Acelerón del Quesos Entrepinares en el llano

Merino movió su quince para dar minutos a unos y descanso a otros, puso pimienta al primer pateo por si los de Ordizia repetían la modorra inicial de hace una semana contra Cisneros. Y bingo. El oval cayó en las manos de Martiniano Cian, imparable si da un acelerón y encuentra un metro de autopista; no se había cumplido el primer minuto y ya había que mover el marcador del Pepe Rojo, Teo Marcos acertó con la H y, aparte de añadir dos puntos, cosechó una confianza que le sirvió para cuajar un partido notable en la apertura quesera. Este inicio fue explosivo, y es que no mucho después Vélez cargó contra la delantera del Goierri, que se tambaleó, y Marc Sánchez acompañó la embestida para firmar el segundo ensayo con apenas doce minutos de juego.

El partido tenía sus alternativas. El Ordizia movía con rapidez y acierto el oval, con pases cortos y sin filo, así que sus ataques derivaron en un tiquitaca de fácil defensa quesera; y el VRAC pisaba la veintidós de enfrente sin fruto, jugó varios castigos a la touch sin encontrar el premio de los puntos porque siempre sobrara un error en la penúltima mano. Uno de estos ataques llegó en una carrera en diagonal espectacular del zaguero Arnau Andrés, rompió con tanta prisa la línea rival que dejó atrás a sus propios compañeros, sin tiempo para llegar en la ayuda; por desgracia, el valenciano hizo crac y tuvo que ser sustituido en brazos.

La segunda parte nació anestesiada por las lesiones y los cambios, hasta que una patada al rincón de Taibo encontró la galopada de Del Pino, dejó atrás a la zaga rival, atravesó la línea de marca y, cuando solo faltaba posar el oval, se le cayó de las manos. Una pifia de las que hacen daño si no fuera porque, casi de inmediato, Miejimolle abrió el dos la defensa del Ordizia al servirse de un magnífico pase de Marcos. El Quesos ya tenía los tres ensayos de margen que le otorgaban la primera bola extra de la temporada.

Era el momento de echarle tila al juego, con el 19-3 la victoria no corría peligro y se trataba de asegurar el bonus con un cuarto ensayo, sin prisa, con más de treinta minutos por delante. Y ahí el Quesos se precipitó, puso la tienda de campaña en el campo del Ordizia y dejó escurrir el tiempo sin encontrar el punto de acierto necesario. Baltazar Taibo, desde el fondo de su equipo, partió por la mitad la trinchera rival con una patada frontal y entró a la carrera entre palos; los jugadores del Ordizia se quedaron parados reclamando un ataque ilegal y el árbitro necesitó la consulta de sus dos asistentes para anular la jugada que había dado en principio por válida.

Lasala de la Rosa perdió ahí el pulso de la autoridad y los jugadores decidieron tomarse la justicia por su mano. Surumi fue el primero en equivocarse con una mala patada y un placaje alto que dejó a su equipo en inferioridad en la recta final, un acelerado Ioritz Mujika cargó a destiempo contra Marcos, tanganas que enloquecieron el desenlace, desordenaron el juego y abrieron la vía al ensayo del Ordizia, ya en tiempo de prolongación. El Quesos perdía su bonus y el árbitro concedió una última jugada, decisión que los de casa aprovecharon con un ataque desbocado para llevar el oval a la banda por la que corría González del Pino para desquitarse del borrón de media hora antes. Cinco puntos a la buchaca, casi seis después de saber que Aparejadores dobló la rodilla en Sevilla.