«El 100% de la madera que utilizamos en la planta de Burgos es reciclada»

La madera se ha posicionado, en los últimos años, como una de las materias primas con mayor proyección en el ámbito de la construcción al alinearse con los compromisos de sostenibilidad. De las plantas de Burgos y Salas de los Infantes salen 180 camiones diarios cargados de madera. Javier Macicior es el director general de la delegación española que opera desde la provincia burgalesa y recientemente también desde Tortosa.

– A punto de concluir el actual Plan Estratégico ¿cómo ha funcionado el sector en estos últimos cinco años?

– La pandemia ha distorsionado la operatividad durante ese periodo. En 2020 estuvieron paradas las dos fábricas pero a partir de ahí hubo un crecimiento brutal del sector. La gente al estar en casa comenzó a remodelar y tuvimos dos años y medio extraordinarios. Hicimos inversiones aquí para el reciclado y acabamos de inaugurar el vial ferroviario que nos permitirá cargar dentro de fábrica y conectar con la estación de mercancías de Villafría. Por otro lado, hemos continuado con el plan de crecimiento en exportación en Francia, América y África y también hace un año finalizamos la construcción de una nueva planta en Tortosa (Tarragona).

–La operatividad del recién inaugurado nuevo ramal ferroviario ¿es ahora el principal reto?

–Nuestro objetivo actual es el comercial y también el logístico que van ligados con la puesta en marcha del ramal ferroviario. Hay que desarrollar los mercados de exportación para lo que disponemos de personas que trabajan en los propios países donde queremos operar y expandirnos.

– Más allá de la venta nacional, ¿hacia dónde mira la exportación?

– Vendemos en Portugal, Marruecos, Francia, en total una treintena de países y ahora estamos desarrollando el mercado hispanohablante del mercado latinoamericano porque en Brasil no estamos entrando. Nuestro objetivo de exportación, como tenemos ahora nueva fábrica en Tortosa, es pasar del 36% actual hasta el 43% de la ventas en el extranjero.

– Cambión, intermodal, barco, el verano arrancó con una subida generalizada del precio de los carburantes...

–Dependemos mucho del precio del gasóleo que es lo que nos marca el precio del transporte a toda Latinoamérica. En el cambión nos afecta menos porque no son viajes tan lejanos. El gasto logístico marca muchas veces la estrategia.

–El recurso principal que se utiliza en la fábrica de Salas es madera natural y en Burgos madera reciclada, ¿es un recurso inagotable?

–Aquí entran más de 100 camiones al día de madera reciclada. Todo lo que tiramos va al punto limpio y después llega hasta aquí para hacer nuevos tableros, salen cargados unos setenta camiones al día. En Salas de los Infantes entran ochenta camiones y salen unos treinta y cinco. Es economía circular.

–La apuesta por la madera como recurso sostenible, ¿es el futuro?

–Estas fábricas son sumideros de CO2. Nosotros fijamos en Burgos seiscientas mil toneladas de CO2 al año y en Salas trescientos mil.

–La nueva Estrategia de la UE en favor de los bosques y el sector forestal para 2030 ¿les va afectar en su día a día?

–Estamos en estudio de esta normativa europea. Kronospan tiene un grupo de trabajo que a nivel global de empresa se está revisando para ver qué consecuencias tiene. Creemos que no tendrá un impacto relevante en nosotros porque nuestra compra de madera está alineada con las normativas de cada comunidad. Es una norma que asegura que la madera que se compra viene de un recurso sostenible y en España ese aspecto está controlado.

– Cada vez son más las empresas que buscan la autosuficiencia energética para ahorrar costes pero también ser más sostenibles, ¿se han adoptado medidas, en esta línea, en las fábricas de Burgos?

