Se cumplen 35 años del primer triatlón-hazaña en Valladolid
Uno de los Nuestros ·
El 14 de junio de 1987, 147 participantes se dieron cita en la playa de Las Moreras para disputar esta prueba tildada de épica y titánica, además de pionera en Castilla y León
Santiago Hidalgo
Martes, 14 de junio 2022, 00:36
Se cumplen 35 años del primer triatlón-hazaña en Valladolid
La Grecia de Nikos Galis se proclamaba campeona de Europa de baloncesto en Atenas venciendo en la prórroga a la favorita Unión Soviética; en fútbol, el Real Madrid ganaba la liga 86-87 tras derrotar al Real Zaragoza en La Romareda y el Burgos ascendía ... a Segunda. Al tiempo, el presidente español Felipe González estaba de visita en Brasil y Hans Vogel sustituía al premio Nobel de la Paz, Willy Brandt, después de 23 años al frente de los socialdemócratas alemanes. ¿Y en Valladolid? Ese 14 de junio de 1987, con el periódico El Norte de Castilla en los quioscos al precio de 60 pesetas, ocurría un hecho curioso. Se disputaba la primera competición de Triatlhon (sí, con h) en la ciudad y el bueno de Cardellá lo contaba en su crónica con las fotos de Álvarez del Campo.
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Pese a que el cartel anunciador de la entonces Fundación Municipal Deportiva referenciaba esta competición como I Triathlon Ciudad de Valladolid, prueba incluida dentro del Circuito Austral Sports y que comenzaría a las 10 de la mañana del 14 de junio con tres pruebas: natación 1 km; ciclismo 52 km. y carrera pedestre 10 km. en el entorno de Las Moreras, las distancias al final fueron algo menores, o diferentes, sobre todo en el sector de la bicicleta.
Si a priori esta cita multideportiva nos remitía a una competición exigente, más bien a la épica recurría el cronista. «Entretenida, espectacular, estremecedora». Una prueba que «intenta llevar el más difícil todavía a sus últimas consecuencias» y que requiere de los participantes «un corazón a prueba de bombas tanto en sentido físico como metafórico». Porque, seguía diciendo, «conjuga tres disciplinas tan contrapuestas y a veces antagónicas» que casi solo el hecho de inscribirse era un reto grandilocuente. Y eso lo hicieron 147 participantes de toda España, incluidas 6 mujeres.
Agua helada... y negra
No debió de salir tampoco un día excelente en lo climatológico, así que el esfuerzo hubo que redoblarlo cuando a las primeras de cambio había que vérselas con el río Pisuerga. «A las diez, todos al agua», decía en negritas Cardellá. Esto suponía ya de por sí otra hazaña mayor. Además de fría, y en esto ha cambiado poco, el agua del río no dejaba ver apenas algo a los competidores: «Estaba completamente negra y tenía que guiarme por la espuma de mis predecesores», imploraba un triatleta. Luego llegaría la bicicleta camino de Zaratán, Ciguñuela, Robladillo hasta llegar a Geria y después regresar al punto de partida de la playa de Las Moreras. Las distancias entre los participantes aumentaron y comenzaron a ser abismales. La última posta, la carrera, ya situó a los vencedores con casi dos horas de adelanto con respecto a los últimos clasificados cuando, además, la lluvia y el viento frío quiso añadir también un poco más de epopeya a la hazaña de estos «titanes», como se definía en la crónica que necesitaba de los competidores una «extraordinaria fortaleza física».
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«Estaba preparando el INEF y recuerdo un suplicio el sector del agua, luego remonté en bici», asegura Eugenio
Eugenio Izquierdo
Venció un francés de Biarritz, Didier Rebeyrol, a la sazón campeón de Europa, con un tiempo de 2 horas, 23 minutos y 43 segundos, seguido de su compañero de equipo Eduardo No, de Bilbao, que entró a 19 segundos, y de Juna Ayet (Austral Sport) y Carlos Santamaría, de Madrid, a más de un minuto después.
La primera mujer fue Isabel Dumall, de Jaca, con 2.51.34, perseguida de la gran favorita Dina Bilbao (Le Coq Sportif) a la que un pinchazo le impidió luchar por la victoria entrando a más de seis minutos de la vencedora. Cerró el podio A. Elosegui.
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También se entregaron reconocimientos al mejor de la región, Félix Castrillo Rafael, entonces preparador físico del Club Baloncesto Tizona de Burgos, y al primer vallisoletano, Eugenio Izquierdo Macón, de Huerta del Rey. Este, actualmente Doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad de León, rememora que se apuntó porque «estaba preparando en su momento el INEF y quizás fue Gonzalo Cuadrado el que me animó a inscribirme». Eugenio acababa de dejar el ciclismo federado en el club Fasa Renault y recuerda alguna cosa de la competición: «Creo que salí antepenúltimo del agua. Fue un suplicio. Luego comencé a remontar mucho en la carrera ciclista, que era mi fuerte, y al final la carrera la pasé como pude».
Un ciclista corriendo
Eugenio fue el primer vallisoletano y segundo de Castilla y León. Le entregaron dos copas que todavía conserva y, sin embargo, desconoce el puesto general en el que concluyó la prueba. Lo que sí recuerda fue el pensamiento generalizado de este incipiente deporte: «De aquella era imposible pensar que un ciclista corriera a pie. Era un tabú, no se daban las dos cosas. Eran, se decía, incompatibles a nivel muscular. Sí que es verdad que la sensación de bajar de la bicicleta y correr al principio era un golpe fuerte». El nadador palentino Domingo Jimeno Ibáñez, ahora campeón del mundo máster en Salvamento y Socorrismo, fue otro de los que también se apuntó y se hizo fuerte en el primer sector. Eran otros tiempos.
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No había nacido la Federación de Triatlon y Pentatlón Moderno de Castilla y León, que lo haría una década después, pero esta prueba en Valladolid supuso el primer contacto de este deporte con la ciudad. La del 14 de junio supone la prueba decana en Castilla y León que en ese mismo 1987 reunió otros dos triatlones más. Ese año, la firma textil cántabra Austral, una de las empresas que de manera evidente dinamizaron este deporte, lanzaba su II Circuito Nacional de Triatlón que constaba de ocho competiciones. Tras el estreno en Mallorca (Costa de Calviá), donde con 70 participantes se registró igualmente la victoria y el segundo puesto de Didier Rebeyrol y de Eduardo No, respectivamente, Valladolid, que en principio iba a ser la tercera prueba, finalmente fue la segunda. Hasta la ciudad del Pisuerga acudieron buena parte de los pioneros de este deporte en la región, que ya contaba con practicantes en varias provincias, además los mejores triatletas del momento y lo que sería más importante, medios de comunicación nacionales que se encargaron de cubrir esta para ellos noticia de un deporte llegado desde los Estados Unidos y casi desconocido. Aquí fue, nada más y nada menos, que épico.
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