El VRAC sobrevive a sus propios errores para afianzarse en el liderato

De inicio, apostó Diego Merino por un quince conformado por jugadores más habituales y otros que han disfrutado de menos minutos en el presente curso liguero. Esa falta de empaste pudo provocar el monumental y tempranero error defensivo tras un saque de touch que permitió el ensayo de Camarero. No tardó el VRAC en enmendar su fallo después de una patada fallida del Ciencias sobre la que cabalgaron Miguel Lainz y Taibo tras recoger el envío y atravesar las líneas del cuadro sevillano en su galopada (7-7, min. 11).

Fue la primera muestra de un intercambio de golpes que se repitió superado el ecuador de la primera mitad. En este caso atizó primero el cuadro pucelano, con una escaramuza de sus delanteros por el flanco izquierdo que concluyó estirando el acordeón de forma vertiginosa para que Pablo Mateos posase el balón después de bordear la línea de cal derecha. Casi de forma inmediata cursó respuesta la escuadra hispalense después de otro error de un VRAC irreconocible, ya que si por algo se caracteriza el Quesos Entrepinares es por su habitual seguridad. En Sevilla, sin embargo, fue un mar de dudas, como demostró Hollingsworth al regalar la pelota a Alvar Gimeno para el ensayo del internacional español sin oposición alguna.

Ya en la segunda mitad la intensa lluvia quiso otorgar un punto de épica a la contienda vivida en el Juan Antonio Banderas Posada. En mitad de un escenario de otra época, Miejimolle capitalizó el esfuerzo del empuje de sus compañeros en el pack del cuadro vallisoletano para abrir de nuevo brecha tras un saque de banda. No cabe duda de que, por más que pasen los años, la touch más maul debe figurar en la caja de herramientas del rugby como una referencia predilecta (14-21, min. 57). Como también debe aparecer en cualquier formación que se precie un medio de melé atento a cualquier atisbo de duda en la delantera contraria. De eso sabe mucho Perotti. De su ingenio nació el cuarto y decisivo ensayo con un robo en la línea de veintidós propia sobre la que arrancó una carrera a la que dio continuidad Del Pino.

Lejos de terminar ahí el choque, la delantera de la escuadra científica también quiso lucir su interpretación del touch más maul. Lo hizo con una versión más dinámica, que condujo a Del Hoyo a rebasar la línea de marca para apretar el resultado antes de unos últimos lances que el VRAC manejó con solvencia en campo contrario para asegurar el triunfo.