El cronómetro, la más objetiva de las medidas, no engaña. Una carrera de 10 kilómetros, el objetivo del atleta popular, es un entrenamiento de calidad para una mediofondista con aspiraciones olímpicas en 1.500 metros. Águeda Marqués ganó esta modalidad en el fin de semana ... de la Maratón de Madrid con un tiempo de 32m40s, la primera vez que baja de los 33 minutos. Y sin agonizar. «No he hecho ningún diez mil a machete, de ir al límite. Si me dices que son 12 kilómetros, los podría haber hecho». Su mes de concentración en Sudáfrica ya da resultados: suficiencia aeróbica. «Iba fácil». Antes de bañarse en ácido láctico y echar gasolina al cuerpo para perseguir una mínima carísima para el Mundial de Budapest (4m02s), la segoviana está trabajando su parte más diésel.
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La Maratón de Madrid brinda al equipo Adidas un fin de semana de convivencia. «Siempre queremos que llegue. El objetivo del domingo era disfrutar, salir a correr a tope y ya de paso hacer un buen entrenamiento. Y así fue». Una distancia larga sirve a una atleta como Águeda para formar la base aeróbica, la resistencia de cara a introducir entrenamientos «más cañeros» en verano.
La primavera de Águeda comenzó con una preparación de cuatro semanas en altura en Sudáfrica. «Es una zona que está en altura; son 1.400 metros, pero se nota». Las sensaciones positivas de su pareja, Adrián Ben, que estuvo en octubre, sirvieron para tomar la decisión. «Es un lugar espectacular, se puede hacer trabajo de todo tipo. Queríamos desconectar de la rutina de Madrid y entrenar bien».
Son días con mucha carga e hincapié en la fuerza para alguien que busca la frontera de correr a 2:30 por kilómetro. Un volumen que ha llegado a los 135 kilómetros semanales repartidos en entrenamientos diarios –había dos días con doble sesión– y la tirada larga de los domingos a ritmos más pausados, entre 4:20 y 4:30. La más larga fueron 20 kilómetros. «Estás allí, motivado, entrenando bien, has ido para eso». Porque Águeda asume sin complejos que «en un futuro lejano», superada la treintena, acabará en el fondo. «Acabaré haciendo ruta porque me gusta mucho el asfalto. Tengo bastante fuerza a nivel muscular y cuando me pongo estas zapatillas que han hecho ahora me noto súper ligera». En Madrid estrenó un nuevo modelo. «La tecnología está superando todas las expectativas. Me las había puesto un día para ir al bosque, pero no había competido con ellas. Y flipé. Había kilómetros que me pitaba a 3:05 e iba con sensación de ir a 3:15».
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La base aeróbica es indispensable en cualquier rama del atletismo. En Sudáfrica coincidió con velocistas como la holandesa Femke Bol, bronce en Tokio 2020 en 400 metros vallas, o la británica Keely Hodgkinson, plata olímpica en 800 metros. «Yo fui con cautela, nunca había hecho una concentración en altura. Ir con la calma, no quería pasarme. Empezábamos las series reservonas y apretábamos al final porque nos veíamos bien, pero no hemos salido a machete. No tiene sentido ir allí y reventarse».
Con las tareas hechas, corrió en Madrid con el reto de aguantar a Paula Herrero, que batió en Laredo el mes pasado el récord de España en un 10.000 en asfalto (31:23). Aceleró en el último kilómetro y sacó 18 segundos a su rival, toda una demostración de fuerza. Con todo, no esperen ver a la segoviana en una media maratón. «De momento me centro en el 1.500. Me encanta correr rápido, los entrenamientos lácticos». Tras los buenos resultados, Sudáfrica no será su último viaje en altura. «Me ha sentado muy bien y quiero repetir».
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Tras ser plata en el Campeonato de España en pista cubierta y correr la final del Europeo de la modalidad en Estambul, el objetivo de Águeda para esta temporada está en el Mundial al aire libre de Budapest, en agosto. Para ello tendrá que obtener billete en el Campeonato de España, un reto a su alcance. Asentada entre las tres mejores del 1.500 español, sus opciones son buenas, pero habla de mínimas «súper exigentes»: 4m02s, por debajo de su marca personal (4:07.51) y apenas tres segundos por encima del récord de España. Por ejemplo, la media olímpica en Río 2016 fue de 4m06s. «Es una locura. Tiene que coincidirte un buenísimo estado de forma con que te salga una carrera buena».
La alternativa es entrar por ranking, sumando puntos en pruebas del calendario, pero Águeda critica el sistema de puntuación porque premia más una prueba de prestigio –y de más difícil acceso– que varias menos importantes porque, en esencia, dificulta la renovación en la élite. «Es un poco injusto porque no todo el mundo puede entrar en las mismas carreras. Yo confío en mi equipo, voy a dar lo mejor de mí en cada competición. Lo que esté en mi mano lo voy a hacer». Por eso no esconde que su objetivo está en París 2024, un billete que se decidirá a lo largo del próximo año. «Mi objetivo es ir a los Juegos, pero no es nada fácil. Tiene que salir todo bien».
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