ADN quesero también para Clermont
Rugby ·
Beltrán Ortega, jugador de la cantera del VRAC, iniciará el próximo mes de agosto su aventura en las categorías inferiores del conjunto francés del Top 14El rugby vallisoletano comienza a ponerse de moda al norte de los Pirineos. A la aventura que iniciará el chamizo Drederick de la Cruz (14 años) en el ASM Clermont Auvergne hay que sumarle la de otro joven valor de la cantera vallisoletana, en este caso del VRAC, Beltrán Ortega. Otro jugador de futuro prometedor que no ha pasado desapercibido para nada menos que un club del Top 14, la máxima categoría del rugby en el país vecino.
Beltrán, que de casta le viene al galgo, es hijo del que fuera jugador del Quesos Entrepinares Javier Ortega. Pero ahí no acaba su relación familiar con el deporte oval, ya que es primo de los jugadores chamizos Juan y Pelayo Ramos. «Somos una familia muy de rugby. El balón de fútbol no lo tocamos mucho en casa», bromea Beltrán.
Desde los cinco años ha estado en las categorías inferiores del VRAC. Reconoce que siente auténtica pasión por este deporte. Pretende llegar al máximo que pueda en su carrera, ser profesional si llega la oportunidad, y para ello está dispuesto a echar toda la carne en el asador. Sabe que la puerta que se le abre con su ingreso en la cantera del equipo de Clermont-Ferrand es una ocasión buenísima para ello, un empujón para progresar de este chaval de 15 años que suele jugar como apertura o primer centro.
En principio, Beltrán Ortega jugará en equipo sub-16 de segundo año de Clermont. Se define como un rugbier al que le gusta «jugar en equipo y tener mucho contacto con el balón. Me encanta atacar los puntos débiles del rival. Creo que soy rápido y también suelo emplear el juego con el pie. Me veo como un tres cuartos bastante completo».
El pasado febrero acudió a una prueba en las instalaciones del club galo. Allí se presentaron una cincuentena de franceses, un georgiano y cinco españoles. Se defiende con el inglés, pero de francés ni papa. Les pesaron y les midieron. Echaron un partidillo y trabajaron pase y placaje. «Me fue muy bien en el partidillo y me terminaron por coger», explica.
«Todo un sueño»
Estudia tercero de la ESO. Ahora tiene tres meses por delante para acudir a una academia a aprender francés. Si después de ese periodo tiene nivel en ese idioma para defenderse, acudirá a un liceo donde la convalidarán 4 de la ESO. En Clermont-Ferrando vivirá en una residencia de La Salle.
Le sorprendió el nivel de las instalaciones con las que cuenta el ASMClermont Auvergne. «Hay dos edificios para diferentes deportes. Cinco campos de rugby y otros de fútbol. Tiene gimnasio y servicios médico y de fisioterapia», menciona.
«Para un chaval de mi edad es todo un sueño», indica. «Jugar al rugby en esas condiciones es la leche».
No esconde que sus compañeros de equipo están contentos con la posibilidad que le ha surgido. «Se alegran por mí. Me van a echar de menos, como yo a ellos. No puedo negar que parte de todo esto que me está pasando se lo debo a ellos y también a los entrenadores que he tenido en estos años en el VRAC».
«Mi objetivo es llegar a ser profesional del rugby. Tengo muy claro que algún día quiero jugar en un estadio ante 20.000 personas», advierte.
De momento, Beltrán Ortega estará un año en la disciplina del conjunto de Clermont-Ferrand, aunque no le importaría que fuesen más. Sería señal de que las cosas marchan por buen camino.
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