David Llorente: «Hay posibilidades de cazar medalla, no me va a pesar la responsabilidad»
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El segoviano planificó sus entrenamientos contando con que estaría en los Juegos de Tokio y admite cierta inquietud hasta que recibió la plazaDavid Llorente será, a sus 23 años, el duodécimo segoviano en unos Juegos Olímpicos. Se enteró ayer de la noticia en Australia, donde comparte casa con Joan Crespo, el otro candidato al único puesto de España en K-1. El segoviano, que arriesgó para ... alcanzar su punto físico óptimo a finales de julio en Tokio, obtiene la plaza de la Federación Española de Piragüismo y no tendrá que jugarse el puesto en unas pruebas de selección.
–¿Cómo se enteró de la noticia?
–Llevaba como dos o tres semanas sabiendo que la decisión estaba más o menos tomada. Cuando me despertaba, miraba el móvil a ver si había salido algo. Hoy no me lo esperaba para nada. Duermo con el modo avión, así que he estado un rato sin encender el móvil. Luego me han empezado a llegar mensajes, he leído un poco la prensa y me he enterado por ahí.
–¿Cuál ha sido la primera felicitación?
–La primera que he abierto es la de la familia. Justo por la noche, antes de dormir, había hablado con ellos y les estaba diciendo que ya era bastante duro el hecho de estar esperando. Que, mentalmente, esa incertidumbre me estaba causando malestar.
–¿Cómo ha sido ese desgaste mental?
–Yo me había leído los criterios y estaba tranquilo. Pero pasaba el tiempo y en diciembre tomé una decisión bastante arriesgada. Me fui a Dubai, Nueva Zelanda y Australia, confiando en que no tendría que pasar el proceso selectivo. Mi objetivo no era estar fuerte en mayo para eso; lo que era de verdad importante para mí es llegar a los Juegos al cien por cien. No quería quedarme en España con frío porque me iba a perjudicar. Así que me vine aquí y he estado entrenando una barbaridad. Pero quedaba solo un mes. Yo sabía que la probabilidad era mínima, pero nunca sabes cuando hay otros intereses por medio. Estaba asustado porque la carga entrenamiento era brutal y mi objetivo de forma no es ahora.
–¿Cómo mantuvo la paciencia?
–Hay que centrarte en lo que puedes controlar, eso ha sido una buena lección. Está claro que ha habido momentos bajos, pero el trabajo que he hecho estos meses ha sido impresionante, mejor que nunca. Confiaba en que la federación me daría la plaza porque me la he ganado.
–¿Cómo ha sido su relación con Crespo?
–Ni él ni yo teníamos nada que decidir en todo esto. Él tendría su opinión, yo tengo la mía, y le agradezco un montón que hayamos podido entrenar juntos. Joan es rival, pero cuando llegué a La Seu con 16 años, tanto él como Samuel Hernanz eran los chicos a los que admiraba. Agradezco que no haya habido mal rollo. Lo hemos llevado lo mejor posible.
–¿Se siente olímpico?
–Quiero estar en la salida. Es un sueño que quiero cumplir, he hecho casi lo imposible por ello. Quiero ir y llegar lo mejor preparado, no solo participar. Todavía no me siento olímpico porque puede haber alguna lesión. Supongo que lo sentiré cuando reciba la ropa del COE y esté en el avión con el resto de deportistas.
–Decía que por momentos era una obsesión, con el póster de Tokio 2020 en su habitación. ¿Qué es ahora?
–Después del Mundial, lo quité porque no podía dormir. Lo tenía ahí cuando estaba en mi mano; cuando dejó de estarlo, lo quité. Hoy lo volveré a sacar. Tenía unos polos de la federación con el lema 'Road to Tokio 2020'; con la incertidumbre, los guardé en la maleta. Lo mismo con unos calzoncillos rojos de la tienda oficial; no soy supersticioso, solo me los he puesto día de fin de año. Imagino que no los volveré a sacar hasta el día de la final.
–Ha arriesgado en lo deportivo y en lo económico. ¿Cuánto se ha dejado en estos viajes?
–Unos 4.000 euros. No pregunté si estaba cubierto, sentía que tenía que hacerlo, que este era el año de invertir. Ahora confío en tener bastantes más ayudas. A nivel de Segovia, Diputación y Palazuelos, ya anunciaron que me querían apoyar.
–¿Ser olímpico aumenta sus posibilidades de financiación?
–A nivel de espónsor privado, sí. Será más fácil encontrar en Segovia alguien que me quiera acompañar. Tendré una beca ADO y estarían cubiertos mis gastos durante un año.
–Tras tanto viaje, ¿se siente un privilegiado?
–Por supuesto, incluso este tiempo en la incertidumbre. He estado viajando por el mundo, haciendo lo que me gusta. Estoy en un momento de la vida... ojalá siga así en el futuro.
–¿Le encaja el canal de Tokio?
–Sí, se me dio muy bien. Y se confirmó ganando el preolímpico. Es fuerte, pero sin mucho volumen de agua, por lo que puedo mantener el control. Los remontes tienen bastante fondo y eso me gusta porque soy un tío con mucho peso. Si voy muy rápido, a veces toco fondo y me penaliza. Este canal me permiten ser agresivo sin llegar a tocar.
–Es el duodécimo segoviano olímpico, pero el primero con opciones reales de medalla. ¿Cómo lo vive?
–¡Muy guay! Es verdad, puede haber posibilidades de cazar medalla. Quiero ir a disfrutar, estar en la final. Voy como subcampeón del mundo, pero hay gente con más experiencia. Esa responsabilidad es guay, pero no me va a pesar. Sigo siendo el mismo chico que hace tres años.
–En un deporte con solo una plaza por país, índice alto de lesiones y tan impredecible, ¿hay que aprovechar la oportunidad?
–Soy joven, pero está claro que voy a ir a tope, como si no fuese a haber otra Olimpiada más. Cuando esté en la salida, te diré si no tener esa experiencia es una ventaja o un inconveniente. Nunca había estado en una final mundialista. Y me crecí.
–Subcampeón del mundo sub-23 con 18 años y absoluto con 22. ¿Ha ido todo demasiado deprisa?
–Sí, ha ido muy rápido. Yo no me veía, han sido todo sorpresas. La de tiempo que dedica la gente a entrenar para conseguir una medalla y llego yo como el que no quiere la cosa...
–¿Qué le diría ahora al chaval de 16 años que se marchó a La Seu?
–No me creería a mí mismo. Si le cuento lo que me está pasando me tomaría por loco. Seguro. Todo viene detrás de un trabajo duro, pero al ser un deporte tan incierto, nunca me lo he querido creer. De un día para otro pasas de ser primero a ser último.
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