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«Cuando le dices a la gente que en Valladolid se juega al béisbol, que hay un equipo de béisbol, se extraña o no se lo cree». Estas fueron las primeras impresiones que Hairo Aquino, presidente y delegado del CBS Valladolid recogió cuando pensó en su cabeza en la creación de un equipo de béisbol. Desde la República Dominicana, que junto con Cuba son los dos países donde este deporte es casi una religión, querían practicarlo en España. Pero no sabían por dónde empezar. «Yo lo vivo mucho» comenta Hairo rememorando cómo se inicio todo. Y es que, aunque poco conocido y recién nacido, existe un club que representa a la ciudad en la segunda máxima categoría nacional, la Liga Nacional de Béisbol 1ª División. De los seis grupos que componen la competición, el CBS Valladolid se encuadra en el grupo Centro con todos los equipos de Madrid.
Pese a entrar a mitad de temporada, el cuadro vallisoletano lidera la clasificación con tres victorias y dos derrotas. Pero esto no es todo. El equipo está convencido de que puede lograr una gesta mayor. Y es que el primer y el segundo clasificado juegan el 'play-off' de ascenso a la Spanish Baseball League, la máxima categoría nacional. Palabras mayores.
Pero la ilusión del club se diluye cuando piensa en un obstáculo que les impediría alcanzar este sueño. «Sería una pena que en el primer año que participamos en la liga, yéndonos tan bien, si ascendiésemos a la SBL no pudiésemos competir el año que viene por culpa de que no tenemos campo» lamenta. Esa es la realidad. Ahora mismo, el líder del equivalente a la segunda división nacional de béisbol entrena en el olvidado campo de fútbol de Soto de la Medinilla, en el Barrio España. Pese a estar en conversaciones con el Ayuntamiento de Valladolid, institución que les cedió el campo para los entrenamientos, aún no poseen un lugar de referencia donde jugar como locales. «Antes entrenábamos en el campo de Sófbol de Puente Duero y se nos dificultaba mucho seguir allí porque estaba un poco lejos y el autobús pasaba cada 45 minutos» indica Hairo.
Aún ubicados en un campo destinado a otro deporte, el CBS Valladolid no se da por vencido. Y su insistencia dio sus frutos. El Consistorio acordó recientemente la cesión de un solar en el barrio de San Isidro, donde poder llevar a cabo el proyecto de la cancha de béisbol. Pero no es suficiente. La Junta de Castilla y León, no respondió aún a las demandas de realizar el plan para comenzar la construcción por lo que todo se encuentra parado. «El terreno está con las dimensiones y todo. Si nos dicen que el terreno está y que tennos que trabajarlo nosotros, vamos sin ningún problema a acondicionarlo, a poner las medidas, cerrarlo y todo lo que haga falta» afirma Hairo. De momento no sabemos nada más, no sabemos que más falta para poder ponerlo en marcha. Estamos esperando que nos den nuevas noticias» apunta.
El campo sería el impulso necesario que necesita el equipo para salir adelante. Porque la situación no puede ser más precaria. Sobreviven de la más estricta auto financiación. Se pagan ellos mismos todo. «Nosotros nos compramos todo el material y debemos tener mucho cuidado de él. Cada bate nos cuesta más de cien euros y muchas pelotas se pierden también porque el campo no está cerrado». Una situación parecida se encontraron a la hora de confeccionar una equipación para representar a la ciudad. «Tras consultar a muchos intentos de patrocinadores, tuvimos que hacernos y pagarnos las equipaciones para poder ir a jugar el campeonato nacional porque de lo contrario no podíamos competir» relata Edwin Javier Hernández, uno de los jugadores del equipo.
Debido a la falta de un sitio con las exigencias reglamentarias para poder disputar los partidos de local en Valladolid, el club debe organizarse como puede y jugar sus partidos en Madrid. «Aquí estamos un poco limitados porque tenemos todo descubierto y no podemos utilizar mucho la pelota porque como viene gente porque hay parque alrededor, pasan muchos niños y nosotros debemos tener todo el cuidado del mundo para no golpearlos con la bola al no tener redes alrededor del campo. Hacemos lo que podemos, corremos y hacemos físico, pero no estamos pudiendo hacer las cosas como se harían en un entrenamiento de béisbol» señala Hairo sobre la preparación del equipo .
El CBS Valladolid añora las instalaciones que poseen en la capital cada vez que las visita. «La estructura que tienen en Madrid es envidiable. Puede incluso acoger campeonatos de España y de Europa. Ojalá algún día nosotros pudiésemos tener algo parecido» sueña el presidente del club pucelano. Todos los fines de semana, los que pueden asistir recuerdan a los que deben quedarse trabajando mientras se embarcan en los coches de amigos y familiares para partir a la capital. A las cinco de la mañana, la caravana de vehículos enfilan la A-6, para disputar la cita que esperan con ansia durante toda la semana. Al llegar a Madrid, desayunan y se refrescan para después comenzar a realizar ejercicios de calentamiento y prepararse para los dos partidos que disputan en cada jornada. «Primero jugamos como visitantes en el campo del equipo madrileño y después hacemos nosotros de 'home club'», comenta Hairo.
