El césped de la discordia que separa a España del Mundial

El domingo 2 de febrero, España se juega una plaza para el próximo Mundial de rugby, que tendrá a Australia como sede en 2027. Una ocasión pintiparada para una selección que quedó eliminada en los despachos en las dos últimas ediciones –por alineación indebida en ambos casos–, y que ahora tiene en su mano recuperar el prestigio perdido y buena parte de aquel crédito que se ganó en 1999, última presencia mundialista.

Ahora bien, para sellar ese billete solo es necesario dar un último paso:ganar como anfitrión a Países Bajos, en una cita que a menos de dos meses vista no tiene sede para desesperación de la Federación Española, que en las últimas semanas ha multiplicado sus reuniones para que sea Valladolid, capital del rugby, la que se postule para llenar el estadio Zorrilla. No hay otra ciudad que pueda garantizar 20.000 espectadores para asistir a un partido de rugby. Y es aquí donde se ha encontrado un muro difícil de derribar.

Un informe desfavorable redactado por el 'greenkeeper' (responsable del césped) del Real Valladolid desaconseja la celebración del partido, apoyándose en las heladas que sufrirá el verde en las próximas semanas y en la «raíz corta» que tiene el césped en esas fechas para su posterior recuperación. Argumentos que mantienen inamovible al club en su postura pese a la mano tendida por la Federación Española de Rugby (FER) ofreciendo distintas alternativas, desde la ayuda de un experto en la materia amparado por el máximo organismo del mundo del oval (World Rugby) hasta aumentar el canon que hubo que depositar en concepto de alquiler en el último España-Fiyi, que ascendió a 60.000 euros.

No hay manera. Ninguna de las opciones convence al club, que por otra parte tampoco quedó muy satisfecho con la última experiencia por el spray que se utilizó para pintar las rayas del campo. En este sentido, la propia federación ha ofrecido ahora una pintura especial que utilizan clubes británicos para alternar partidos de fútbol y rugby en sus estadios durante la temporada.

«Se contrató un seguro específico que cubre todo tipo de desperfectos, ahora hemos planteado diferentes soluciones para que no haya ningún problema y el césped esté en perfecto estado al día siguiente del partido, pero no quieren aceptar la ayuda», subrayan desde la federación.

En este punto, todas las posturas están meridianamente claras. También la del ayuntamiento, dueño del estadio pero en principio y si no cambia de decisión, a merced del informe redactado y remitido por Real Valladolid.

«Me encantaría que se pudiese disputar un nuevo partido de la selección española de rugby en el estadio José Zorrilla, pero la verdad es que yo no me puedo apartar de lo que diga o refleje un informe técnico, en este caso, como el que aporta el club del Real Valladolid», señala el alcalde, Jesús Julio Carnero, el único con plena potestad para desbloquear la situación y hacer entrar al club en razón.

El calendario futbolístico, en este caso, propicia la celebración del España-Países Bajos, ya que ni el 2 de febrero (en Villarreal) ni el fin de semana del 9-10, el primer equipo del Real Valladolid jugará en Zorrilla.

La pelota, por lo tanto, está en el tejado del ayuntamiento como propietario del recinto, y con la sartén por el mango para revertir la situación y que España pueda optar en Valladolid a sacar el billete mundialista. El primero en los últimos 25 años.

De lo contrario, la federación se vería obligada a recurrir a los planes B y C: La Central o Leganés.

• Temas
• Jesús Julio Carnero
• Real Valladolid
• Holanda
• Rugby