No había explotado aún el conflicto en el mes de febrero cuando un grupo de ucranianos, once menores miembros todos ellos de dos clubes de orientación (Sever y Sumy Radio Orienteering), aterrizaba en Ávila para tomar parte en una prueba de ránking internacional. Viajaron acompañados ... de su entrenadora y de un matrimonio a los que les fue cedida la custodia por los padres durante el tiempo que iba a durar el viaje, no más de una semana. Pero el destino, y Putin, dio un giro de 180 grados a sus vidas.
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Las primeras horas de la invasión les sorprendió frente al televisor en El Tiemblo, y automáticamente el mundo se les vino encima. Con las familias en su país de origen, y sin hablar nada de español –solo una de las menores se desenvuelve en inglés–, los catorce miembros de la expedición se movilizaron rápidamente en busca de una solución. No solo no podían regresar a Ucrania sino que, todavía hoy un mes después, desconocen si podrán hacerlo algún día.
De momento han cambiado El Tiemblo por Valladolid gracias a la rápida intervención de Accem Castilla y León, la ONG especializada en labores de derecho de asilo y protección internacional, y de la Junta, que ha asumido la tutela de los menores –la horquilla oscila entre los 13 y los 17 años–.
Los catorce viven ahora en una residencia –los menores pueden permanecer hasta cumplir los 18, con un año más de prórroga–, y reparten el día entre las clases de castellano facilitadas desde Accem y sus entrenamientos de orientación por la ciudad. No es difícil verles estos días en grupo desplegando sus mapas por alguno de los parques de Valladolid. «A través del Club Orientación Valladolid se les ha proporcionado planos de diferentes parques de la ciudad para que puedan entrenar. Al final es más fácil para ellos que irse al pinar o a Puente Duero. Es la forma que tenemos de comunicarnos con ellos porque los planos son de simbología universal, y en este deporte no cambia nada, estés en España o en Ucrania», explica Marta Pérez, presidenta de la Federación de Castilla y León de Orientación. El desahogo que les procura esta modalidad es la tabla a la que se pueden agarrarse para sobrellevar una situación como la que les toca vivir.
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«Han estado en una prueba en Murcia y ahora en abril hay dos más del Campeonato de España, y se están haciendo las gestiones pertinentes para que puedan acudir, porque hay que tener en cuenta que son menores», asegura Marta Pérez, que confirma que desde la Federación Española se han ofrecido a pagar los desplazamientos en caso de que puedan formalizar su inscripción.
Por el momento este pasado fin de semana pudieron participar en la 7ª y última prueba de la liga escolar que se celebró en Montemayor de Pililla, donde además de disfrutar del entorno y del deporte que le apasiona, se llevaron el aplauso de los presentes.
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Allí dieron buena muestra de su excelente nivel, pudieron socializar con muchos de los deportistas y, además, se olvidaron por unos momentos de la delicada situación que están viviendo muchas de sus familias en las zonas de conflicto.
Su situación ahora queda pendiente de definir si la tutela cambia de manos, algo improbable. «Con la orden del ministerio en la mano, al venir con tres adultos no es necesario tutelar a los menores», asegura Dani Duque, máximo responsable de Accem Castilla y León, quien a su vez confirma que en ese caso podrían entrar en el programa destinado a familias. Desde esta onegé han gestionado ya la llegada de 280 ucranianos y esperan alcanzar los 1.200 a finales de la próxima semana.
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