El Salvador roza la sorpresa en campo del Recoletas Burgos

Esa será, en todo caso, otra historia. La de la semifinal la comenzó a escribir Romanos tras un saque de touch en el que el conjunto colegial expuso una superioridad de la que hizo gala durante los ochenta minutos. En especial, una primera línea que demostró el manantial inagotable de talento que supone la cantera vallisoletana. El tridente formado por Jacobo Ruiz, Juan González y el propio Romanos formó un bastión de resistencia al que luego dieron continuidad, entre otros, Alvarado en su último partido como profesional.

Una despedida forzada por la reacción del equipo aparejador con el empuje de los acorazados del cuadro aurinegro, que encontró continuidad en la cabalgada de Tani Bay y Guillo Mateu para dar la vuelta al resultado (7-5, min. 14). Una reacción que generó los mejores minutos del conjunto burgalés, jugando incluso un hombre más y casi siempre en territorio ajeno. Así fructificó la oportunidad más clara de anotar, abortada por una heroica acción defensiva de la delantera El Salvador en la melé en contra dentro de la zona de cinco metros de la formación vallisoletana justo antes del descanso. Tuvo continuidad la acción del cuadro chamizo justo después del intermedio con una intercepción de Wessel Bell tras un pase errático de Rascón que sirvió para remontar el partido (10-12, min. 41).

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Una ligera ventaja que no duró mucho tras un puntapié de castigo anotado por Carrió desde el medio del campo dentro de una pelea muy trabada en la que los dos contendientes encontraron opciones que no cristalizaron por culpa de las imprecisiones. Los fallos en el juego a la mano en pases decisivos y errores en unos contactos muy agresivos impidieron que se modificase el tanteador hasta una nueva patada de Carrió a falta de cinco minutos para la conclusión, que dejó muy lejos una final que se vio más cerca que nunca en la temporada y que debe servir para edificar El Salvador del futuro.