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Anne Van Malderen es una joven en aquel año 1959 cuando, acompañando a su madre, acude a una adivinadora. No cree mucho en sus predicciones pero escucha: «tu matrimonio no durará, conocerás a un hombre que dejara una huella imborrable en tu vida, puedo ver sus ojos azules.., lo conocerás junto al mar».
Ocho años después, Anne está casada cuando conoce a un joven en Saint Tropez que lucha por llegar a ser piloto de Fórmula 1. Se llama François Cevert. Cae seducida por el atractivo parisino, por sus ojos azules...
En junio de 1966, François, se presenta al Volante Shell, una prueba que puede facilitar su carrera de piloto. Anne vuelve a la adivinadora para saber como le va a ir a François. Le enseña la fotografía de este y no le dice nada a la mujer. Tras una hora en silencio, la adivinadora empieza a hablar: «ya lo has conocido. Su imagen aparece mezclada con una extraña máquina. Acudirá a una especie de examen y ganará. Su éxito os separará. No llegará a cumplir 30 años». Anne le narra la sesión a su novio. Este decide acudir a la adivinadora sin decirle nada de su relación. La mujer repite sus predicciones.
Watkins Glenn es escenario del Gran Premio de los Estados Unidos, la decimoquinta prueba del mundial 1973. El trazado neoyorquino tiene curvas espectaculares como la famosa 'S', una curva a derecha seguida de otra a izquierda donde los mejores pilotos marcan las diferencias con el resto.
Jackie Stewart llega a esta última cita de la temporada con el título en el bolsillo, el tercero de su carrera, logrado tras ganar cinco carreras y ser segundo en otras dos. El Tyrrell que pilota ha sido imbatible y su compañero de equipo, con seis segundos puestos y un tercero, le ha respaldado de forma impecable. Incluso, en Alemania, cuando falla un cambio Stewart, conserva la posición sin adelantar al escocés ¿Su nombre? François Cevert. El parisino respeta al máximo a su jefe de fila y este le trasmite sus conocimientos con el afecto de un maestro a su más preciado alumno. La relación es fantástica, modélica. Stewart oculta un secreto. El de USA será su carrera cien en la Fórmula 1 y la última. Y ha trabajado toda la temporada para que en 1974, Cevert sea su sucesor como campeón.
Es sábado 6 de octubre. Los pilotos ruedan sobre la pista en la sesión matinal de entrenamientos. Cevert pilota el chasis 6 del Tyrrell 006, y el motor Ford-Cosworth V8 que ruge a su espalda lleva el número 6. «Es mi día», le dice a su mecánico el mexicano Jo Ramírez.
El disco de regalo
Se baja la visera del casco con la bandera tricolor, y acelera dejando atrás la línea de boxes. El reloj se acerca a las 12,45. Queda muy poco para que termine la sesión. De pronto se hace un silencio. No se escuchan los motores. Alguien dice que un monoplaza azul se ha salido en la famosa 'S'.
Beltoise llora: ha visto cubrir con una sábana el cuerpo de su cuñado François, que nunca cumplirá 30 años.
«Si algún día muero, os haré llegar noticias mías esté donde esté», les había dicho a Stewart y su mujer, en una cena. Unas navidades, Mark , el hijo de 5 años de Jackie y Hellen Stewart, les ha hecho un regalo comprado al azar. Es un disco. Cuando lo ponen en el tocadiscos, suena 'La Patética' de Beethoven. Brillante pianista, era la composición favorita de François Cevert...
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Almudena Santos y Lidia Carvajal
Juan J. López | Valladolid y Pedro Resina | Valladolid
Rocío Mendoza | Madrid, Álex Sánchez y Sara I. Belled
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