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Uno de los participantes ayer en el campeonato disputado en Segovia.

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Uno de los participantes ayer en el campeonato disputado en Segovia. Antonio de Torre

El día en que las pistas de atletismo se visten de largo

La unión entre el trofeo 'Antonio Prieto' y el campeonato absoluto regional ilumina una prueba que tiene sombras

Sergio Perela

Segovia

Domingo, 10 de julio 2022, 12:14

El Gran Premio Ciudad de Segovia, que cumplirá el próximo año 40, ya era una prueba con gran calado entre el mundo del atletismo segoviano. Correr en casa, tradicionalmente con las fiestas de la ciudad en ebullición, henchía los pechos de todos los que entrenaban el año entero en las pistas. Muy celebrado fue que la prueba terminase con el nombre de Antonio Prieto, igual que las propias pistas. Es difícil ver ciertos detalles con personalidades de semejante importancia antes de que dejen de estar con nosotros. Hace cuatro años, la prueba creció exponencialmente con el hecho de que la Federación de Castilla y León alcanzó un acuerdo con el Ayuntamiento para que se sumase también el campeonato absoluto regional. Seguramente aquel fue el día más bonito, el año en que se disfrutó un mayor nivel, dado que coincidieron atletas como el palentino Husillos con la selección brasileña, que preparaba el Mundial en Segovia.

«No podemos hacer comparaciones sobre lo mejor de toda la temporada en Segovia, porque hay muchas cosas chulas», defendía el entrenador Víctor López, con varios de sus atletas especialmente motivados. «La verdad que es bonito y al juntarlo con el absoluto queda una cosa muy interesante». Tras cada prueba, dos premiaciones: una con el podio regional y un trofeo para el primer o la primera clasificada segoviana. Es un detalle al que los atletas de casa sí le dan importancia, como se la daba un sonriente Fernando Matarranz, que lo recogía en el 1.500 masculino. «La principal intención era sobre todo disfrutar, porque estoy en mi casa, con mi gente», decía el de Cantimpalos tras haberse recuperado de un esfuerzo mayúsculo; «y demostrar el nivel en el que venía, quería bajar mi marca personal. Pero las condiciones, el calor, el día, no me lo han permitido».

Las condiciones y la fecha

Al desarrollarse todo en un único día, muchas pruebas quedan algo desdibujadas por el calor. Era el caso de los lanzamientos, prueba a la que un primer espada como el soriano Luís Manuel Ramírez venía porque no tenía mucha competencia para llevarse dos premios que tienen añadida una cuantía económica.

Distribuir los horarios resulta complicado, igual que configurar la prueba en el calendario. Los años en los que las pruebas grandes se plantean en julio o incluso agosto, un Gran Premio Ciudad de Segovia a finales de junio es perfecto. Fue lo que ocurrió en la primera edición de la confluencia cuatro años atrás. En este caso, muchos inscritos fallaron y se dieron pruebas en las que únicamente participaba un atleta, como en el caso de los 10 kilómetros marcha con el segoviano Rodrigo Santaelena. «Se corre difícil, aunque estoy acostumbrado porque en mi categoría estoy yo solo. No se pueden hacer grandes marcas, porque no puedes llevar grandes ritmos. En este caso éramos tres, pero han priorizado el campeonato de España sub-23», comentaba el marchador. «La fecha yo creo que no es muy buena porque en pleno julio, el sol a estas horas, no es bonito de ver», añadía.

A estas sombras señaladas por los participantes, Víctor López sumaba la perspectiva más completa del entrenador que además fue atleta: «Lo de que haya mucha gente y falle no está siendo muy normal, porque luego hay sanciones económicas. Pero puede haber lesiones. Las fechas creo que sí influyen. Antes entrenábamos y competíamos todo el verano, pero ahora la tendencia es en verano dejarlo y hay pocas competiciones en estas fechas de julio». Sin embargo, no tiene claro que adelantarlo a junio sea productivo, porque «la gente absoluta que lo prepara y que entrena bien, lo normal es que esté entrenando todo julio o, como mínimo, hasta mitad de julio, con lo cual no lo veo. Y luego en junio suele haber campeonatos de España, grandes premios. Imagino que no es fácil meterlo en calendario».

Ese encaje en el calendario es ajeno al Ayuntamiento segoviano, satisfecho con «una propuesta que se nos hizo hace cuatro años y que aceptamos de gran arado porque para nosotros era importante. Controles, porque el convenio también alberga controles con 'foto finish' aquí en Segovia donde nuestros atletas puedan hacer mínimas», recalca a pie de pista, tras entregar algunos premios, Marian Rueda. Sin embargo, dichos controles son exactamente los que están faltando en las pistas segovianas. Se hacen uno o dos, pero en diciembre o enero, cuando correr en unas pistas que, por la altitud, son más favorables para la velocidad y las pruebas de hasta un kilómetro; no son ni productivos, ni casi sanos. Brillan por su ausencia dichos controles en meses más propicios como abril o mayo. «Lo de los controles sí falta regularlo mejor», concuerda López, «en diciembre, enero y febrero en Segovia hacer controles es jugártela a que sea un día nefasto y que salga todo mal. Febrero y marzo se salvan con los escolares, pero sí sería bueno tener más en mayo, junio y luego ya en septiembre u octubre».

De cualquier forma, las pistas lucen no solo un día al año. Las recientes concentraciones de selecciones inferiores de atletismo están propiciando nuevas vías de colaboración y mejora.

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