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George Harrison, al volante del Lotus 18, de 1960. En detalle, con su gran amigo Jackie Stewart, doble campeón del mundo.
El Beatle que se puso al volante de un Fórmula 1
Historias de la Fórmula Uno

El Beatle que se puso al volante de un Fórmula 1

George Harrison era un apasionado de los automóviles, de calle y de carreras, y su fama le permitió conocer muchos pilotos y formar parte del mundo de las carreras

Viernes, 6 de octubre 2023, 17:38

Entre el público que acude a ver las carreras de coches y motos en el circuito de Aintree (al norte de Liverpool), un niño hace fotos con su pequeña cámara. Es un apasionado, y no duda en escribir a las marcas para completar su álbum. Su pasión llega al cenit cuando, el 16 de julio de 1955, asiste al GP. de Gran Bretaña y ve el doblete triunfal de los Mercedes con Moss y Fangio.

Pero George Harrison, así se llama, tiene otra pasión, la guitarra. En 1958 se une a 'Quarry Men', una banda que lidera un tal John Lennon. Dos años después ambos, junto a Paul McCartney y Ringo Starr, crean The Beatles. El resto es historia.

La fama abre puertas, también de los circuitos. Mónaco es uno de ellos y Harrison acude a los grandes premios donde entabla amistad con Denny Hulme, Jack Brabham y Jackie Stewart. El escocés cae especialmente al Beatle, ya no solo por su estilo al volante sino también por su personalidad: será uno de los primeros pilotos en dejarse el pelo largo y romper convencionalismos.

En 1970 los Beatles se suben a la azotea de Apple Corps, su londinense estudio de grabación en el número 3 de Savile Row, y actúan por última vez juntos.

Muy en su estilo, Barry Sheene le gritó a un sorprendido John Surtees: «¡déjale probar a George!»

Tras la disolución del grupo, George emprende su carrera en solitario. Y continúa con su afición por el motor (entre sus coches hay un Jaguar E, un Mercedes 600 y luego vendrán varios Porsche). Acude a los grandes premios y se hace amigo de más pilotos, como Emerson Fittipaldi.

En 1976 acompaña a su amigo Barry Sheene, el campeón motociclista, al circuito de Brands Hatch. John Surtees, el único campeón del mundo en dos y cuatro ruedas, quiere de Sheene prueba su Surtees TS19 y que forme parte del equipo. Tras la sesión, Barry grita: «John, deja que George pruebe el coche». Surtees se justifica diciendo que no tiene casco ni mono, pero Sheene se desprende de su equipo y se lo presta. Y así Harrison se sube por vez primera a un Fórmula 1: «una sensación fenomenal», recordaba en alguna entrevista.

En 1978 muere en Monza uno de sus amigos, el sueco Ronnie Peterson. En su recuerdo Harrison escribe 'Faster', 'He's the master of going faster' ('él es el maestro de ser el más rápido') canta en el vídeo del disco, sentado en el asiento posterior de un coche que conduce Stewart… Poco después fallece el piloto Gunnar Nilson de un cáncer. Antes, Nilson ha tenido tiempo de crear una fundación para luchar contra el terrible mal. George cede los derechos de 'Faster' a este proyecto.

El 14 de julio de 1979, se monta el Donington Park una carrera exhibición con monoplazas de F1 de diferentes épocas, para obtener fondos destinados al proyecto del piloto desaparecido. Allí está Jackie Stewart en un Tyrrel; James Hunt en el McLaren, Phil Hill con un Ferrari…, y George Harrison, que es invitado a conducir el Lotus 18, con el que ganó Moss en Mónaco en 1960. Teóricamente va a encabezar el grupo de F1. Pero antes de subir a su coche, le cuenta a John Watson que va a disfrutar de la exhibición, y este le contesta: «Bromeas, no hay ningún piloto de carreras que vaya en formación. Tan pronto como suelten esa bandera, se volverán locos». Tras la primera vuelta, George ve en su retrovisor como todo el pelotón de pilotos se le viene encima… «Al menos lo hice mejor que Hunt, que se salió», contaba entre risas el guitarrista.

Era un apasionado y le encantaba conducir en pista y en carretera. Su amistad con Gordon Murray, le llevó a comprar en 1994, uno de los primeros Mclaren F1, el superdeportivo creado por el famoso ingeniero. Harrison, devoto del hinduismo, pidió que el chasis desnudo del F1 estuviera cubierto con símbolos de su fe, así como con citas escritas a mano y letras de canciones aplicadas con tinta plateada por Murray. George amaba tanto este McLaren que su familia lo conservó tras su muerte en 2001.

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