Verstappen clama venganza en territorio Senna

El de Red Bull tiene ganas de revancha y de demostrar que después de un año en el que siempre ha estado ahí, pero no tan arriba como le gustaría, puede dar algún susto. Todas las miradas estaban en Ferrari y Mercedes, pero fueron los hombres de las bebidas energéticas los que dieron el do de pecho.

Con un Charles Leclerc que saldrá diez posiciones por detrás del cuarto puesto que obtuvo (decimocuarto) y un Sebastian Vettel que se quedó corto, fue Verstappen y no el previsible Lewis Hamilton quien logró el mejor crono. El hexacampeón del mundo suma ya nueve grandes premios consecutivos sin pisar el primer puesto de la parrilla, un rendimiento que está muy lejos del esperado los sábados y que le hace protagonista de una estadística muy negativa: el piloto que ha logrado más poles en la historia de la Fórmula 1 va a ser el campeón con menos en un año desde Jenson Button en 2009, con sólo cuatro de momento. Sólo Kimi Räikkönen, con tres en 2007, logró menos en los últimos 30 años. Como mucho, podrá acabar 2019 con cinco, igualando las que ha hecho su compañero Valtteri Bottas, que en Interlagos saldrá cuarto gracias a la sanción a Leclerc.

La cara con la que Carlos Sainz compareció ante los medios de comunicación tras su escasa participación en la clasificación del Gran Premio de Brasil lo decía todo. El madrileño llevaba todo el sábado sin sentirse cómodo con el McLaren, y ya desde los libres se dio cuenta de que algo no iba bien. Desde el equipo excusaban las reparaciones en el MCL34 del madrileño en un cambio de 'set-up' previsto ya desde el primer momento. Sin embargo, cuando una pérdida de potencia le hizo volver a boxes en la primera vuelta que daba al trazado brasileño, las explicaciones desde el departamento de prensa de McLaren se hacían innecesarias: algo no iba bien.

La batería que ya llevaba dando problemas desde el pasado Gran Premio de Japón ha sido el foco de todas las miradas, aunque Sainz estaba notablemente enfadado por la situación. En un circuito donde siempre ha tenido problemas, un año más tendrá que salir fuera del lugar que quería. Y es que nadie quiere arrancar último en una carrera, incluso aunque se trate de un trazado como el de Interlagos, donde adelantar es más que factible.

«No creo que sea el circuito ni el país, simplemente coincide que aquí llegan los problemas sin saber por qué», se lamentaba el español sobre el gafe que le persigue aquí. «Me da mucha rabia, porque era otro día para calificar adelante y tener una buena carrera, pero saliendo desde atrás va a costar mucho», admitió.

No le faltan motivos para estar mosqueado. Sólo ha logrado puntuar en Brasil una vez, en 2016, cuando fue sexto. En 2017 acabó undécimo y en 2018, duodécimo. Ahora que tiene un coche que sí le permite luchar por entrar en Q3, una inoportuna avería le dejó fuera. Aunque no es la opción que querría, las circunstancias le obligan: tendrá que quitarse de encima a pilotos teóricamente más lentos que él si quiere llegar a la zona de puntos. Por el camino también se topará con Lando Norris, que no llegó a la Q3 por escasas milésimas y completó un mal sábado, sin paliativos, para McLaren.