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El CEO de Vertex, Antonio Vallespir de Gregorio, en la planta de Babilafuente Álex López
«La inversión en los próximos tres años estará en torno a los 40 millones»

«La inversión en los próximos tres años estará en torno a los 40 millones»

Antonio Vallespir de Gregorio, CEO de Vertex Bioenergy ·

La planta de Biocarburantes de Castilla y León en Babilafuente produce bioetanol, DDGS, aceite de maíz y genera electricidad

Andrea Díez

Babilafuente

Domingo, 1 de septiembre 2024, 09:34

La ley europea del clima ha marcado un punto de inflexión en el modelo de negocio de prácticamente todos los sectores, especialmente en el de los combustibles. El CEO de Vertex Bioenergy (con cuatro plantas de producción, una de ellas Biocarburantes de Castilla y León), Antonio Vallespir, ocupa también la presidencia de EPure, asociación europea de productores de Bioetanol, que defiende los intereses del sector a nivel comunitario

–¿Le preocupa la creciente corriente negacionista del cambio climático presente también en las instituciones europeas?

–Nuestro principal reto es concienciar al nuevo Parlamento Europeo y a la nueva Comisión Europea del valor estratégico que tienen las biorrefinerías de bioetanol. Cuando se habla de energías renovables se hace referencia a todas, la eólica, la solar, pero en el sector transporte, los combustibles renovables como el bioetanol son de las pocas herramientas, y la más eficiente, para abatir una tonelada de CO2. Venimos jugando un papel importante en esta transición y seguiremos siendo parte de la solución contra el cambio climático, la seguridad energética y la alimentaria.

–¿La alternativa renovable a los combustibles fósiles es presente más que futuro?

–El bioetanol tiene una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) comparado con la gasolina en el entorno del 70%-75%. A día de hoy, es la herramienta más eficiente para abatir CO2. Es la que tiene mejor coste, más disponible y de las pocas que se puede utilizar en el sector transporte. No hablamos tanto de descarbonizar el sector transporte, sino de desfosilizar.

–Pero en el caso del bioetanol, ¿su aprovechamiento como combustible está popularizado?

–En Europa diría que la gasolina más consumida es el E10 que es 10% bioetanol y 90% de gasolina. En países como Francia tiene una penetración en cuanto al consumo del 60%, en Bélgica prácticamente es el 90%. Sin embargo, aunque en general en Europa el estándar es el E10, es muy poco conocido en España.

–¿A qué es debido?

–No se ha dado la información a la población necesaria para apostar por el bioetanol. En los combustibles, la mayoría del precio son impuestos. En Francia han querido apostar por el E85 que es un 85% bioetanol y un 15% gasolina con un abatimiento de emisiones de efecto invernadero muy grande respecto a la gasolina y representa casi el 9% del pull de gasolinas en Francia porque han puesto una fiscalidad justa.

–¿Y la fiscalidad en España rema a favor?

–La fiscalidad actual perjudica a los combustibles renovables porque está basada en volumen. Así que te sale más barato llenar el depósito con gasolina en lugar de con el E85. En Alemania, por ejemplo, la penetración del E10 es del 30% porque la fiscalidad tiene en cuenta las emisiones, con lo cual el consumidor utiliza el E10 y el E85.

–Ya se están haciendo pruebas de bioetanol como combustible en aviación, pero ¿actualmente es un producto competitivo?

–Todavía es muy caro a día de hoy. Se necesita una fiscalidad basada en otros conceptos como la reducción de emisiones y no como la actual, basada en volumen por litro porque perjudica a los combustibles renovables.

–Entienden que un cambio en la aplicación de los impuestos haría despegar el uso de este tipo de combustibles...

