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El 28,2% de los alumnos extranjeros no cree que sus profesores tengan expectativas de la continuidad de sus estudios

El 28,2% de los alumnos extranjeros no cree que sus profesores tengan expectativas de la continuidad de sus estudios

El Observatorio Social de la Fundación 'la Caixa' analiza en un debate monográfico la relación entre inmigración y educación a través de tres investigaciones

Viernes, 5 de febrero 2021, 14:51

El Observatorio Social de la Fundación 'la Caixa' ha presentado en el Palau Macaya un debate monográfico sobre educación e inmigración moderado por el periodista, Rafael Vilasanjuan, y con la participación de la profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona Silvia Carrasco, el profesor Serra Húnter de la Universitat de Barcelona (UB) e investigador asociado del Centre d'Estudis Demogràfics, Jordi Bayona, y la profesora de la UB e investigadora asociada del IAE-CSIC Lidia Farré.

En el debate se han presentado datos del artículo «¿Por qué hay más abandono escolar entre los jóvenes de origen extranjero?», de Silvia Carrasco, Jordi Pàmies, Laia Narciso y Angelina Sánchez (EMIGRA - CER-Migracions UAB-UB), en el que se indaga en las causas por las cuales uno de cada tres jóvenes de origen extranjero abandona de forma prematura sus estudios en España.

El estudio —que forma parte del proyecto europeo Reducing Early School Leaving in the EU— contó con la participación de más de 3.700 jóvenes de 4.º de ESO, bachillerato, ciclos formativos y programas de formación ocupacional en Cataluña, donde el abandono escolar tiene una incidencia del 18 % aproximadamente, similar a la media estatal.

Los investigadores analizaron las aspiraciones educativas de los alumnos y concluyeron que el 87 % de los alumnos autóctonos y el 75 % de los estudiantes de origen extranjero desean llegar a obtener una titulación superior, según se desprende de la investigación.

Sin embargo, los alumnos atribuyen a sus profesores bajas expectativas educativas en cuanto a sus estudios (más bajas que a su familia), especialmente en el caso de los extranjeros. Concretamente, el 28,2 % de los alumnos nacidos fuera de la UE no cree que sus profesores tengan expectativas respecto a la continuidad de sus estudios, algo que solo sucede entre el 13,7 % de los alumnos autóctonos.

A pesar de las aspiraciones, por sexo y origen, los más afectados por el abandono escolar temprano son los hombres nacidos en el extranjero, con una diferencia de 20 puntos porcentuales respecto a los hombres autóctonos (18,3 % de abandono escolar) y de casi 13 puntos porcentuales respecto a las mujeres de origen foráneo (25,6 %). Como destacan los autores, solo las mujeres de nacionalidad española cumplen el objetivo de la UE para España en 2020: no superar el 15 % de abandono escolar temprano (11,4 %).

Además, según revela el estudio, disponer de la ESO es un indicador de mayor protección frente al abandono temprano de los estudios para los alumnos de origen extranjero. De hecho, el porcentaje de continuidad de los estudios entre alumnos autóctonos con la ESO fue menor que el que presentaron los alumnos de origen foráneo con la misma titulación.

La influencia del proceso migratorio en el abandono escolar

Otra investigación publicada por el Observatorio Social de la Fundación 'la Caixa' ahonda en esta materia. Se trata de «La transición a la educación posobligatoria del alumnado de origen inmigrante», de Jordi Bayona Carrasco y Andreu Domingo (Centro de Estudios Demográficos). Este estudio analiza el abandono escolar temprano entre los cursos 2013-2014 y 2015-2016 en Cataluña, en función de la trayectoria migratoria.

Según el estudio, además de las habituales diferencias por género en los resultados escolares, entre los alumnos de origen inmigrante intervienen factores como su lugar de nacimiento, el año de llegada o el origen de sus progenitores. En el estudio se aprecia un abandono elevado entre las primeras generaciones (llegan a España con más de siete años) y las incipientes segundas generaciones (descendientes de inmigrantes, nacidos en España). En cambio, los alumnos de la generación 2,5 (hijos de parejas mixtas, con un solo progenitor nacido fuera) no presentan diferencias con los autóctonos, es más, incluso alcanzan mejores resultados.

Como cuentan los autores, el caso de los inmigrantes de primera generación se puede relacionar con uno de los objetivos de la reagrupación familiar: integrarse cuanto antes en el mercado laboral. En cuanto a los de segunda generación, los datos están afectados por un efecto de la composición: entre los descendientes hay un porcentaje importante de alumnos de origen subsahariano y asiático, entre los cuales se produce un abandono escolar mucho mayor —vinculado al acceso al mundo laboral—, así como una discontinuidad más alta.

