El VRAC derrota a la lluvia y el barro

No eran las mejores condiciones para jugar al rugby. Campo encharcado, lo que hacía que fuese un encuentro de delantera y juego al pie y poco a la mano. El partido era una constante pérdida de balones e imprecisiones. El Quesos Entrepinares no pasaba de medio del campo en el arranque del duelo, pero frenaba bien al ataque madrileño.

El VRAC se adelantó gracias a un error visitante, que dejó el balón suelto para que Álex Alonso anotase la primera marca. Taibo aprovechó el adicional para poner el 7-0 en el marcador. El Quesos pasó a controlar el choque. Buscaba ampliar la renta. No era fácil ante las condiciones del campo. Pero había entendido que era un encuentro para los cabezazos de los delanteros. Los locales pisaban la veintidós de Alcobendas. Pero pasaban los minutos y la renta no crecía. El quince del norte de Madrid aguantaba el tipo.

El equipo de Diego Merino estuvo cerca de anota gracias a su poderoso maul, pero la nave no llegó a buen puerto. Con 7-0 se llegaba al final de los primeros cuarenta minutos. El VRAC había sido superior, pero incapaz de aumentar la diferencia en el marcador. Con el paso de los minutos, el equipo local se había adaptado mejor al barro y el agua, que protagonizaban el estado en el que se encontraba el césped de Pepe Rojo.

En el inicio de la segunda mitad, la lluvia arreció para complicar más el encuentro. Los jugadores tenían complicado mantener la verticalidad. El Alcobendas dio un paso adelante y buscó recortar puntos. No faltó la tángana que acabó con golpe de castigo en contra del Quesos. Había pasado el ecuador de la segunda mitad y el encuentro para nada estaba solventado, con un Alcobendas a un ensayo transformado para igualar la contienda.

Pero el marcador ya no se movería. El VRAC había sufrido lo suyo para sacar una victoria. Había derrotado al barro y la lluvia, que durante muchos minutos fueron más enemigo que un Alcobendas que realmente no pudo con la seria defensa quesera. Los cuatro puntos conseguidos lo mejor de un encuentro marcado por unas condiciones que hicieron que el rugby brillase por su ausencia. Eso si, los dos equipos pusieron todo su empeño. Visto lo visto, poco más se podía hacer.