Dos finales de altura para un monumento al pádel

Las dos finales que desde las 10:00 horas albergará la Plaza Mayor del pádel podrían considerarse como la madre (y el padre) de todas las finales, los encuentros quizás más atractivos para un público que volvió a responder a la cita del sábado y que por supuesto lo hará en la jornada final de cierre del Máster Caja Rural de Zamora, como no podría ser de otro modo.

La pareja uno de féminas formada por Alejandra Salazar-Gemma Triay, defensora del título en Valladolid, así como la última vencedora en Toulousse se medirá a la dos, formada por Ariana Sánchez-Paula José María, una jugadora muy vinculada además a Valladolid no en vano aquí entrena a las órdenes de Gustavo Pratto. Además, con sabor a revancha, ya que ambas parejas se jugaron el título el pasado año en este mismo feudo.

Por su parte, Ale Galán, en un momento espectacular, y Juan Lebrón, los números uno del pádel se verán las caras en el último envite contra el argentino Belasteguín y el vallisoletano Coello. Casi nada al aparato.

En modo rodillo, Alejandra Salazar y Gemma Tray se colaron en la final después de vencer 6-3 y 6-2 a Bea González y Marta Ortega, que en pocos momentos tuvieron la oportunidad de hacer daño a unos rivales que han hecho de la solidez de su juego la bandera de sus victorias. Las vencedoras del año pasado volvieron a meterse en la cita decisiva que ya han ganado y perdido también en Valladolid por separado. Una Plaza Mayor que le da «buenas vibras» a Salazar, acostumbrada a recoger el cariño del público que desde primeras horas acompañó a las jugadoras.

Ale y Gemma no han cedido un solo set en una trayectoria inmaculada en este segundo Máster del WPT y en los cuatro encuentros solamente han encajado 16 juegos en contra. Un camino increíble.

En la segunda semifinal, Ari Sánchez y Paula José María arrancaron potentes ejerciendo una buena defensa y buscando los huecos imposibles en las esquinas de Marta Marrero y Lucía Sainz. A las primeras de cambio, un break a favor hacía que mirasen el encuentro con cierto positivismo que se diluyó en los siguientes envites pues el primer set fue igualado, aunque se resolvió por 6-4 para Ariana y Paula.

Con 1-2 en el segundo set a favor de Marrero-Sainz, Paula José María necesitó atención médica por un mareo, bajada de tensión, producido por un golpe de calor. Parecía que el partido se acababa para ellas, y más con el 2-6 con el que terminó el segundo set. Sin embargo, Ari seguía enganchada a la pista cubriendo a una Paula que generaba dudas y alternaba algún golpeo bueno con errores gruesos. Marrero y Sainz no metieron la quinta marcha y dejaron vivas a las número dos que en la tercera manga endosaron un 6-2 rotundo con Ari saliendo de la pista, por los suelos, y Paula agradeciendo el trabajo de su compañera que en ocasiones tuvo que desdoblarse.

Los números uno no estaban para andarse con rodeos una vez accedieron a las semifinales. Sobre todo con un Galán en versión de las grandes sesiones de pádel.

Fede Chingotto y Juan Tello arrancaron con varios errores no forzados y pelotas que se quedaron en la red que condujeron a la primera rotura y a un 4-1 determinante para el devenir del set. Algo irreconocibles los finalistas del pasado año, ante los números uno, Ale y El Lobo, que olieron la sangre y se lanzaron al ruedo completando el set 6-1 en menos de 25 minutos.

Sin embargo, a martillazos y chancletazos comenzó Tello el segundo set para hacerse con el primer juego y romper en el cuarto. Gato más ratón contra un lobo. Parece que no da, pero sí. El partido dio un vuelco increíble y el marcador ponía un 1-6 para Tello y Chingotto, Se había dado la vuelta a la tortilla en espera del tercer set.

Como si se tratara de tres partidos en uno, el set definitivo no siguió ninguno de los cauces anteriores. A Lebrón seguía sin cogerle altura la bola y solo Ale supo echarse el encuentro a sus espaldas. Por si fuera poco en los momentos decisivos, dos decisiones de video arbitraje fueron en contra de los intereses de los pupilos de Gaby Reca. El 6-3 final fue fruto de la constancia y de, como siempre, pequeños detalles. El jugador más destacado del encuentro, Galán, así lo significaba al término del mismo: «Juan y Chingotto, también Reca hacen un gran trabajo. Con ellos siempre estamos al límite». Galán quiso también destacar que los jugadores llegan con muchos partidos en sus espaldas. «Es una racha de seis semanas de competición sin parar que la disfrutamos, pero también el cansancio nos pasa factura dado el nivel de exigencia. Ahora toca pensar la final».

No fue la exhibición del jueves de Coello. No puede ser todos los días, aunque el de Mojados rayó a buen nivel de menos a más. Porque dar la vuelta a un set que casi tenían en la mano Agustín Tapia y Sanyo Gutiérrez no es misión sencilla. En los mentideros existía un cierto favoritismo para el dúo vallisoletano-argentino, sobre todo por lo demostrado el día anterior contra Navarro-Di Nenno a los que no dieron opción. Sin embargo, Tapia y Sanyo venían de jugar muy bien y su desempeño provoca más fisuras en Coello y Bela.

Con 5-4 y después de rescatar un break, sacaba Bela para el iguales a cinco. En su territorio, como si estuviera en el salón de su casa, el jefe sacó galones y, tras levantar tres bolas de set, en punto de oro se trajo la bola para la igualada. El primero ya estaba en el saco por 7-5.

En el segundo set, las cosas seguían parejas, aunque todo parecía ir hacia el camino que marca Bela. Una decisión muy discutible del colegiado Honorio García que enfadó a los cuatro jugadores y al público y una segunda indicando una preadvertencia a Tapia, a punto estuvo de provocar un altercado mayor.

Con las aguas más o menos en su cauce, el segundo set fue hacia el tie break y allí, Sanyo y Tapia se hicieron con set viniendo desde atrás (6-7). Sin embargo, en el tercero Coello y Bela volvieron a reordenarse y con un nuevo 7-5 se hicieron con la victoria y con el pase a la final, en un final eléctrico que no dejó indiferente a nadie y que alimentó más si cabe la pasión por el pádel que se vive en Valladolid. Después de tres horas de semifinal, y con Bela en un mar de lágrimas, los favoritos del público avanzaron a la final. Al último peldaño para poner rúbrica al monumento al pádel.

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