Así nació el GP de Mónaco

En los años veinte, el automóvil progresa y los ciclistas desaparecen poco a poco de las calles de Mónaco, hasta el punto que en 1925 Alexander Noghes convence a los socios para quitar «Sport Vélocipédique» y dejar la asociación en ACM. Pero hace falta el visto bueno de la AIACR o «Asociación Internacional de Automóvil Club Reconocidos», una especie de órgano supremo de la Federación Internacional de Automóvil.

La AIACR está presidida por el arrogante barón de Zuylen, contra el que choca Anthony Noghes, hijo de Alexander (e igual de emprendedor e imaginativo), que ejerce como comisario general del ACM. Zuylen le dice que para ser un club automovilista que represente a un país, este ha de contar con un número importante de automóviles matriculados y una prueba deportiva de alto nivel. Y Mónaco» es un país pequeño para eso» y el Rallye de Monte-Carlo que ha creado su padre, no sirve «pues se desarrolla en varios países europeos»,

Anthony Noghes está furioso, y anuncia en voz muy alta que pronto Mónaco será escenario de un acontecimiento «del que hablará el mundo entero».

Anthony Noghes está furioso, y anuncia que «pronto Mónaco será escenario de un acontecimiento «del que hablará el mundo entero».

Y en el tren de regreso de París, su idea va tomando forma.

Días mas tarde, se sitúa en el Boulevard Alberto I e inicia un recorrido por calles que conoce bien. Pero no es un paseo más. En su cabeza tiene una idea clara. Recorre la larga subida hasta la plaza del Casino, antes de descender hacia la estación. Va analizando esquina a esquina. Baja por Portier hasta el paseo que bordea el mar, y atraviesa el Túnel del Tiro de Pichón. Continúa hacia el muelle de los Estados Unidos y luego hacia el de Alberto I hasta el Gasómetro. Y retorna así al punto de partida. A pesar de su carácter visionario, este paseante solitario posiblemente ignoraba que acababa de «dibujar» el circuito de Grand Prix más famoso del mundo. Pero aún queda por hacer.

Durante dos años habla de su proyecto y un día se lo muestra a Louis Chirón. El famoso piloto monegasco está entusiasmado y le ofrece su apoyo. Esto incita a Anthony Noghes a presentarlo al príncipe Pierre. Este también recibe la idea con entusiasmo pues ve en ella una forma de proyectar la imagen del principado y de los Grimaldi.

El 13 de octubre de 1928 el ACM es admitido en el AIACR. Y el 14 de abril de 1929 , dieciséis coches toman la salida del primer Gran Premio de Mónaco, El resto ya es, como bien saben, otra, muchas otras historias.