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No hubo unanimidad en los jueces. Al detalle para decidir un título europeo, cuyo desenlace hizo fruncir el ceño a los asistentes en la Cúpula del Milenio, pero también a los cientos de espectadores que vieron el combate entre Isa Rivero y Minerva Gutiérrez.
Nadie ... se atrevía a dar un vaticinio –ni los más osados– después de diez combates ajustadísimos entre los que la púgil vallisoletana y la asturiana fueron fieles a su estilo para tratar de mantener el cinturón, en el caso de la boxeadora local; o de arrebatarlo, hablando de las intenciones de la gijonesa.
«98-92», espetó para la vallisoletana el primer juez. «94-96», para Gutiérrez, indicó el segundo. ¿Y el tercero? «97-93» para la de Pedrajas, y ahí se cayeron las lágrimas de Isa Rivero, con sobrenombre de 'La Finita', porque no podía ser de otra forma, y más con la diferencia fisiológica y de peso con su contrincante en la noche de ayer. La 'Espartana' Gutiérrez llevo el peso del combate, y a nadie le hubiese sorprendido que el título se hubiese marchado para el Principado, sobre todo merced a los primeros cinco asaltos, en los que la gijonesa demostró al dedillo porque es una de las boxeadoras más agresivas del panorama nacional.
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En el inicio, y en un recinto lleno hasta la bandera –otra de las grandes noticias de la velada–, la vallisoletana hasta pudo acusar la presión o los nervios de verse arropada por tanta gente. La 'Finita' que buscaba la revancha ante la púgil asturiana, que ganó en marzo del pasado año, con triunfo discutido para la gijonesa, bailó alrededor de Minerva, que siempre llevó la iniciativa en la pelea. Directa hasta que le duró la gasolina, mientras que la boxeadora local se movía y tocaba con su jab, para salir enseguida de la distancia. El trabajo previo en la corta también se notó, y hasta pudo ser decisivo en el veredicto de los jueces, sobre todo tras los enmarañados últimos asaltos, en los que ambas boxeadoras tenían que ser separadas una y otra vez, con dificultad para encadenar ataques, y buscando el golpe bajo como alternativa a la falta de opciones.
Fue a partir del sexto 'round' cuando la vallisoletana conectó mejor los golpes y fue más certera, mientras que su rival carecía de mayor precisión, cada vez más cansada, pese a ocupar siempre el centro del ring.
Así no es de extrañar que la pelea se decidiese a los puntos, con decisión dividida, pero valedera para que la púgil de Pedrajas defendiese por primera vez su título europeo antes de pensar en ir a por el Mundial, objetivo que ya ronda en la cabeza de su equipo.
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