Santiago Hidalgo
Valladolid
Lunes, 20 de junio 2022, 14:17
Acaba de aterrizar en Valladolid. Viene de caer en cuartos en el torneo de Toulouse ante Sanyo y Tapia y, sin tiempo para asimilarlo, este Máster en su tierra lo vislumbra con los ojos inyectados en sangre. Arturo Coello (Mojados, 8 de marzo de 2002) ... ha crecido muy rápido en el mundo del pádel. En 2021 jugó al lado de Miguel Lamperti en su primer salto importante.
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Después sus condiciones llamaron la atención de Fernando Belasteguín que le llamó para situarse a su derecha. Era imposible rechazarlo. Ese mismo año disputó el Mundial de pádel en Catar donde España obtuvo el título de campeón venciendo precisamente a la Argentina del capitán de Pehuajó. Ya en la presente temporada, su primer título llegó en Miami. Batía así el récord del jugador más joven (19 años, 11 meses y 19 días) en vencer una prueba. Y al lado, el de más edad. Coello y Bela se llevan 23 años. Pero el de Mojados continúa una frenética carrera por graduarse cum laude en la universidad del pádel.
–¿En qué momento de juego llega la pareja Coello-Belasteguín a Valladolid?
–Fer y yo hemos hablado muchas veces la semana pasada. Estamos en pareja cuatro y cerca de Paquito y Martín. El año es positivo y estamos muy felices de jugar juntos. Venimos con la misma ilusión que el resto de torneos, pero con el aliciente de estar en casa y tener a la familia y amigos que nos estarán arropando.
–¿Está claro que Belasteguín aporta muchas cosas a Coello?
–Creo que me daré cuenta cuando ya no esté con él. Siento que le estoy exprimiendo al máximo. Aprendo diariamente. Para mí es una oportunidad única jugar a su lado.
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–Con menos presión porque en Miami llegó al fin el título de campeón de un torneo…
–Sí. Ganar un título con Bela supuso para mí un alivio ya que era el único que jugando a su lado no lo había ganado.
–Belasteguín tiene una relación de amor y odio en Valladolid. ¿Con Coello se va a transformar en solo lo primero?
–Creo que a lo largo de los años Fer ha sido cada vez más querido, pero ser el número uno tantos años, también la gente se cansa y espera alguna sorpresa. Pero yo veo que en cada torneo lo acogen con aplausos y cariño. Espero que aquí, siendo quien es y jugando a mi lado, tengamos el público a nuestro lado. Ojalá para llegar a las instancias finales del torneo.
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–¿Las condiciones de Valladolid favorecen a alguna pareja en concreto?
–Valladolid es un torneo peculiar. Beneficia al que mejor se adapte. Es una pista muy rápida con unas temperaturas altas y al aire libre. Así la velocidad de bola es muy rápida y el juego es vertiginoso, con muchos tiros.
–En dos años con muchos compañeros diferentes, se diría que vas asimilando detalles de cada uno…
–De todos he cogido cosas interesantes. Miguel (Lamperti) fue el que me instruyó como competir y ganar a las parejas más grandes. Con Javi Ruiz fue una etapa maravillosa. Una persona que tengo un cariño brutal. Alex Arroyo es uno de mis mejores amigos y además salimos a jugar sin presión. Y ahora, con Fer no dejo de aprender cómo gestionar las emociones, cómo plantear un partido... Aprendo un montón diariamente. Sin embargo, en lo que es el número uno él es en la disciplina de trabajo. Se dedica por y para que su cuerpo esté al cien por cien. Así ha estado 16 años en el número uno, claro.
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–¿Pasa por su cabeza en un futuro conquistar ese número uno?
–No es un objetivo real. Sí lo es mejorar cada día. Es un sueño pero en el que tienen que darse muchas circunstancias. La meta cercana es entrar en las cuatro primeras parejas.
–¿Hay semejanzas entre Bela-Coello y aquel dúo que formaba Juan Martín Díaz con Bela en cuanto al juego, estrategia, colocación, quién defendía y atacaba?
–Sí, las hay. Al final las características de Juan Martín y mías son parecidas. Yo puedo ser una versión más moderna, pero para mí Juan es un referente y el ídolo de mi infancia. Solo el hecho de que me comparen con él es un orgullo.
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–En el Mundial hizo pareja con Galán ganando a Sanyo y Tapia. Eso funcionó…
–No fue una sorpresa el entendimiento con Ale. Sabía que iba a salir bien. Hacíamos una buena pareja y dado el calor de Catar éramos un rival incómodo para cualquiera.
–¿Por qué momento trascurre el pádel? ¿Hay inestabilidad? ¿Hacia dónde camina por la duplicidad de circuitos?
–Estamos un proceso de cambio y como tal hay cosas buenas y malas. El pádel está en crecimiento. Ahora convivimos con dos torneos que se retroalimentan. Hasta final de 2023 tenemos contrato con WPT y en el momento que llegue esa fecha la asociación de jugadores decidirá lo que habrá que hacer.
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