Luis Alonso afronta 104 kilómetros de carrera en un paisaje virgen de Namibia
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El granjeño, ganador de una prueba similar en el Sáhara, listo para una aventura extremaTras ganar los 100 kilómetros del Sáhara, a Luis Alonso le espera un nuevo reto en Namibia. «Mi victoria fue todo un subidón. Descansamos una semana y volvimos a entrenar con ganas con vistas al siguiente objetivo». La siguiente pica implica cambio de hemisferio de ... por medio, en la frontera con Sudáfrica. La motivación es parecida. «Volver a correr en condiciones extremas, conseguir la victoria en el Sáhara, ver que recuperaba bien y que al final del año había una prueba de similares características en otro país... me llamó mucho la atención. Si a eso le sumas que se sube a una de las dunas más altas del mundo... Pues es otra motivación. Haber estado en lugares como Polo Norte, Antártida, desiertos...»
Namibia entrará en el transitado pasaporte del atleta granjeño. Detrás, una preparación similar a la del Sáhara, con algo más de intensidad y ciertos ejercicios de fuerza. «La idea es tratar de que los ritmos y sensaciones sean buenos y que la temida fatiga muscular aparezca lo más tarde posible. Y si aparece, seamos capaces de aguantarlo».
Con prudencia, el granjeño se muestra optimista. «En esta ocasión vamos en un estado mejor de forma, cierto, lo cual no quiere decir que esto pueda asegurar la victoria. En condiciones normales, tras la experiencia del Sáhara, es cierto que lo normal es estar en puestos delanteros, pero... El calor, no recuperar bien un día, lesión... Puede que no salga la cosa como en el Sáhara, que allí salió todo genial».
La carrera, de 104 kilómetros, esta dividida en cuatro etapas con diferentes terrenos, desde lechos secos de río, desierto, grandes dunas o caminos. «Hay que entender que estamos en hemisferio sur y que allí ahora es verano, se alcanzarán temperaturas de hasta 40 grados, por lo que tendremos que llevar unas pautas muy estrictas de nutrición y alimentación para intentar tolerar el calor lo mejor posible». En una prueba de fondo, los detalles marcan la diferencia y Alonso destaca la parte textil. «El calor va a ser una de las claves y cuanto más alejado de nosotros tengamos el sudor, menos riesgo de rozaduras habrá».
La prueba de Namibia es un compendio de características técnicas y ambientales. El primer tramo, de 15 kilómetros, arranca a última hora de la tarde, alrededor de las 6.30 horas, y acaba en un habitual atardecer africano. El segundo, de 21 kilómetros se desarrolla en el lecho seco del río Tschaub y en el cañón Sesriem. Comienza a las 6.30 de la mañana, evitando principalmente las altas temperaturas diurnas.
La tercera etapa, de 42 kilómetros, es la más larga. Arranca a las 5:30 de la madrugada para ejecutar con buenas temperaturas de la mayor parte del recorrido. Desde las 9 de la mañana, el calor comienza a elevarse, pero para la mayoría de los corredores la etapa no está lejos de completarse, pues el tiempo máximo permitido es de siete horas. Recorre un área de conservación prohibida con permisos especiales: es completamente virgen y los humanos no pisan durante el año. El último tramo, de 26 kilómetros, recorre el área de las grandes dunas, especialmente la Crazy Dune, una de las más altas del mundo (300 metros).
La carrera promete paisajes impresionantes: oryxes, avestruces, chacales, antílopes y gacelas serán posibles encuentros durante la carrera. El corredor debe llevar siempre una botella de agua de 1 litro durante cada tramo, además del kit de seguridad obligatorio. Durante el mes de diciembre en Namibia es verano completo. El área donde se desarrolla la carrera está a una altitud de aproximadamente 700 metros por encima del nivel del mar; las temperaturas diurnas oscilan entre un mínimo de 15 grados al amanecer a un máximo que puede superar los 40 en las horas comprendidas entre 10 de la mañana y las cuatro de la tarde. Gracias al porcentaje extremadamente bajo de humedad, la sensación de calor es mucho menor; el verdadero problema son los rayos del sol. La única gran variable en el desierto sigue siendo el viento, muy difícil de pronosticar.
Alonso asume que será una de sus últimas pruebas. «Estoy pensando en dejar de competir, pero me gusta tanto que me resulta difícil... Soy consciente de que esto se tiene que terminar, pero con la victoria en el Sáhara, los organizadores me animaron a ir a Namibia y a que me pensara poder ir a Senegal en marzo, son las tres carreras desérticas que ellos organizan. Y lo cierto es que vamos a intentar ir también a Senegal. Luego veremos cómo recuperamos tras tres carreras de 100 kilómetros por tres desiertos y ver si por trabajo puedo preparar alguna carrera». En cualquier caso, asegura que serán en territorio nacional. El viajero dejará en casa las maletas.
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