«Revisando las normas de aforo y la distancia espero poder jugar en julio al pádel en la Plaza Mayor»

- ¿Cómo y dónde está pasando el confinamiento?

- Lo estoy pasando en mi casa, en Pozuelo, con mi familia y mi perro. Estamos todos bien, afortunadamente, aunque hemos tenido alguna mala época porque hemos sufrido el fallecimiento del padre de una de mis mejores amigas y el de la madre de un amigo de toda la vida de mi padre, pero intentamos afrontarlo de la mejor manera posible y estar al lado de las personas que han perdido a seres queridos.

- ¿Cómo es un día en su vida de encierro?

- Me levanto pronto para estar activa, estudio y luego hago unas dos horas de físico. Después de comer, descanso un ratillo y sigo estudiando para meter algo más de entrenamiento por la tarde. El final del día lo dedico a hablar con mis amigos y mi familia, que también es importante mantener ese contacto.

- ¿Cuántas horas dedica a la preparación física?

- Entre dos y tres. Mi entrenador me manda a principio de semana las rutinas de cada día y yo las voy haciendo. Además, le voy contando mis sensaciones y a final de semana evaluamos la dureza de las sesiones.

- ¿Le pidieron sumarse a la primera línea de sanitarios para luchar contra la pandemia?

- Nos mandaron un mail con una encuesta para ser voluntarios en el hospital. Yo la rellené, pero al final en Madrid no han tirado de estudiantes. En otras comunidades sí que lo han hecho.

- ¿Echa de menos la pala?

- Muchísimo. No podemos hacer la práctica real. Yo hago algo en el garaje y en una mesa de ping pong pero no es lo mismo, aunque sirve para mantener un poco las sensaciones con la pala. Jugar contra la pared es muy aburrido.

- ¿Cómo lleva la relación con su pareja de pista?

- Bea y yo estamos muy en contacto. Ella ha comenzado ahora exámenes, online, y hablamos cada dos días, más o menos. Estamos muy conectadas.

- ¿Está descubriendo nuevas aficiones?

- Sí, muchas. A mí siempre me ha gustado leer, pero no tenía ese momento de paz que tengo ahora y aprovecho para leer. También estoy explorando el mundo cocina. Tengo la suerte de que mi madre cocina muy bien y es muy didáctica y me está enseñando muchas cosas. Fines de semana y muchas tardes nos encerramos en la cocina juntas.

- ¿Algún plato digno de estrella Michelin?

- (Risas). En Semana Santa hice unas torrijas buenísimas, pero también estoy haciendo postres saludables. No soy de dulce, pero lo hago muy fit. El otro día hicimos unas bolitas de coco muy ricas, un flan también de coco muy rico, pollo al curry, pisto con huevo poché… Estamos haciendo muchas recetas.

- ¿Cómo se imagina el día después?

- Es difícil vaticinar algo. Todos estamos sumidos en una gran incertidumbre, incluido el Gobierno. Ojalá podamos volver en julio y además en Valladolid, que además es un torneo que me hace siempre muchísima ilusión. Yo soy siempre optimista y espero que en julio podamos volver con normalidad. Habrá que ver las normas de aforo y distancias, pero esperemos volver pronto.

- ¿Cómo le afecta económicamente el COVID-19?

- El hecho de no jugar ya nos resta los premios. Y en el apartado de patrocinios, a lo mejor hay que arrimar el hombro, como han hecho futbolistas y clubes. Si llega el momento, yo seré la primera en hacerlo y no tendré ningún problema en echar un cable a mi marca.

- ¿Qué es lo primero que hará cuando termine todo?

- Son tres cosas. Ir a ver a mi abuelo, darle un abrazo a mi mejor amiga, que ha perdido a su padre, y ¡meterme en una pista de pádel!