VRAC y Aparejadores tocan otra vez una final

Con estos antecedentes arranca la temporada de rugby con la disputa de la Supercopa, el torneo que abrió la 'hermosa rivalidad' entre los vecinos de Castilla y León, anunciada semanas antes con una final de Liga que muchos recuerdan como el mejor partido nunca visto en Pepe Rojo. En ese mismo campo el club burgalés estrenó su palmarés con un 27-30 que planeó en el resto de competiciones del curso; los de Burgos repitieron en la Copa de Valencia (20-19) y el Quesos evitó el triplete al conquistar la Liga en San Amaro con idéntico tanteo (19-20). Así que es fácil entender que se resolverán varias cuentas pendientes el domingo, a partir de las 12:00 horas, en La Balastera de Palencia.

Un partido como este llega demasiado pronto, con las máquinas a medio engrasar, también con todas las ganas de empezar la temporada; así lo expusieron tanto el entrenador Diego Merino como el talonador Pablo Miejimolle. «Me hubiera gustado llegar con más rodaje porque solo llevamos seis semanas de preparación y un amistoso, es lo que hay y tenemos que adaptarnos», confiesa Merino; «tenemos muchas ganas, me gusta jugar contra Burgos y romper lo que pasó en la Supercopa de hace un año, como jugador no me gusta perder y me motiva esta rivalidad», afirma Miejimolle.

Merino reconoce que ninguno de los dos equipos está en su mejor momento, ni físico, ni táctico, «la clave estará en la defensa y en no cometer errores, el nivel de intensidad será alto». La final servirá para medir el nivel de adaptación de los nuevos jugadores del VRAC, «la idea era mantener el bloque, con una renovación de ánimos con jugadores que proceden de nuestra liga y que llegan con ambición y ganas de aportar». Las novedades son los internacionales Marcos Muñiz (pilier procedente del Ciencia y Álex Saleta (tercera del Ordizia), junto al georgiano-portugués Giorgi Turabelidze (pilier del Agronomía lisboeta, Arnau Ojeda (segunda de la Santboiana) y el argentino Francisco González del Pino (centro del Belenos).

Es una de las relaciones más duraderas y leales entre una empresa y una club deportivo. Queserías Entrepinares y VRAC sellaron tres años más de relación y alcanzan los treinta años de matrimonio con la prolongación de un patrocinio que sellaron el presidente del club, Jorge Calleja, y el CEO de la empresa, Juan Manuel García.

Calleja afirmó que la cita aportaba una doble alegría, la deportiva por afrontar una nueva final, y «otra casi más importante como es la firma con Entrepinares, que nos garantiza la sostenibilidad de nuestros proyectos, la alta competitividad de nuestro primer equipo, el refuerzo de la cantera y nuestra obra social y, además, el desarrollo del rugby femenino».

Por su parte, García reconocía las sinergias entre Entrepinares como empresa y VRAC como club. «Hay elementos y valores del rugby con los que nos identificamos, como el esfuerzo y el trabajo en equipo; esta renovación por tres años más dos opcionales es una manera de retorno a la sociedad, con un hincapié en el desarrollo en el rugby femenino, con un nivel más acorde a lo que el club necesita, y nos llena de orgullo luchar por los éxitos deportivos del año pasado».