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Casi 15 grados en la falda del Pico Espigüete. Lo mismo en el Curavacas, en Peña Santa, en las inmediaciones de Guadarrama; y en una de esas sendas que llevan hasta el Pico del Águila desde Béjar. «Así como va a haber nieve», lamenta David Rueda, esquiador de montaña que ya no sabe que inventar para poder ponerse los esquíes.
Las altas temperaturas y la falta de precipitaciones de los últimos días han dejado las montañas de Castilla y León –y del resto de la Península– desnudas del tradicional manto blanco que las cubre durante estas fechas. «No recordamos un mes de enero así», aseguran desde la Federación de Deportes de Invierno de Castilla y León.
Hace apenas unos días, el esquiador de montaña y corredor internacional de trail running Manuel Merillas, afincado en La Cueta, en la montaña leonesa, colgaba un vídeo que rápidamente se viralizaba en la redes. Las imágenes mostraban al deportista en su bicicleta de BTT, subiendo por una ladera con sus esquíes a la espalda durante kilómetros para alcanzar un pequeño nevero «y poder entrenar».
«Hay años en los que haces uno o dos kilómetros en bicicleta para encontrar la nieve... pero, ¡en mayo! El otro día tuve que hacer cinco kilómetros», explica. «Hay inviernos malos, pero en enero suele haber mucha nieve. La diferencia también está en que cuando ha nevado semanas atrás, enseguida ha llovido y se lo ha llevado casi todo. No es normal. Parece que estamos en mayo», describe un corredor que acostumbra a utilizar el esquí como preparación para su temporada de verano.
Hay otros en su misma situación que ya «huyen» a Los Alpes, incluso a países nórdicos, donde se han instalado muchos de los deportistas con los que compite el resto del año, y que buscan «el paraíso de la nieve». «Sin ella, vamos a tener un problema muy gordo», señala el esquiador internacional catalán Oriol Cardona, medallista el pasado fin de semana en la Copa del Mundo de Esquí de Montaña de Boí Taüll. «Está todo fatal, y ya no es solo por el deporte, aquí la cosa se está poniendo muy fea», lamenta en relación al drama que se vive en Los Pirineos.
Todas las disciplinas invernales se han visto afectadas. Deportes como la escalada en hielo lleva ya años en peligro de extinción. Especialidades relativamente jóvenes, como el snow cross –correr con crampones sobre la nieve–, no se celebrarán este 2024 en Castilla y León, después de que la comunidad hace tres años llegase a tener tres pruebas. La última, el Snow Cross La Covatilla, que se debía celebrar en la estación de esquí de Béjar este sábado, anunció este martes que renunciaba a organizar la carrera. «Nosotros lo decidimos ya en septiembre. El año pasado vivimos un auténtico infierno con cambios de fechas, aplazamientos, suspensiones... No se puede organizar nada con estrés», afirma Lolo Díez, organizador del también cancelado Snow Cross Leitariegos, de León.
El Snow Cross Desafío Urbión, de Covaleda, en la Laguna Negra, en Soria, dejó de realizarse por el mismo motivo hace ya tres temporadas.
Con técnicas de termo dinámica han salvado la nieve en el Snow Running de Sierra Nevada de este próximo fin de semana, prueba de carácter internacional y que «ha blindado» el manto caído hace semanas para elaborar un recorrido de diez kilómetros y siempre a más de 2.000 metros de altitud, llegando cerca de la cota de 3.000 metros. «Parecen que han puesto un secador encima, pero lo hemos salvado», subraya el organizador de la prueba andaluza, Pablo Ruiz.
El último reducto para los esquiadores de Castilla y León –incluso de la cornisa cantábrica– ha estado en San Isidro. «Es lo último, pero como siga así...», lamenta David Rueda, esquiador de la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo de Castilla y León.
«En la Federación hemos tenido que cancelar el Snow Cross La Covatilla, que era Campeonato autonómico; y estamos trabajando en sacar adelante dos pruebas de esquí para febrero y marzo, pero estamos a la espera de las previsiones, y de tener un mínimo de garantías», agrega el presidente de la entidad, Javier González.
El trofeo Copa Norte de esquí también está a la espera, con la cancelación de la Herradura de Campoo, y con la renuncia ya a organizarse como competición, y en la que cada carrera de 'skimo' «irá por libre». Una de ellas, el Trofeo Montaña Palentina, en Cardaño, es una de esas citas que mira al cielo a la espera de que «todo cambie y no solo por el bien del deporte, sino de todos».
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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