El VRAC Quesos Entrepinares sumó una nueva victoria, con bonus de ensayos, pese a transitar todo el partido prácticamente por debajo en el marcador. Atascados por sus errores en defensa, lastrado por su ausencia de concentración y cierta indolencia en los inicios de cada parte, ... el equipo azul de Merino tuvo que remar, mucho, para sumar un triunfo. Parece que es lo que les gusta a los 'escoceses', que se divierten llevando los encuentros al límite.
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VRAC
Calzón, Pírez, Blanco, Gavidi, Sacha Casañas, Ortiz, Vélez, Moala, Bay, Álvaro Fernández, Áxel Papa, Alejandro Alonso, Taibo, Guillermo Mateu, John Wessel-Bell. También jugaron Carrió, Gutiérrez, Stohr, De la Lastra, Gil
31
-
19
Ordizia
Orbea, Lasa, Mzuvukile, Eulate, Leauma, Olasagasti, Salinas, Goia, Lescano, Cruz, Goia, Aldanondo, Engelbrecht, Gómez, Jorge. También jugaron Garmendia, Caylib, Carvajales, Alberdi, Korta
Anotación 0-3, min. 10: golpe de castigo pasado por Cruz. 0-10., min. 12: ensayo de Goia bajo palos pasado por Cruz. 5-10. min. 15: Ortiz ensaya tras gran jugada de Áxel. 5-13, min. 23: Golpe pasado por Cruz. 12-13, min 32: ensayo de Moala pasado por Taibo. 12-16, min. 46: golpe pasado por Cruz. 12-19, min. 52: Golpe pasado por Cruz. 19-19: min 60: ensayo de Papa transformado por Carrió. 24-19: min. 73: ensayo de De la Lastra. 31-19, min. 80: ensayo de Gavidi pasado por Carrió
Árbitro: El asturiano David Castro. Amonestó a Jorge por juego sucio
A los siete minutos el Ordizia ya había tenido la primera oportunidad de transformar un golpe de castigo. Y dos después, la segunda ocasión. Los problemas endémicos del Quesos con las faltas aparecían esta vez demasiado pronto. Y ante uno de los gallitos ese tipo de faltas de concentración se pagan. Y caras. Estar 0-10 a los 12 minutos y mostrando unas debilidades defensivas gigantescas no era la manera correcta de iniciar.
Pero los 'escoceses' son un pueblo con orgullo. Encajar un ensayo por falta de aplicación solo puede ser correspondido con una jugada de alta calidad, con más aplicación y apretando los dientes. Y, sobre todo, sacando al césped las cualidades de equipo dominador: dinamismo, dominio en los saques laterales e imaginación en la cosntrucción.
A la jugada siguiente contrarrestó el ensayo vasco y, lo que es más importante, se aposentó sobre el césped de Pepe Rojo y empezó a carburar como se espera del campeón. A pesar de que seguía concendiendo golpes de castigo con una facilidad pasmosa, Tanis Bay y Álvaro Fernández empezaban a poner orden en el juego. Y la consecuencia fue una jugada 'made in Quesos' con balón de lado a lado, ida y vuelta, y calidad a espuertas en el pase. Resultado: ensayo transformado y la tormenta que escampaba.
Y Ordizia que mostraba una de sus debilidades: la defensa dinámica ante el juego a la mano se les atragantaba a los guipuzcoanos. Y si tu virtud es el talón de aquiles del rival, solo te queda reducir errores para dominar el encuentro. Una quimera, como demostró la continuación
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La reanudación debía ver un VRAC ambicioso para tomar la delantera cuanto antes. Pero quiá. Eso no pasó. De hecho fue un deja vu del inicio del choque. Ordizia hacía y el Quesios se equivocaba una y otra vez. El solecito y la suave temperatura tenían confundidos y fuera de sitio a los de Merino. Descoordinados, descolocados, pisándose la manguera unos a otros. Un desastre. La iniciativa era de Ordizia, que mientras percutía y percutía, impedía a los de casa hacer su juego. Y el tiempo pasaba. Deprisa. Muy deprisa.
Pero el Quesos es el Quesos, y encontró el resquicio necesario en la línea del Ordizia para la nzanr un ataque que acabó con Papa posando el oval más allá de la línea de marca. La complicada transfromación por parte de Carrió puso el empate en el marcador. Partido nuevo con 20 minutos por delante.
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Era el momento. Pese a jugar por debajo de sus posibilidades el Quesos tenía el encuentro empatado, en casa, y con impulso. En ese momento, Ordizia recurrió a su arma secreta: jugar a la mano arriesgando para forzar los golpes de castigo del Quesos. Y lo azulones cayeron de nuevo en su vicio de forma inmisericorde. Pero Valentín Cruz erró y dio vida a los locales. Y al VRAc si le perdonas, te mata. Tanis se enfundó el frac, De la Lastra la colocación, y el juego a la mano de los de Merino interprentó la sinfonía que puso a los azules por delante con un ensayo majestuoso.
Y, entonces sí, sacaron los queseros las garras para defender la ventaja y forzar el error de un rival cansado, pero que hizo temblar a los locales.
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