Asimismo, el estudio da cuenta de que, entre los alumnos que siguen estudiando, el itinerario educativo posobligatorio muestra trayectorias segregadas. El bachillerato es el primer destino, elegido por el 61,1 % de los alumnos autóctonos y el 44,8 % de los estudiantes de origen inmigrante. Los valores en ciclos formativos son similares (22,1 % frente a 23 %, respectivamente).

En este caso, también hay diferencias por generaciones. La primera generación de inmigrantes es la que menor acceso tiene al bachillerato, con una fuerte distancia entre sexos (el 27,6 %, ellos, y el 46,3 %, ellas). Entre las segundas generaciones, el porcentaje es similar (el 31 %, ellos, y el 40,9 %, ellas).

Los autores recomiendan políticas específicas que centren su atención en colectivos concretos e incluyan al entorno familiar, tanto para los alumnos nacidos fuera de España como para los descendientes nacidos aquí, si no queremos perpetuar entre los descendientes las desventajas causadas por el proceso migratorio de los progenitores.

Análisis de la inmigración en el sistema educativo

Asimismo, el debate ha querido explorar cómo afectan las olas migratorias en busca de un futuro mejor a nuestro sistema educativo. El estudio «Inmigración, integración y sostenibilidad del sistema educativo», de Lidia Farré, profesora de la Universidad de Barcelona e investigadora asociada del IAE-CSIC, y Francesc Ortega, de la City University of New York, señala que entre 2000 y 2008 el porcentaje de alumnado extranjero en España aumentó del 2 al 10 %, una cifra que se mantiene en la actualidad: un 10 % para el curso 2018-2019, en el que se llegó a 483.662 alumnos extranjeros, y que en el curso actual podría alcanzar el 11 % (525.641), según el avance de datos de las estadísticas del Ministerio de Educación.

Sin embargo, no todos los tipos de escuela recibieron a estos nuevos alumnos de forma homogénea. Los inmigrantes se concentraron mayoritariamente en las aulas de los centros públicos: en 2008, la presencia de foráneos en los centros públicos era de un 14 %, mientras que en los privados era menos de la mitad (6,45 %), una brecha que se mantiene en la actualidad (en el curso 2018-2019, hay un 12 % de alumnado inmigrante en centros públicos y un 6 % en centros privados).

En paralelo a este proceso de llegada de alumnado de origen extranjero, los autores relatan la existencia de native-flight en nuestro país, es decir, de mayor matriculación de alumnos nativos en centros privados con la intención de acceder a escuelas con menos concentración de inmigrantes.

Los autores destacan que el aumento de las tasas de matriculación en los centros privados se produjo primero en la educación primaria, coincidiendo con el mayor impacto inicial de la inmigración en esa franja educativa.

Asimismo, el informe relata que la concentración de alumnado extranjero, tanto en colegios públicos como en privados, presenta diferencias entre comunidades autónomas. Entre 1998 y 2018, en cuatro de ellas (Asturias, Extremadura, Castilla y León, y Galicia) la llegada de nuevos alumnos no fue suficiente para compensar la reducción de alumnos nativos, mientras que el alumnado se mantuvo constante en Canarias y aumentó en el resto de los territorios.

Como dice el artículo, el abandono del sistema público de educación por parte de alumnos nativos procedentes de familias aventajadas acentúa la segregación socioeconómica dentro del sistema educativo, lo que probablemente reduce el apoyo a la inversión en educación pública y, en consecuencia, su calidad. La disminución del respaldo a la educación pública puede generar un aumento en la desigualdad entre la generación más joven, expuesta a sistemas educativos de diferente calidad. Las familias nativas que optan por la educación privada dejan de apoyar la educación pública, ya que al no usarla tampoco quieren destinar sus impuestos a financiarla.

Entre 2008 y 2015, la crisis económica redujo los ingresos de las familias y frenó la llegada de inmigrantes, factores que contribuyeron a reducir las tasas de matriculación en centros privados. Según las predicciones del estudio, el descenso del nivel de ingresos debido a la pérdida de ocupación provocada por la pandemia de la COVID-19 puede llevar a las familias a abandonar los centros privados y concertados, y optar por escolarizar a sus hijos en centros públicos. Como sostienen los autores, a corto plazo, esto podría generar congestión y afectar de forma negativa la calidad del sistema público de educación. Sin embargo, es posible que aumente el apoyo social a que se destinen más recursos a la educación pública, lo cual tendría efectos positivos a medio y largo plazo.

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