirmó. Sin embargo, durante su intervención en la conferencia magistral de la jornada Cajamar WeFood, reconoció que «no podemos seguir innovando con una tasa de fracaso del 80% porque es un fracaso altísimo» y « para bajar esa tasa de fracaso hay que innovar de forma exitosa. Para ello hay que hacer una revisión de todo el proceso. No se trata de poner un parche», aconsejó.
Compartió con los asistentes algunas de las reglas de oro para lograr una innovación existosa. En primer lugar, «la innovación tiene que ser nueva y aportar unas características que el consumidor aprecie», explicó y contextualizó al señalar que el 80% de los productos que salen al mercado son copias.
En segundo lugar, hizo mención a la distribución. «De todas las palancas de ejecución, la distribución es la más importante». En este sentido, hizo hincapié en el papel que desempeña la presentación del producto en tienda, como tercera regla de oro, porque «es el lugar donde el consumidor conoce la innovación por primera vez. Hay que dedicar tiempo a la visibilidad del producto» .
En cuanto a la gestión de la innovación estableció un símil con el desastre del Challenger. «Falló una pieza que ya se sabía que daba error» y alertó sobre cuestiones como la sobreestimacion de las fortalezas de venta y el lanzamiento de productos a ciegas. En esta línea, señaló que «todos tenemos tendencia a inflar las posibilidades de éxito para que cuadren los datos y luego la dura realidad es que el 80% de las innovaciones fracasan». Y concluyó: «La innovación es compleja, pero si invertimos de verdad los ratios cambiarán y las ventas subirán».
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