El zar palentino de la fisioterapia

En la actualidad, el equipo ruso participa en tres competiciones: la Liga, la Copa rusa y el Europa League, todo un sueño para cualquiera que quiera dar el salto a lo más alto. Y eso es precisamente lo que llevó a Omid a decantarse por viajar hasta allí. «En el CSKA hay dos fisios españoles y uno de ellos, con quien tengo muy buena relación porque coincidimos en la selección española de voleibol, fichó por el Fútbol Club Barcelona. Me preguntó que si me apetecía podría mi nombre encima de la mesa y que si me parecía bien empezarían el proceso de selección. Tras hablar con el director deportivo del equipo, se decantaron por mí», explica Omid, que lo estuvo pensando durante días ya que se trataba de una difícil decisión.

«Estaba muy adaptado en casa porque siempre me han valorado muy bien en el Destino Palencia. Allí tenía a mi familia y mi consulta, pero todos los que trabajamos en el deporte sabemos que hay ocasiones que no puedes dejar escapar y esta sin duda era una de ellas. Luego ya veremos cómo sale», afirma.

Un idioma «muy difícil»

Un cambio radical para el fisioterapeuta palentino, desde el deporte hasta los compañeros, la forma de trabajar, un país con una cultura y un idioma distintos. «El ruso es muy difícil, no tiene nada que ver con otros idiomas que estamos acostumbrados a hablar. Por aquí nadie sabe inglés así que no me queda otra que aprender ruso. Empiezo a comprender algo y ya sé más o menos de lo que hablan mis compañeros», señala Omid.

Tarea complicada por delante para el palentino, que ha de preparar mejor a los jugadores de un club profesional que disputa tres competiciones oficiales y que, debido a la pandemia, juega casi todos los días. «El calendario es lo más complicado. La Europa League se juega todas las semanas, no cada quince días como ocurría el año pasado. Se da la situación de que en siete días podemos disputar tres partidos con lo que supone de carga de trabajo físico. Ahora hemos tenido un parón de selecciones y nuestros jugadores han competido con sus equipos nacionales. Al final acumulan muchos minutos y tenemos que estar preparados para las lesiones que puedan empezar a llegar a partir de ahora», admite Omid.

Precisamente la pandemia, que ha paralizado todos los deportes en el mundo, se vive de manera diferente en territorio ruso. «Las medidas no se ven por ninguna parte. La gente no lleva mascarilla en una ciudad con 14 millones de habitantes, aunque nosotros vivimos en una especie de burbuja donde nos hacen los PCR todas las mañanas. Estamos apartados y no vivimos la realidad del país, aunque desde luego no es mucho mejor que la de España», añade.

En esta aventura Omid cuenta con la ayuda de otro fisio español, pero también del cuerpo técnico, el director deportivo del equipo y jugadores de la talla del meta internacional Igor Akinfeev, para quien el palentino solo tiene palabras de admiración. «Es un jugador muy famoso en Rusia, el equivalente a nuestro Iker Casillas en España. Una persona muy seria y muy disciplinada», destaca el palentino, que continúa pendiente todas las semanas de las evoluciones de su exequipo, el Destino Palencia.

«Tengo contacto con mucha gente de la directiva, jugadores y cuerpo técnico. He podido ver todos los partidos menos uno, pero tiene muy buena pinta. A ver si pueden acabar la Liga en los puestos altos de la tabla», explica Omid. Su puesto en el equipo morado lo ocupa desde el pasado mes de septiembre José Daniel Revuelta, procedente del Palencia Cristo y anteriormente fisioterapeuta del Villamuriel.

La aventura rusa podría impedir de momento la continuación de Omid como fisioterapeuta de la selección de voleibol. «Desde que empecé a trabajar he estado vinculado a la selección y este año no sé que va a pasar, he venido al CSKA por un año, ya que mi contrato acaba el 31 de mayo de 2021. Si no continúo en el equipo me gustaría seguir en la selección. Si continúo aquí será imposible, pero el no ir un año no significa que no vuelva nunca más», afirma con rotundidad el palentino, feliz de estar en tierras rusas desempeñando su trabajo cerca del histórico Kremlin habitado por zares, soviéticos y presidentes con un gran poder.