–Una fiscalidad basada en reducción de emisiones lo haría más competitivo, pero sobre todo Europa con el SAF (Sustainable Aviation Fuel) hay un problema de regulación. En Estados Unidos están avanzando más rápido porque utilizan el bioetanol de primera generación mientras que en Europa se piensa solo en utilizar el bioetanol de segunda generación. A día de hoy no hay ninguna planta de producción de bioetanol de segunda generación.

El papel de Babilafuente

–En el mapa de Vertex, ¿qué papel juega Babilafuente, con 70 personas en plantilla?

–La planta de la provincia de Salamanca es la más grande que tenemos junto a la de Francia. Además, es la que crea más trabajo directo por la logística ya que desde aquí suministramos toda la mezcla directa de bioetanol y gasolina. La mitad de la materia prima que utilizamos es de la zona, de las provincias de Salamanca, Zamora y, también, León. Trabajamos con productores y una parte de importación, pero más del 50% es con producción de la zona.

–¿Qué objetivos recoge el actual Plan Estratégico de la empresa 2024-2027?

–Estamos en un periodo de consolidación de la transformación del negocio con proyectos de producción de biometano, proyectos de CO2 biogénico fundamental para la producción de biocombustibles sintéticos, proyectos de alcohol para uso industrial para la aviación y también la valorización de proteína.

–¿Cómo fueron los inicios en Babilafuente?

–Salamanca está ubicada más o menos en el centro de España y es óptima para lo que es el desarrollo de la mezcla directa de bioetanol con gasolina. Los famosos E10 (10% de bioetanol, 90% de gasolina) o E85 (85% de bioetanol y 15% de gasolina). Esta mezcla directa se suministra a los cargaderos de Exolum, que su vez suministran a las estaciones de servicio. El transporte se realiza por carretera, en camión, y Salamanca se encuentra en una zona óptima. Por otro lado, es importante la materia prima, el cereal, y toda la zona de Salamanca y León son productores. Ese aspecto nos decantó para instalarnos aquí.

–¿Cómo se aprovecha el cereal en la producción de bioetanol?

–Somos un impulsor del desarrollo del campo. Utilizamos cualquier materia prima certificada. Por un lado, extraemos la parte de proteína y fibra. Devolvemos la proteína al sector ganadero, a la cadena alimentaria donde España y Europa es deficitaria porque importamos soja. Con la parte de almidón producimos el bioetanol, la energía, que es lo que se utiliza para los combustibles renovables. Hemos pasado de ser productores de bioetanol a producir proteína que devolvemos al sector ganadero. Y a este aspecto se le dio mucha importancia cuando estalló el conflicto en Ucrania, no solo por cuestiones energéticas sino también por cuestiones de seguridad alimentaria porque España y Europa son deficitarias en proteína y es lo que estamos devolviendo a la cadena alimentaria.

Gestión de residuos

–¿Y cómo se gestionan los residuos?

– Aprovechamos prácticamente todo y la pequeña parte de residuos que no se utilizan ahora se trabaja en proyectos de biometano. Estamos trabajando para que haya una planta de biometano en cada una de las plantas de producción de proteína y bioetanol

–¿También aquí, en Babilafuente?

– Estamos hablando de hacer una inversión en los próximos tres años en Salamanca entorno a los 40-50 millones de euros que también incluirían otros dos proyectos más pequeños de alcohol industrial y de valorización de proteína.

–¿De qué forma se aplica el compromiso medioambiental de la empresa en la propia planta?

–Desde el punto de vista de la eficiencia energética, tenemos un proyecto de cogeneración que facilita el autoconsumo. Hemos sido pioneros a la hora de poner en marcha un parque fotovoltaico que tendrá un modelo de hibridación con la cogeneración. Por lo tanto, nos podemos autoabastecer y el excedente lo volcamos a la red. Este año hemos instalado una caldera de recuperación donde tenemos unos ahorros de gas muy significativos entorno a 120 mil megavatios hora anuales. Todos los proyectos están muy focalizados a la eficiencia energética que conllevan la obtención de los correspondientes certificados energéticos.

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