–En nuestro caso, desde 2012 se ha invertido en la provincia alrededor de 34 millones de euros en cuestiones medioambientales. Los techos de las dos fábricas cuentan con instalaciones fotovoltaicas de producción de energía eléctrica para el autoconsumo. Y a finales de año estarán operativos dos huertos solares en suelo en Burgos y Salas de los Infantes de 10MWn. El total de esta energía verde supone alrededor del 20% del total de la energía eléctrica consumida por ambas fábricas.

–¿Cómo ha sido la transición de pasar de una economía lineal a la economía circular?

–Nosotros comenzamos comprando madera natural pero ahora mismo el 100% de la madera que utilizamos aquí en la planta de Burgos es reciclada. Somos la única empresa en España que fabrica aglomerado con madera 100% reciclada. Todo lo que generamos tratamos de reutilizarlo o llevarlo a otros sectores que puedan darles un segundo uso. Por ejemplo, las cenizas pueden destinarse a cementeras, o para compostaje o los férricos puede ir a chatarreros que los incorporan a procesos productivos de otros. Entre 2016 y 2023 se han transformado en tablero 2,5 millones de toneladas de residuos de la madera. Estamos alineados con la economía circular.

–Las nuevas tecnologías ¿cómo encajan en el funcionamiento de la empresa?

–La Inteligencia Artificial la estamos empezando a estudiar y ofrece herramientas increíbles. En los últimos holding se habla mucho de la IA pero de momento no lo hemos desarrollado. Por otro lado, toda la fábrica está digitalizada, también utilizamos el big data pero hay que procesarla bien para aprovecharlo. En automatización de procesos estamos muy avanzados.

–¿Qué ventajas competitivas ofrece la planta de Burgos?

–Burgos no está mal localizado, cerca de Madrid, Bilbao y Francia. El conocimiento de los trabajadores que hay aquí es fundamental. Esto es un negocio local. En los últimos años se han invertido 380 millones de euros entre Burgos y Salas de los Infantes. Burgos es una ciudad industrial con una renta per cápita alta. Aquí hay trabajadores muy cualificados. El nivel educativo en Castilla y León es altísimo con respecto a España y se nota muchísimo. Además, hay un tejido laboral muy hecho a la dinámica de la industria. No es lo mismo estar en una oficina que adaptarse a los horarios de turnos. Y esa cultura aquí está implantada. Además, tenemos una industria auxiliar que no te tienes que ir a buscar fuera.

–La madera está de moda, ¿es una tendencia que se va a mantener en los próximos años?

–En España se construyen pocas casas de madera pero creemos que este sector irá creciendo. Después de la pandemia hubo un boom muy grande que después se ha calmado pero la tendencia apunta hacia la madera. Energéticamente es más sostenible. En Europa se mantiene esa tendencia sobre todo con el OSB (Oriented Strand Board), que no lo producimos en España de momento, es para la construcción. Es un tablero parecido al aglomerado y en Estados Unidos los unifamiliares los hacen con base OSB y luego un recubrimiento que parece madera. Así que cuando se suceden huracanes todo el OSB se dirige a ese mercado. En Francia se gastan 600 mil metros cúbicos de OSB al año mientras que aquí, en España y Portugal, estaremos entorno a los 60 mil, es decir que hay capacidad de crecimiento. Tendríamos la primera línea de OSB en la Península Ibérica en Tortosa para 2025.

–Pero el mercado actual ¿está equilibrado?

–Ahora hay más capacidad productiva que demanda. No estamos en un momento perfecto pero nosotros estamos vendiendo mucho fuera. Sin embargo, la tendencia es que suba, aunque el sector esté decreciendo porque venimos del punto de la pandemia, el sector va a crecer. Ahora, tras la pandemia y el confinamiento, estamos en un momento en el que la inversión en casa no es lo prioritario.

– ¿El consumidor es partícipe de esta tendencia hacia lo eco ?

–Cuando uno compra una cocina tampoco mira tanto si está hecho con material reciclado o no. Sin embargo, es cierto que las grandes superficies sí lo tienen en cuenta. Se está pasando de que la madera venga de montes sostenibles a que sea de material reciclado.

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