
El limbo del deporte base
Partido de vuelta ·
«El hecho de que las aulas lleven seis meses con el candado abrochado y no haya un plan específico para el regreso no influye para poner el foco en la clase política, que con confinar tiene suficiente»Dijo Igea hace unos días que en dos semanas nos jugamos que los niños puedan volver a clase o no. Ultimátum. En nuestra mano está. ... Si somos buenos, el premio será que los colegios abrirán sus puertas para formar a nuestros hijos. Bien. Y si somos malos, la culpa siempre será de los mayores, que no respetan las normas y multiplican los contagios. La responsabilidad de la Administración no aplica en este caso. El hecho de que las aulas lleven seis meses con el candado abrochado y no haya un plan específico para el regreso no influye para poner el foco en la clase política, que con confinar tiene suficiente. Moscas a cañonazos. Es mucho más sencillo señalar que asumir, escoger el camino directo que buscar una estrategia ordenada y estructurada para que la sociedad aprenda a convivir con el virus y, en la medida de lo posible, haya un plan B, C, D o Z para afrontar cada una de las contingencias que se presenten. Test y mascarillas.
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Cerrar un colegio o decir que el deporte amateur seguirá en el limbo hasta enero, como poco, lo hago hasta yo, que no tengo ni idea de política ni de sanidad. A los que dirigen nuestros destinos hay que pedirles bastante más. Llevamos muchos meses en esta situación como para que ahora nos juguemos todo a una carta de catorce días, ya siete. Es injusto. Como también lo es que el deporte base carezca de una planificación, que no se puedan practicar disciplinas de contacto, como fútbol o baloncesto, cuando en los parques o en las piscinas, por ejemplo, los niños se suben unos encima de otros. Imagino que los que construyen la norma entienden el virus como un ente selectivo, que solo ataca a los que se rozan haciendo ejercicio físico en equipo, sobre todo si es federado. El resto está libre.
No es el camino. Los niños no pueden estar más tiempo sin competir ni practicar deporte. Es una irresponsabilidad que no exista un plan con infinitas aristas que garanticen el regreso. La Federación de Castilla y León de Fútbol marcó el camino con un documento de reglas y normas para poder volver, pero necesita el refuerzo y la ratificación de las personas que dirigen el caos desde su butaca, con el boli de la prohibición y el confinamiento con la punta muy afilada. El deporte base, federado o no, también existe, y lo que necesita es que alguien ilumine el sendero con los escenarios necesarios para permitir que los espacios deportivos vuelvan a tener alma. Es una tarea compleja, pero para eso están, para facilitar la vida a quien les paga.
Es el momento de buscar la cohabitación con el virus, con pautas muy claras y seguras, con pruebas o lo que sea necesario, para que el deporte sea seguro. Estoy convencido de que hay fórmulas más eficaces que bajar la persiana. Muerto el perro, fin de la rabia. No, no podemos conformarnos con eso. Los niños tienen que ir al cole y hacer deporte. Y si un deportista, un alumno o un profesor se contagia, como cuando cualquiera coge la gripe, tiene un catarro o le operan de apendicitis, tendrá que pasar la enfermedad en casa. Por esa regla de tres, tampoco podríamos volver a la oficina ni salir a la calle nunca. Hasta que no haya vacuna, encerrados. Ni con mascarilla, ni con distancia. Tábula rasa. Creo que las cabezas pensantes de esta sociedad tienen que dar un paso al frente y aportar ideas y soluciones, no solo restricciones que, además, tampoco garantizan el control de la pandemia. Tiempo han tenido para buscar los planes. Ahora, no es el momento de seguir estrangulando el desarrollo intelectual y físico de nuestro futuro. En vuestra mano está.
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