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De arriba a abajo y de izquierda a derecha, José Meléndez, Yerfran Pantoja, Smerlin Beltre, Ronald Rivas, Carlos Porras, Arturo García, Juan L. Taraché, Melvin Pérez, Josafat Garay, Hairo Aquino (entrenador); Louis Martínez, Henry De la Rosa, Isaías Oviedo, Rolando Rodríguez, Javi Pérez, y Edwin De los Santos. José C. Castillo
Una vida en el béisbol
Uno de los nuestros

Una vida en el béisbol

El entrenador y fundador del equipo CBS Five Valladolid, Hairo Aquino, siempre pensó que este deporte. Ahora está dispuesto a que al lado del Pisuerga se hable de béisbol en la máxima categoría nacional

Santiago Hidalgo

Domingo, 21 de abril 2024, 18:27

¿Por qué tengo que irme a España? ¿A Valladolid? ¿Allí se juega al béisbol? Hairo Aquino (31-01-1986, Santo Domingo, República Dominicana) se hizo estas preguntas repetidas veces en su cabeza cuando, con 17 años, su madre Virginia le dijo que se iban a vivir a España. Él estaba todo el día practicando su deporte favorito en el campito de béisbol de 'La Mina', en Santiago. Como muchos de sus amigos dominicanos, soñaba un día con ser profesional y ganarse la vida en las grandes ligas. Así que el guante y el bate formaron parte de su valija, pero la incógnita de si en España hubiera béisbol le atenazó todo el trayecto.

Pronto pudo comprobar que este deporte, cuyo origen en cuanto a las reglas se atribuye a un vendedor de libros norteamericano, Alexander Cartwright (1845), era casi un desconocido en cuanto a su práctica, salvo algunos grupos reducidos en Barcelona o en Madrid. «Llegar a Valladolid y tener que olvidarte del béisbol de repente fue muy duro. Vine a estudiar. Si quieres hacer algún deporte, me dijeron, haz fútbol… Yo no conocía, no sabía a dónde llamar, no teníamos la tecnología ni sabía contactar con la Federación Española de béisbol para ver si podía haber algún equipo por aquí», relata Hairo. Aunque no se rindió: «El béisbol era mi vida, y sigue siéndolo», comenta.

Sin la posibilidad entonces de redes sociales, el asunto de encontrar en una ciudad como Valladolid a personas interesadas en jugar al béisbol se hacía complejo. Pero lograron juntar un grupo con el que practicar de forma amistosa, sin competición, en los antiguos campos de Villa Ángeles debajo del puente de la Avenida Madrid. «Tuvimos que reunir unas firmas para solicitar el terreno», dice Hairo.

Primero fue estudiante, después militar tres años en Toledo y Almería, la crisis económica golpeó fuerte a todos y Hairo se vio obligado a marchar a Estados Unidos. Hizo una intentona por ser profesional en el béisbol. Volvió a República Dominicana varias veces, probó, jugó en alguna liga americana, también en la primera división de Bélgica, pero su trayectoria como jugador estaba conclusa. Hairo se desempeñaba de segunda base. «Es donde siempre jugué y más me destaqué (sic). Es una posición donde tienes que estar muy listo para que el rival no te la robe. No se necesita potencia en el brazo, pero sí mucha concentración».

El pasado 6 de abril disputaron su primer encuentro de la Liga Noroeste, y derrotaron 16-4 a Los Llanos de Gijón

Cuando volvió a Valladolid ya ni el campo de juego estaba a su disposición. Había que arrancar de nuevo. Entonces encontró el Club Deportivo José Lima (Gigantes Valladolid) en Puente Duero que dirigían Wellington y José Sime y a ellos se juntó. «Hacían softball, y yo quería practicar béisbol en un proyecto diferente, así que junto a otras personas fundamos después un nuevo club».

El CBS Five Valladolid vio la luz en marzo de 2021, curiosamente con Virginia Martínez, la madre de Hairo, como presidenta y máxima aficionada. Ahí es cuando comienza la aventura de Aquino como fundador, entrenador y jugador de ese equipo. «Me ha tocado ser un poco de todo en el club. Yo creo que es cosa del destino. El destino no me tenía por ser jugador profesional y ahora la oportunidad me la está dando Dios de tener este proyecto. La verdad es que me gusta mucho y lo valoro».

Los Navegantes

En la actualidad, ya en la faceta de entrenador, Hairo ostenta el nivel 2 de béisbol (sólo dos personas lo tienen en Valladolid. Él y José Manuel, el entrenador de los Navegantes de Valladolid, que se dedica más a la cantera) y está preparando el nacional nivel 3.

La mayoría de la plantilla es la misma del pasado año, con solo una baja y alguna incorporación: «Dos chicos españoles jóvenes llegados de Gijón, otro de Valencia y otro de Venezuela. Tienen bastante conocimiento de béisbol y nos van a ayudar bastante, pero la base es la misma». Una mezcla de veteranía con los López Taraché, José Meléndez, Henry De la Rosa, Carlos Porras, Rolando Rodríguez y de jóvenes, la mayoría llegados de Venezuela, República Dominicana y Cuba, con doble nacionalidad, y a los que la empresa Danbor de instalación de andamios, con convenio con el club, les ofrece trabajo. Muchos de estos, incluido Hairo, podrían ir a otros equipos de categoría superior, pero se han confabulado para lograr que el CBS Five Valladolid llegue a División de Honor. Por debajo, chavales jovencitos «de las inferiores que en un par de ejercicios estarán acompañándonos» y, quien sabe, «si tiene nivel, puedan acceder al mercado profesional americano».

Alma mater del CBS Five. Hairo Aquino, que comenzó en los antiguos campos del Villa Ángeles, es fundador, entrenador y jugador del equipo que ahora entrena y juega en Soto de la Medinilla. José C. Castillo

El pasado sábado disputaron su primer encuentro de la Liga Noroeste. Derrotaron 16-4 a Los Llanos de Gijón. Sus aspiraciones están en todo lo alto después de que en los tres años anteriores hayan conquistado en dos el campeonato noroeste y otra vez fueron terceros. En la pasada edición (récord de 10 partidos ganados y 2 perdidos) se quedaron a un encuentro y una victoria de ser campeones de España lo que les hubiera valido para ascender a División de Honor, la máxima categoría en España. Sin embargo, el conjunto de La Isla de Valencia les arrebató el sueño y tuvieron que conformarse con un agridulce subcampeonato.

Hairo se pone serio cuando dice a los jugadores la táctica y sus posiciones antes del encuentro. Luego todo son sonrisas, pero ahí debe imponerse y marcar territorio: «Como somos de la misma quinta, y me ven casi como un jugador más que un entrenador, debo cambiar el chip y hacerlo así».

Las instalaciones donde juegan ahora en Soto de Medinilla van mejorando. Se ha instalado recientemente hierba artificial sobre el antiguo terreno de arena. Válido para softball, y categorías inferiores, sin embargo, para poder optar a jugar la liga de béisbol, la federación ya les ha marcado la necesidad imperiosa de que en dos años tengan unas instalaciones más adecuadas con las dimensiones oficiales para disputar un encuentro. Una parcela en San Isidro, en Santa María de la Cabeza, podría ser la solución definitiva para un club que ya reúne a 60 personas y está en crecimiento. Y lo mismo para otros equipos como Navegantes, Los Astros o Gigantes que también llevan la bandera del béisbol en Valladolid. Para algunos, una vida. Su vida.

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