El Seghos ETM luchará ante el Vilagarcia de Pontevedra por la permanencia en Primera

En una campaña con altibajos y marcado por el cambio de formato debido al covid, la liga quedó regulada en dos grupos con el conjunto segoviano encasillado en el Grupo B junto a los equipos de Madrid y Castilla y León. Su última posición en este duro grupo le ha obligado a jugar un 'play off' extra para salvar la categoría. Tras perder la primera posibilidad de cerrar la permanencia después de caer en Parla, al Seghos ETM tan solo le queda una bala. «Las sensaciones durante todo el año han sido positivas, es verdad que ha sido un grupo complicado e igualado y podíamos haberlo hecho algo mejor. Hemos sido muy competitivos y muchos partidos se nos han escapado por detalles que nos han condicionado a estar en la parte baja de la tabla», comenta Antonio Sanz, entrenador y uno de los jugadores del equipo.

Tal ha sido la dificultad del grupo que a Sanz no le tiembla la voz al afirmar que, de haberse tratado de una liga regular con los 12 equipos, el Seghos ETM se hubiese mantenido en la categoría sin problemas. «Nosotros mantenemos el mismo grupo y rotamos poco, mientras que hay equipos que siempre tienen jugadores extranjeros que juegan los partidos que a ellos los interesa por lo que en una liga regular creo que hubiese sido diferente. Este año con el equipo que tenemos se nos hubiese dado mejor y ya estaríamos salvados sin ninguna duda», subraya el técnico del Seghos ETM.

De cara a la decisiva eliminatoria ante el Vilagarcía de Pontevedra, tanto el equipo segoviano como Sanz se muestran optimistas y con la ilusión. «Puede pasar cualquier cosa, pero nos sentimos con opciones y con muchas ganas de que lleguen los partidos. Es cierto que tienen un buen equipo, con un jugador argentino que marca la diferencia, pero creo que somos favoritos. La moral está a tope y estamos convencidos de que se puede ganar», afirma.

Para superar la eliminatoria, el Seghos ETM dispondrá de su tridente de gala formado por Matías Albornoz, Daniel Sanz y Fernando García, con el chileno como principal arma. Pese a ser su primer año en el conjunto segoviano, Albornoz –que sustituyó este año a su hermano Fabián– se ha metido al equipo en el bolsillo pese a la incertidumbre de las expectativas puestas en él. «Nos ha sorprendido a todos. Sabíamos que tenia buen nivel, pero los resultados que nos ha dado son incluso mejores de lo que esperábamos. Es un jugador diferente, seguro y consistente que entrena todos los días en una escuela en San Sebastián de los Reyes y con un ataque clásico en su juego», argumenta Sanz acerca de las características de su pupilo y compañero. De Fernando, otro integrante del club segoviano, explica que «tiene un estilo similar al de Matías, pero con menos potencia y seguridad fruto probablemente de un menor número de horas dedicadas». Por último, acerca de Dani, el entrenador del conjunto segoviano lo califica como «un jugador que puede ganar a cualquiera desde un juego muy táctico y contraatacando muy bien».

Pero más allá de esta eliminatoria que marcará el devenir del Seghos ETM, Sanz habla de una necesidad y una época de cambio en el tenis de mesa segoviano. «Es obvio que necesitamos un cambio. Queremos hacer una escuela y empezar a tener al menos un par de jugadores con los que poder entrenar con asiduidad, ya que por ejemplo tanto Matías como Fernando no entrenan normalmente con nosotros por lo que el nivel del entrenamiento es menor», comenta el técnico segoviano sobre los objetivos a largo plazo que tiene en mente con el fin de potenciar el tenis de mesa.

Siendo un deporte minoritario y acerca de la afición por la práctica del tenis de mesa, Sanz no se corta y habla sin tapujos. «En Segovia solo existen dos clubes y si viniese más gente a querer entrenar, tendríamos realmente un problema de espacio. Es un deporte que engancha, nosotros es verdad que tampoco nos hemos preocupado mucho en darle visibilidad, pero sí creo que podríamos estar un poco mejor», concluye.