Tras el esfuerzo, regresan a casa para descansar un poco antes de volver a empezar otra semana de compaginar trabajo y entrenamientos. Muchas veces no resulta fácil sobrellevar esta situación. «Nosotros, por ejemplo, jugamos el domingo, pero no sabemos con quien vamos a poder contar porque si les llaman del trabajo, obviamente no van a poder ir a jugar» dice Hairo sobre el hecho de trabajar y tener que ir a competir a Madrid todos los fines de semana. «Siempre estamos a la expectativa y con el miedo de no saber si vamos a poder ir a competir. Por el momento, no se ha dado el caso porque somos 26 en el club y nos exigen un mínimo de 12. Por esa parte estamos tranquilos» reconoce.
Dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Este dicho refleja a la perfección el carácter con el que los integrantes del CBS Valladolid afrontan el día día. «Vamos seguir a luchando por la ciudad, por Valladolid, para que nos ubiquen un campo con las exigencias para competir a nivel nacional y podamos seguir adelante con este sueño de jugar al béisbol». Este anhelo llevaba mucho tiempo rondando en la cabeza de Hairo hasta que se decidió a hacerlo realidad.
«Llevamos bastantes años tratando de empezar a practicar este deporte aquí. La idea surgió porque vimos en televisión la retransmisión de un partido de niños del campeonato de España y pensamos que por qué no nosotros íbamos a poder estar aquí y empezar a entrenar a béisbol con los niños». Tras interesarse un poco por la situación del béisbol en España, fueron descubriendo que en otros puntos del país ya se estaba practicando e incluso había una liga profesional. «Llegó la influencia de que en otros sitios se estaba practicando bastante béisbol como por ejemplo en Madrid, Tenerife o Barcelona. Vimos la liga nacional por televisión y de ahí surgió la idea de montar este club». Y así nació el CBS Valladolid.
Con la ayuda de varios amigos, Hairo cuenta que comenzó a buscar jugadores e inició los trámites para la creación del equipo allá por diciembre de 2020. Complicaciones de la pandemia y burocracia mediante, el 13 de marzo nació el nuevo club de béisbol de Valladolid. Y el único de Castilla y León. Porque pese a tener tirón en otras zonas del país, es el único equipo que representa a la comunidad en competiciones nacionales. «A pesar de que es un club recién nacido, vamos por muy buen camino» señala orgulloso el presidente del club. Y participar en ellas no fue un camino de rosas, ni mucho menos.
Para empezar en la Liga Nacional de Béisbol Primera División en la que el cuadro vallisoletano compite actualmente, tuvieron que pedir permiso para empezar poder integrarse en la competición a mitad de temporada. Al haberse creado en marzo y comenzar la liga en septiembre, buscar acogida entre equipos que se juegan entrar en la SBL no fue nada sencillo. «Estamos muy agradecidos tanto con la Federación Española como con la madrileña porque desde el primer momento nos dieron muchas facilidades, nos dejaron inscribirnos en la liga y nos ayudaron para que pudiésemos competir» asegura Hairo.
A pesar de su corta vida, el CBS Valladolid mira al futuro con optimismo. Y hay pocas cosas más prometedoras para un club deportivo que jóvenes jugadores que llamen la atención por su calidad. «Tenemos algunos niños en los que la Federación Española se ha interesado para llevarlos a una concentración a Madrid y eso habla muy bien de nosotros como club. Quieren ver como se manejan más de cerca para ver si les convocan para las selecciones de sub-18 y sub-21.» También hay cuatro niños en el CBS Valladolid. Pese a no poder competir por la escasez de jugadores, el club lucha para que puedan desarrollar su pasión por el béisbol. «Nuestra prioridad es que ellos encuentren camino y sigan avanzando. Si otros clubes nos llaman para ver la disponibilidad de los muchachos, nosotros encantados de que vayan a jugar porque lo que se trata es de que los muchachos salgan a flote» subraya el presidente del club vallisoletano. «Por ejemplo, un club amigo de Navarra vio uno de nuestros chicos y le llamó la atención y se puso en contacto con nosotros para poder ayudarlo a competir. La idea es ceder a estos chicos que se entrenan aquí, para que puedan competir hasta que nosotros tengamos suficiente estructura para poder hacer el equipo».
De nuevo, la falta de un campo donde poder desarrollar su actividad como club, priva al CBS Valladolid de poder aumentar tanto su nivel como su cantera. Con el solar prometido por el Ayuntamiento, con perseverancia y con la ayuda de la Junta de Castilla y León, el único club de béisbol de la ciudad y de la comunidad espera poder salir adelante. Y en este proyecto de futuro entran los niños de Valladolid. «Nos hemos puesto en contacto con la Junta y con algunos colegios para que, cuando comience el curo en Septiembre, podamos enseñarles nuestro proyecto para que conozcan más el deporte que nos gusta y, si lo desean, poder apuntarse e ir creando escuela y cantera», destaca Hairo.
Tanto Hairo como Edwin coinciden en una cosa. El béisbol 'jala'. De hecho puede llegar a ser tan trascendente como para cambiar de país. «Hay un chico del equipo que se enteró desde Portugal de que en Valladolid había un equipo de béisbol. Busco trabajo y vino desde allí a la FASA aquí a trabajar y desde que nos vio en redes sociales, nos dijo que se iba a mudar. Antes, tenía dudas porque en Valladolid no había béisbol, pero en cuanto lo supo, lo tuvo claro y entrena aquí con nosotros» cuenta Hairo. Igualmente, ambos esperan que su deporte enganche tanto como para que desde la administración les den luz verde para la construcción de una cancha donde poder entrenar en condiciones y competir. Hasta que ese momento llegue, seguirán demostrando que en Valladolid, también se juega al béisbol.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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