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Alfonso Alonso-Lasheras, en su etapa en Gijón.
De la melé al sacerdocio
Rugby

De la melé al sacerdocio

Alfonso Alonso-Lasheras, exjugador de El Salvador, será ordenado sacerdote por Ricardo Blázquez

Miguel Ángel Pindado

Viernes, 13 de junio 2014, 22:12

Con 22 años, Alfonso Alonso-Lasheras (Valladolid, 10-9-1981)se había convertido en una de las firmes promesas del rugby vallisoletano. Había conquistado con el Dulciora varios títulos y vestido la camiseta nacional en todas las categorías inferiores. Una grave lesión truncó su carrera deportiva y le abrió los ojos a su verdadera vocación, que hoy se verá confirmada con la ordenación como sacerdote por el obispo Ricardo Blázquez. «Un mes en cama y siete meses de lesión me permitieron replantearme la vida y descubrir el amor de Dios. Cierto es que mi educación había sido religiosa y que yo veía en los valores del rugby, de sacrificio, esfuerzo, camaradería, amistad, trabajo en equipo, etc., muchos de los valores cristianos».

Curiosamente, era el único de sus hermanos que no estudió en los jesuitas, pero finalmente eligió entrar en esta orden religiosa. «Fue una decisión acogida de manera desigual en la familia. Mi madre lo aceptó muy bien; mi padre, que veía en mí a un gran jugador de rugby y un buen estudiante, no tan bien; mi hermana mayor, bastante anticlerical, te puedes imaginar; mi hermano Jaime me apoyó siempre, y mi hermana pequeña seguro que tenía otros planes para mí y lloró bastante», explica con total naturalidad Alfonso, Fonfo. «Ahora me ven feliz, saben que es mi elección y soy feliz con ella y lo aceptan con total naturalidad»

Con la carrera de ingeniero químico bajo el brazo tomó contacto con grupos de voluntariado, para finalmente dar el gran salto y hacer los votos como religioso. Dos años de estudio de Filosofía en Salamanca y otros tantos de profesor en La Inmaculada de Gijón le sirvieron de preparación para salir al extranjero. Estuvo en Tanzania y los últimos tres años en una fabela en Brasil, peleando para que los jóvenes no cayeran en las garras de la droga.

Papa Francisco, aterrador

Para un joven «canalla», como el mismo se califica, los votos no supusieron ningún problema. «Pobreza, castidad y obediencia son la esencia de la vida religiosa», confiesa sin ambages, aunque respecto al celibato de los sacerdotes está cercano a las tesis que apunta el Papa Francisco. «No es lo mismo un sacerdote que un religioso. Creo que lo que dice el Papa Francisco dejando una puerta abierta a la abolición del celibato de los sacerdotes es sensato. Sinceramente no creo que sea incompatible la paternidad con el sacerdocio. Estoy convencido de que con el tiempo, no sé si yo llegaré, pero veremos a sacerdotes casados y con hijos».

Valiente y directo en sus afirmaciones, como buen jesuita, no dudó en calificar de «aterradora» la elección del Papa Francisco. «Los jesuitas, por nuestra propia esencia, no estamos llamados a ejercer cargos de gobierno de la iglesia, va en contra de lo que somos. Aunque ciertamente, después de visto el rumbo que ha tomado, estamos encantados. Creo que sus ideas están más cercanas de la realidad de la auténtica iglesia y seguramente nos ayude a avanzar en la búsqueda de Dios».

Siempre fue un excelente estudiante. Con su carrera de ingeniero químico, más sus estudios de Filosofía y ahora de Teología, no se plantea dudas acerca de los nuevos descubrimientos de la ciencia, como la formación del Universo o el Bosón de Higgs que en muchas ocasiones choca con la religión. «Creo que ciencia y fe no son incompatibles, una se ocupa de segundas causas y otra de causas últimas. Además, estoy seguro de que todos los descubrimientos de la ciencia sirven para acercarnos cada vez más a Dios».

Hoy, aquella lesión que le apartó del rugby hace una década le acercará aún más a Dios. En la iglesia del Corazón de Jesús, a las 18:00 h. será ordenado sacerdote por el obispo RIcardo Blázquez. «La ordenación se celebra en Valladolid porque soy el único y porque el obispo ha accedido a ello. Es un día de fiesta para la iglesia», confiesa modestamente, pero también para Alfonso Alonso Lasheras, hoy jesuita sacerdote, para sorpresa de muchos de sus antiguos compañeros de melé.

«Que no se engañen mis amigos del rugby, sigo siendo el mismo canalla», se ríe Alfonso. ¿Puedo poner lo de canalla? «Es que debes ponerlo». Así son los jesuitas... y desde hoy también los sacerdotes.

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