Ya van a hacer diez años desde que Camelia y Silviu-Mihai Ceduc abrieron las puertas del Club de Esgrima El Duque en Medina del Campo. Estos dos atletas llegaron desde Rumanía con las ganas de emprender un negocio relacionado con el deporte. Silviu lo ... intentó en el fútbol, una actividad en la cual tenía una gran experiencia, pero no le gustaba cómo estaban definidas las normas y las reglas, ni cómo era el tratamiento de la afición. «Venimos de un país donde todo es más estricto», comenta. Así, decidieron aportar por la esgrima, ya que Camelia había sido una de las tiradoras rumanas de alto rendimiento más reconocidas.
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En 2015, con tan solo tres alumnos - uno de ellos su propio hijo - inauguraron el club con las ganas de dar a conocer este deporte a la población y con un plan a seguir. «Decidimos arrancar y crear un proyecto a largo plazo con unas pautas muy claras y con metas a alcanzar en un plazo de ocho años. Estaba todo absolutamente estructurado, al igual que los entrenamiento», explica Silviu. «Camelia fue alumna del mejor entrenador del mundo y, todo lo que estamos haciendo ahora, son su mismos pasos. No queremos saltarnos nada, porque si a ellos les ha funcionado, a nosotros también», añade.
Y así ha sido. El Duque comenzó su andadura hace nueve años congregando, en la Villa de las Ferias, a más de 1.100 niños en una concentración internacional; y organizando el Torneo Nacional de Espada Masculina con 160 tiradores. Ocho ediciones más tarde, el evento concentra el máximo número de atletas posibles. Además, la Plaza Mayor de Medina del Campo ha sido testigo de una final de la Liga Iberdrola de florete femenino, la cual se retrasmitió en directo en el canal del Comité Olímpico Español y fue visto por quince países del mundo.
Si bien, sus primeros años fueron algo «complicados», asegura Cebuc. Los vecinos de Medina del Campo apenas conocían la esgrima, y al tratarse de un deporte minoritario, eran pocos los que se fijaban en él. Poco a poco, Camelia y Silviu fueron promocionándolo por los colegios y, gracias al boca a boca entre los padres, su club fue ganando alumnos. A día de hoy ya son más de cincuenta licencias las que poseen y cientos de niños los que han pasado por sus clases; entre ellos algunos de alto nivel como Ana María Popescu, medallista olímpica, campeona de Europa y cuatro veces campeona del Mundo.
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«Estamos muy agradecidos y siempre lo estaremos. Los padres, al final, dejan en nuestras manos a lo más querido, es decir, a un hijo. Para nosotros intentar enseñarles algo es fantástico», expresa Silviu. Con el paso de los años, El Duque fue creciendo y fue transmitiendo las aptitudes de este deporte pero también, educación y comportamiento a cada uno de sus alumnos. «La esgrima es la vida real, hay que resolver un problema tu solo. Nosotros damos mucho valor a eso. Intentamos ayudar a los niños a que busquen su personalidad y la confianza en ellos mismo, porque últimamente es lo que les falta. Trabajamos mucho la psicología deportiva», añade.
Pero, además, hacen ver los valores que la esgrima aporta a cada uno de ellos. Entre ellos, confianza, respeto a los demás y a uno mismo, humildad, trabajo y esfuerzo. Todo esto, les ha ayudado a conseguir muy buenos resultados en todas y cada una de las competiciones en las que han participado, y a superar con éxito las pautas marcadas desde un principio. «Lo que hemos logrado en espada masculina es uno de los momento más importantes. Empezamos en cuarta división y todo los años hemos ido ganando hasta llegar a estar en la Liga Oro», comenta. Son «instantes muy bonitos» en los que tanto él como Camelia ven que todo el «trabajo ha dado sus frutos». Además, su palmarés acoge multitud de galardones nacionales.
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«Camelia siempre dice que no quiere hacer las cosas deprisa. Dice que no quiere ganar medallas en todos los torneos, porque eso no sirve de nada si no tienes un plan a largo plazo. Quiere que el trabajo de cada alumno sea estable y serio, que se diviertan, eso por supuesto, pero involucrándose en que las cosas sirva», detalla Silviu.
Ahora, es su hijo Eduard Cebuc el que está siguiendo los pasos de su madre. «Empezó con nosotros desde el primer día y, ahora mismo, está luchando para clasificarse para el Campeonato de Europa del año que viene, y ya está tirando a nivel internacional», recalca.
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Además, tanto el joven como el resto de alumnos de El Duque, cuentan con la colaboración de Rubén, Francisco y Jesús Limardo, tres tiradores venezolanos del club medallistas olímpicos. «Llevamos tiempo trabajando con ellos. Viven en Polonia y hemos ido hasta allí muchas veces con nuestro hijo a competir y hemos estado entrenando con ellos. Es una colaboración, nosotros vamos para allá y ellos también vienen a tirar a España», comenta Cebuc.
Un deporte minoritario
La esgrima moderna es un deporte de entretenimiento y competición, que sigue las reglas y técnicas que se desarrollaron en su origen para un manejo eficiente de la espada en los duelos. Aunque se trata de una actividad física muy antigua, pues data de la Edad Media, no es muy popular entre la población. «Nosotros siempre hemos luchado por darlo a conocer», puntúa Cebuc. Para ello, no solo imparten clases en Medina del Campo, sino también en otras escuelas deportivas como en Zaratán, Olmedo y Santovenia de Pisuerga.
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Además, al año que viene tienen pensado incluir a personas con discapacidad en su club y dar a conocer entre las féminas, pues no son muchas las que lo practican. «Estamos creando proyectos para que los niños tengan la posibilidad de aprender y de disfrutar de este deporte», comenta Silviu.
A base de «paciencia» y esfuerzo, la directiva del Club de Esgrima El Duque espera que este deporte gane una mayor relevancia en Castilla y León. Si bien, en los últimos años, las licencias en la región han aumentado. «Somos la federación que más potencia tenemos, a nivel de rendimiento y de resultados. Pero, a nivel de licencias, somos la segunda después de Madrid, peleando con Cataluña», indica.
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Un volumen que ha crecido gracias a la insaciable labor de los clubes de la comunidad que trabajan por un mismo objetivo; «tener más licencias y más niños que puedan hacer este deporte».
Un proyecto internacional
Por ello, el club medinense tiene en mente desarrollar un proyecto que, su vicepresidente, ya ha adelantado que será «muy importante y muy grande». Y es que, llevarán a cabo una colaboración con Francia y Portugal para intercambiar ideas y que sus alumnos puedan entrenar o tirar en los países vecinos. «He tenido una reunión donde hemos definido las bases para sacarlo adelante lo antes posible. Para la próxima temporada, en enero o más adelante, podremos empezar a trabajar juntos», detalla.
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Esta, sería la primera rama de un proyecto mucho más amplio que iría desgranándose poco a poco. «Vamos a intentar involucrar a entrenadores de mucho prestigio», anticipa. En verano del 2025, Silviu espera que esta etapa del proyecto pueda comenzar a rodar. Sin embargo, tiene otra meta a alcanzar. Su próximo objetivo es conseguir unas instalaciones exclusivas para sus alumnos pues, ahora mismo, se encuentran entrenando en el gimnasio del CEIP Nuestra Señora de las Mercedes. «Creo que puede beneficiar tener la sala porque sería un espacio adecuado solo para la esgrima», cerciora.
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