
Hace menos de una semana, Héctor Anderson, un joven de 14 años natural de Medina del Campo, se subía al pódium en dos ocasiones en la quinta edición del Campeonato Internacional de Kárate Costa Quebrada, celebrado en la localidad cántabra de Soto de la Marina. El representante del Club Budokan Medina se alzó con una medalla de oro en la modalidad de kata y con una plata en kumite, en un ajustado combate. Una competición «muy dura», asegura el joven, pues sus rivales tenían un gran nivel. «Había mucho esfuerzo por detrás, sobre todo gracias a la ayuda de mi sensei José y de todos mis compañeros del gimnasio. Salí a hacerlo lo mejor posible», comenta el karateka.
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A su corta edad, Héctor es consciente de que «unas veces se gana y otras se pierde», pero por suerte el pasado fin de semana regresó a la Villa de las Ferias con dos galardones colgados del cuello. Dos victorias que no esperaba conseguir. «Al final nunca sabes cuándo puede salir alguien mejor que tú», explica. Aunque en kata iba «muy bien preparado», en kumite la situación se complicó un poco para el medinense. «Me tocó con un chico que era más o menos igual que yo. Hicimos un combate, pero al final se lo llevó él», añade. Pero este segundo puesto no le arrebate la esperanza de lograr un primero en sus próximas competiciones. «A la siguiente a por el oro», manifiesta.
Estos dos premios se suman al extenso palmarés alcanzado hasta el momento. Pero entre todos, Anderson se queda con un bronce conseguido en una pelea que le ayudó a llegar a la final de la Liga Nacional, hace un par de años, y con alguna medalla que le ha dado un pase para participar en un Campeonato de España; una meta que tuvo desde el principio y que ha logrado cumplir. Estos trofeos tienen un gran significado para el joven, pues demuestran que «el esfuerzo al final tiene su recompensa», asegura.
Desde que comenzó a practicar kárate con tan solo tres años, Héctor se ha tomado este deporte como un hobbie. «Para mi es una manera de despejarme de todo. Entre el estudio y el instituto, llega un momento que te saturas y la hora de ir a entrenar la empleo para dejar la mente en blanco», menciona el medinense. Además de sacrificio, este arte marcial le ha aportado valores tan importantes como no tirar la toalla fácilmente, compañerismo y respeto hacia los demás y hacia uno mismo. «Dentro de los entrenamientos el compañerismo es mutuo, nunca hay rivalidad. Y dentro de un campeonato la rivalidad está en los dos minutos que dure el combate o en el tiempo que dure tu kata», detalla Anderson.
A día de hoy, Héctor entrena una media de siete horas a la semana, distribuidas entre el Club Budokan del Gimnasio Imagen Sport, un centro dirigido por el karateka medinense Óscar Botrán, y otro centro de alto rendimiento en Valladolid.
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No será hasta diciembre cuando Anderson finalice esta temporada de kárate como cadete. En kumite el joven pretende obtener buenos resultados, mientras que en kata espera entrenar el doble, pues las competiciones regionales son mucho más duras. Así, Héctor se prepara para enfrentarse a sus próximos retos, entre ellos entrar en el equipo de kumite provincial que le dé un pase al Campeonato de Castilla y León, y así llegar al de España.
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