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Gavidi acabó por ponerse el equipo a la espalda con los ensayos.

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Gavidi acabó por ponerse el equipo a la espalda con los ensayos. Rodrigo Jiménez

El corazón permite al VRAC empatar un derbi que estaba condenado a perder

Una mala primera mitad pudo ser un déjà vu para los queseros, rescatados por el empuje de Gavidi en el segundo tiempo

Jesús Domínguez

Valladolid

Sábado, 19 de febrero 2022, 20:02

Hace semanas, meses incluso, que el VRAC Quesos Entrepinares no se reconoce al mirarse en el espejo. No es el que era, lo que en el juego se traduce en derrotas que son fruto de errores acumulados, muchos de ellos no forzados, que a punto estuvieron de hacerle sumar otra derrota ante el Recoletas Universidad de Burgos que habría dilapidado sus opciones de luchar por el título. Tras una primera mitad muy pobre, con aroma de déjà vu por lo acontecido en la primera vuelta, y que parecía indicar que otro tropiezo iba a llegar, el corazón de Gavidi y el empuje de Alberto Blanco salvaron un empate.

Quesos

Stöhr, Miejimolle, Noriega, Gavidi, Casañas, Ortiz, Stokes, Potgieter, Morchón, De Thierry, De la Lastra, Alonso, Gimeno, Thrupp y Wessel-Bell. También jugaron Moala, Pírez, Blanco, Calzón, Vélez, Gil, Peña y Añíbarro.

26

-

26

Burgos

Alonso, Argerich, Pisapia, Sacovechi, Wagenaar, Lastra, Soria, Bustos, Herreros, Carrió, Núñez, Rascón, Zabalegui, López y Masuyama. También jugaron Wozniak, Silvestre, Luna, Stein, Sanz, Vázquez, Rocaries y Weersma.

  • Anotación: 0-3 (min. 11): Golpe de castigo que transforma Carrió. 0-10 (min. 16): Ensayo de Rascón que pasa Carrió. 0-13 (min. 20): Golpe de castigo que transforma Carrió. 7-20 (min. 40): Ensayo de Gavidi que pasa De Thierry. 7-23 (min. 43): Golpe de castigo que transforma Carrió. 14-23 (min. 54): Ensayo de Calzón que pasa De Thierry. 19-23 (min. 60): Ensayo de Gavidi. 19-26 (min. 54): Golpe de castigo que transforma Carrió. 26-26 (min. 80): Ensayo de Gavidi que transforma De Thierry.

  • Árbitro: David Castro, del colegio asturiano.

Los burgaleses consiguieron imponerse en el arranque en las melés, si bien no encontraron en sus primeras acometidas la misma claridad en la búsqueda de los espacios. Pero era cuestión de tiempo, ya que la impotencia del VRAC fue tan clara que sin un gran esfuerzo su rival avanzó en el marcador hasta un claro 0-13. Un puntapié de castigo de Carrió abrió las hostilidades, si es que se podían llamar así, dada la inoperancia de los queseros, que ni ajustaban en defensa ni estaban cómodos cuando el balón era suyo. No tardó en llegar el primer ensayo visitante, que, como si no costara, logró Rascón desasiéndose por zonas interiores de los defensores sin demasiados apuros. Con otro golpe de castigo de Carrió la ventaja pasó a parecer un mundo, porque no reaccionaba el cuadro vallisoletano, que casi tuvo que darle las gracias al propio Carrió por la falta de fe que esgrimió cuando se encaminaba hacia un segundo ensayo y pasó a un costado.

Era tanto lo que a priori había en juego que sorprendía al Pepe Rojo–o no– cuán atenazado estaba y cuán deslabazado resultaba el juego del VRAC, que apenas logró pisar la mitad del terreno rival en una primera media hora sin alma. No la tuvo para imponer su defensa en una acción en la que movió el Recoletas UBU bien el oval; cerca de la zona de ensayo, lo sacó allí donde había menos tráfico para que Weersma diera una patada a seguir corta, que Zabalegui convirtió en el plácido y placentero segundo ensayo que abría una brecha por la que brotaba la ventaja como en el choque de la ida.

La primera internada del VRAC resultó exitosa; vinieron a ser los primeros como puntos de sutura, aunque hubo que bregar para que llegasen antes del descanso, cuando Gavidi al fin consiguió adentrarse en la zaga rival. Sirvió para que el morro, torcido por un juego plano y sin ideas que luego Diego Merino reconocería abiertamente, pasara a esbozar algo que no llegaba a ser una sonrisa, pero sí una mueca de alivio, pues lo abultado del marcador fue menos de lo que pudo ser. ¿Lo malo?Que lo fue sin que los burgaleses necesitaran ser unos dechados de virtudes, cosa que complicaba siquiera atisbar un mejor escenario de cara a lo que sucedería tras pasar por vestuarios.

Con 'Tuco' llegó la reacción

La igualdad que había habido en las melés se tornó en un claro dominio casero con la entrada al rectángulo de Alberto 'Tuco' Blanco. A él se agamirar, al fin, al frente de manera decidida. Entre él y el veterano Gavidi encorajinaron al Quesos, que se vio en el partido merced a los ensayos de Calzón y del capitán, que taponóo una patada de Carrió, con lo que el VRAC pudo salir al ataque y prolongar el sufrimiento burgalés.

Después de la incomodidad de tantos y tantos minutos, el conjunto visitante respiró aliviado al lograr encadenar varios pases de cariz prometedor, que terminaron con un golpe de castigo que ejecutó entre palos Carrió. Habida cuenta de que De Thierry no había embocado la transformación anterior, la desventaja volvía a ser de siete puntos, que tal y como había sido el primer periodo no parecía mucho, pero lo era, habida cuenta del poco tiempo que restaba, apenas seis minutos, y de cuánto les había costado ensayar a los locales.

Y volvió a hacerlo, aunque con tanta intriga que casi consumió el crono. Un inoportuno error de Gavidi en la recepción demoró la resolución del último ataque, si bien hubo el tiempo suficiente aún para que se resarciera el internacional. Después de ejecutar un saque lateral avanzado y con un golpe de castigo reanudado con rapidez, el VRAC hundió el cuchillo en la zaga visitante, que para entonces ya se había convertido en mantequilla, y la patada de De Thierry empató la contienda, lo que no sirvió más que para maquillar lo que fue una mala tarde que, en caso de repetirse, dejará al Quesos fuera de pelea por el título.

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