El Salvador, campeón de la Copa del Rey

El rugby vallisoletano tenía un sueño desde hace ya años: jugar en el estadio Zorrilla. Y ese sueño se convertirá hoy en realidad y de una manera impensable, con un partido en el que todas las localidades se han vendido. Y es que en el oval de Valladolid había ganas de un partidazo en el que los dos eternos rivales, el SilverStorm El Salvador y el Quesos Entrepinares, van a pelear por alzar la Copa después de los ochenta minutos de choque. La guinda de este soberbio espectáculo, la presencia de Felipe VI, que presidirá el encuentro.

Un derbi en el que el Quesos Entrepinares parte como favorito. A su favor juega su palmarés en las últimas temporadas, en las que ha sido el rotundo dominador del oval hispano, así como su mayor experiencia en estos años en disputar finales de este tipo. Cuenta con más fondo de armario y quiere conseguir su tercera Copa consecutiva, que sería la quinta en toda su historia, para que el trofeo pase a su propiedad. Diego Merino cuenta con un excelente plantel con el que ha brillado esta temporada en la competición continental. Mantiene el bloque de las últimas campañas con hombres como Pablo César Gutiérrez, Nacho Molina, Álex Gutiérrez Muller, Gareth Griffiths, Kalo Gavidi, Pablo Gil, Stefano Tucconi o Álvaro Abril, entre otros. Sus neozelandeses, sobre todos sus terceras Hall y Taylor, le dan poderío físico y técnico. Posee además una tres cuartos potente y rápida, que le permite hacer daño con su dinámico ataque. Lo tiene todo, pero eso, a veces, no resulta suficiente en un partido tan emocional como un derbi.

El Chami, por su parte, ha conseguido crecer como equipo esta temporada. Su principal apuesta ha sido por reforzar la delantera, con un jugador foráneo por línea: Borsak (primera línea), Walker-Fitton (segunda) y Matt Foulds (tercera). La apuesta le ha salido perfecta y ahora tiene poderío en su paquete de delanteros para hacer daño a los rivales. Además ha recuperado a Fernando González-Altés y los hermanos Núñez parecen haber superado sus lesiones y problemas físicos. El Salvador, un equipo que siempre ha basado su juego en su potente delantera, sigue fiel a su estilo, aunque Juan Carlos Pérez está intentado buscar otras fórmulas de juego que le permitan hacer daño cuando sus delanteros encallen frente al rival.

Y esas posibilidades de un juego más dinámico y con una tres cuartos más briosa y vistosa nace de la presencia en el campo de Juan Ramos, el medio melé más talentoso de su generación en todo el rugby hispano, y Sam Katz, un apertura de mucho nivel, letal en los lanzamientos a palos y soberbio con las patadas tácticas. En el Quesos, el peso anotador con el pie recae en Griffiths. El británico se ha convertido en un pilar del juego azulón durante los últimos años. Certero con el pie, siempre está entre los máximos anotadores de la competición.

Enfrentarse en un estadio con 26.000 espectadores es una novedad para la gran mayoría de jugadores. El ambiente majestuoso será un presión añadida. Eso lo saben los dos técnicos, que durante la semana han trabajado de manera importante el factor emocional. El equipo que mejor sepa lidiar con esa presión sobrevenida por unas gradas repletas tendrá mucho camino ganado.

Merino ha citado a 24 hombres, uno de los cuales deberá conformarse con ver el partido desde la grada. Los elegidos por el entrenador quesero son Manson, Miejimolle, Alberto Blanco, Barnes, Pablo César Gutiérrez, Pastor, Stohr, Mora, Álvaro Abril, Tucconi, Molina, Hall, Gavidi, Taylor, Iván Espeso, Nuno Penha, Mateu, Griffiths, Ferrández, Álex G. Muller, De la Lastra, Pretorius, Pablo Gil y Moir.

Pérez, por su parte, ha convocado a Gabi Fernández, Borsak, Marcial Castro, Villalobos, Vega, Marrón, Álvaro Núñez, Walker-Fitton, Gonzalo Núñez, Gerardo de la Llana, Foulds, Mamea, Juan Ramos, Katz, Sánchez de la Rosa, Alberto Díaz, González Altés, Zebango, Carter, Blanco y Pearce.