![Las jóvenes promesas cruzan sus sables en la Copa del Mundo de esgrima](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202201/23/media/cortadas/esgr-kqMF-U160630488813egE-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Que este no era un fin de semana al uso en el pabellón segoviano se notaba desde fuera. Los aledaños estaban más o menos igual que en cualquier otro, con chicos y chicas jóvenes de todas las edades en chandal, luciendo los colores de sus ... equipos y dispuestos a afrontar una jornada más. Un autobús dejaba en la puerta del Pedro Delgado a un par de equipos de diferentes edades del Mirandés y, al echar un ojo a las entradas habituales al pabellón, se veía la diferencia. Todas cerradas. Algo pasaba dentro, porque en la puerta principal, la que da acceso a los vestuarios, sí que había movimiento. Un movimiento diferente, con más trajes que equipamiento deportivo. Era el inicio de la primera jornada de la Copa del Mundo de sable femenino júnior, que cumple siete años consecutivos ligada a la ciudad.
Para la edición de este 2022, la organización ha dispuesto que el 'Perico' sea una especie de burbuja y está vetada la entrada de público, una medida mucho más restrictiva que la propuesta por las autoridades, según la cual podría acceder un 75% del aforo. Las gradas del pabellón, por tanto, cruzadas por doquier con cintas como lindes de imaginarios y restringidos palcos verdes. Dentro, única y exclusivamente miembros de la organización, árbitros, entrenadores y las participantes, a las que se les permite pasar con un acompañante. Debido a lo dispar de las nacionalidades, apenas se distinguían algunas de esas figuras representativas más cercanas entre las deportistas españolas.
Es cierto que pocas veces la pista del pabellón ha estado tan concurrida. La optimización del espacio es lo primero que salta a la vista. Espacios competitivos por doquier, porque nada más arrancar la mañana eran 120 tiradoras las que optaban a la victoria en esta prestigiosa prueba a nivel mundial. Antes de arrancar la competición, que las dividía en grupos, cada una estiraba y se concentraba a su manera; muy pocas requiriendo la presencia o las últimas instrucciones del entrenador. El silencio imperaba, roto por las idas y venidas de las personas de organización que necesitaban tener todos los detalles controlados. Especialmente los tecnológicos, puesto que al cableado habitual de una competición de esgrima de estas características, había que sumarle el cableado a las cámaras, discretas, situadas para la realización de la señal de 'streaming', único testigo ocular de que aquello estaba pasando.
El momento en que la competición iba a comenzar lo advertía el observador ocasional por los pitidos de los marcadores. Los árbitros tomaban su posición en una zona intermedia y las tiradoras tensaban sus músculos a la orden de 'en guardia'. Ante la señal de inicio de la contienda, movimientos felinos, precisos, intensos. Y, en apenas décimas de segundo, frenazo a la acción y mirada hacia el juez para ver hacia qué lado caía el punto, siempre con el puño en alto en acción reivindicativa y, no pocas, acompañado de un grito estentóreo con el que se soltaba también la adrenalina de cada asalto. Careos rápidos, ganados por la primera que alcanzaba cinco puntos, y cíclicos en las primeras rondas. Había que ir avanzando y no había mucho espacio para el error si se quería llegar lejos. De cuando en cuando, alguna tiradora pedía una pequeña pausa para revisar el enganche de su cintura, para reajustarse los cables del casco protector o para enderezar, sobre el piso del pabellón y con la suela del pie, el doblado sable.
Esa fue la dinámica sonora de este sábado, en el cual se disputaba la competición individual. Espacios tensos de silencio apenas roto por alguna instrucción corta, alguna seña; combinados con momentos en los que esa tensión rompía en esos movimientos cargados de técnica individual, precisión y velocidad. Momentos y movimientos en los que la elegancia de cada paso, en ocasiones, llevaba la mente hacia la violencia original de estos duelos. En un parpadeo, una estocada. Nada de sangre, solo un punto en contra y una posibilidad menos de crecer.
La campeona, al final de la tarde, se dirimió en un duelo entre las norteamericanas Jenna Shoman y Siobhanna Sullivan, mostrando el nivel de la delegación de los Estados Unidos. Hoy es el turno de la competición por equipos, a la que también aspiran. La lástima, que el espectador no pueda enriquecerse con la plasticidad de un deporte que en una ciudad como Segovia no se vive tan de cerca demasiadas veces. Que no sienta el silencio, que no escuche los gritos. Que se compita casi en una burbuja.
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