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Con septiembre llega el gasto en material escolar… y los abonos deportivos. Porque el ocio hay que pagarlo por adelantado. No le falta oferta al deporte segoviano en un verano en el que los clubes se han lanzado como nunca a por el aficionado gracias ... al apoyo que supone la tecnología. Desde el Segosala, que vende sus abonos en Segunda B a un tercio del precio del año pasado, al Nava o la Segoviana, opciones que superan los tres dígitos. El club azulgrana, que lleva 1.004 socios, hace historia superando el millar en un verano en el que Unami o Cuéllar estrenan categoría.
La estadística refleja la ilusión por el proyecto de Ramsés Gil en la Segoviana, que esgrime los mejores datos de socios de su historia reciente a estas alturas de año. El directivo Juan Carlos Renedo pone en valor el salto desde los 363 socios con los que la entidad empezó la temporada 2015-16. El curso pasado, también en Segunda RFEF, estaba entre los 700 y 800 aficionados en la segunda jornada. «Es histórico que en septiembre ya haya más de mil socios porque la gente siempre deja todo para última hora. Este mes es vital todavía», apuntó. La cifra tiene margen de mejora. Quedan sin renovar unos 70 socios del año pasado; el club ha contactado con ellos y la mayoría ha dicho que pasaría por la sede a renovar.
La novedad de la campaña azulgrana, a través de un vídeo, planteaba a un socio traer a un amigo y que ambos se llevaran un descuento, ha funcionado, pues a este formato se han adherido más de un centenar de aficionados. El abono general cuesta 150 euros y el descuento lo deja en 110. Otro aspecto destacable es que el socio usa el carné: 896 acudieron a La Albuera el primer domingo del mes. «Es una barbaridad porque muchos de los carnés son para patrocinadores. La gente ha ido al fútbol». La entrada general son 15 euros y el club vendió 230 ante el Atlético. El objetivo es superar la cifra de 1.200 abonados del curso 2017-18 en Segunda B, una meta al alcance, pues ese dato corresponde ya al invierno. «Mil es una cifra muy buena, pero somos el equipo 'top' de Segovia y se nos queda corto», dijo Renedo.
La campaña de abonados del BM Nava no se ha resentido pese al descenso. El club ha ya ha superado los 700 socios, cerca de los más de 800 del curso pasado en Asobal, una cifra que prevé alcanzar en las próximas semanas. El lema de la campaña, '¿Soñamos de nuevo?', en referencia a lo que supuso para un pueblo modesto competir en la élite del balonmano español, funciona y el ritmo de inscripciones ha sido el mismo que en años anteriores. El precio ha bajado a los 100 euros (120 para el nuevo socio), cifras más parecidas a Asobal que al último curso en División de Honor Plata, el 2018-19. Hay un suplemento de reserva de asiento : 20 euros.
El BM Nava cuenta con un alto porcentaje de renovaciones, para lo que hay que tener en cuenta el entorno de la plantilla, que supone una cifra cercana al medio centenar. Se pierden las familias de los jugadores que se van y se ganan las de los nuevos. En torno a un 70% de los carnés son de Nava de la Asunción, pero la afición está muy repartida por toda la provincia, con socios de los pueblos de alrededor y de Segovia, una procedencia en auge, tanto para abonos como para entradas. El Nava es el club que más aforo cubre con sus abonados (entre el 85 y el 90%) y apenas distribuye un centenar de entradas, a 15 euros. El abono incluye los partidos del filial.
El Unami es uno de los clubes que más fuerte ha apostado por captar al aficionado. «La campaña es muy superior a la que han hecho el resto de equipos», esgrime su presidente, Paco Andray, con un cuidado vídeo o actividad en redes sociales. «Es un esfuerzo económico muy grande para un club modesto como nosotros». El club habla de los abonos «más económicos» de toda la Tercera División: 50 euros por el general y 35 para jubilados y menores de 25 años. La entrada para cada partido está en 10 euros. El recuento actualizado está en 150 socios. «Somos muy optimistas y queremos llegar a los 300», dijo el presidente.
El Unami, que cumple 40 años, defiende sus orígenes modestos como unión de amigos. Andray argumenta: «Hasta el año pasado, el único fútbol que se veía en Segovia era el de Tercera. Ahí estaba la Arandina o el Ávila, equipos históricos, y mucha gente iba a verlos. Ofrecemos ver buen fútbol a precios de derribo. No quiero hacer ninguna comparación, pero la Segoviana cobraba por esto mismo 170 euros y nosotros estamos cobrando 50. Hemos puesto estos precios tan asequibles porque pretendemos que esta gente a la que le gusta el fútbol y puede sentir dos colores diferentes vaya a ver al Unami».
Otros equipos
La oferta más 'agresiva' es la del Segosala, que baja su abono general de 30 euros a 10 e incluye los partidos del Segunda B masculino y del Segunda femenino. «Hemos bajado el precio para intentar enganchar al aficionado», resume su presidente, Daniel Sacristán. La venta se realiza en la sede, en algunos locales y a través los propios jugadores, comerciales inmejorables.
El San Cristóbal quiere ser un referente en el fútbol sala de la provincia y aspira a llenar su pabellón, con aforo para unos 250 espectadores. Plantea un abono adulto de 20 euros que cubre los partidos de su equipo sénior, en Tercera, y del División de Honor Juvenil. Las entradas para cada encuentro cuestan dos euros. «Se sacaron a mediados de agosto y estamos empezando a venderlos ahora», explica su presidente, Luis María Cáceres.
El club ha vendido unos 70 carnés, una cifra optimista teniendo en cuenta que la temporada del sénior empieza en octubre. «Cuando ya estamos rodados, es bastante factible llenar todos los días. Queremos que la gente venga al pabellón y que valore el esfuerzo de tener a estos equipos. Es una opción de fútbol sala de calidad dentro de la provincia», argumentó.
El Cuéllar regresa a la Regional de Aficionados con cartel y vídeo de captación, con el lema 'Crecemos juntos'. El precio del abono está en 30 euros, 10 más que el año pasado en Provincial. Santa Clara es un campo con margen de crecimiento en un pueblo en el que la variada oferta deportiva plantea competencia. Los menores de 18 años no pagan y la entrada general cuesta cinco euros. El primer reto es superar los 100 carnés.
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