Alberto Gaitero en el garaje de su casa en Laguna de Duero donde se ejercita a diario. El Norte

«¿Competir con mascarilla? No serviría de nada, el judo es un deporte de mucho contacto»

El judoca vallisoletano Alberto Gaitero ha instalado su particular gimnasio en el garaje de casa para mantener el tono físico y no echar de menos las facilidades del CAR

Sábado, 18 de abril 2020, 11:08

Cuesta encontrar entre el común de los mortales a alguien que no se reconozca incómodo en este confinamiento. Ya no que lo reciba de espaldas sino que, además, extraiga conclusiones positivas a un escenario que hasta hace bien poco le tenía en plena tensión pendiente ... de un calendario de vértigo que le debía conducir al sueño de todo deportista.

Publicidad

A Alberto Gaitero (Valladolid, 1996) no solo no le han quitado la sonrisa estas cinco semanas de encierro sino que en cierto modo hasta agradece una desconexión para volver a tomar impulso sobre el tatami. «Vuelvo a estar en casa, tengo tiempo que antes no tenía para estar con la familia y además tengo un montón de material para poder seguir mis entrenamientos. La verdad es que estoy bastante bien», reconoce desde su domicilio en Laguna de Duero minutos después de terminar su segunda paliza física del día.

«El mío es un peso muy competitivo pero mi intención es luchar por conseguir una medalla»

Alberto, que compite en un peso (-66 kilos) en el que ya se ha proclamado subcampeón del Mundo júnior, campeón de Europa sub-23 y bronce en el absoluto, tenía prácticamente el billete en la mano para los próximos Juegos Olímpicos de Tokio y el aplazamiento no le ha restado un solo gramo de ilusión. «Sí estás un poco fastidiado porque llevaba años de entrenamiento muy duro para conseguirlo y me encontraba bastante bien de forma, pero es lo que hay y ahora me lo tomo como un año por delante más de preparación», asume con resignación.

El judoca de Laguna de Duero pasaba largas temporadas concentrado en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid, y ahora ha debido adaptar el garaje de casa a lo más parecido a un gimnasio. «¡Tengo de todo, hasta una bici estática!», exclama. «Mi entrenador (Víctor Gómez) me ha proporcionado discos, gomas elásticas, tengo también una jaula,... para hacer físico no puedo pedir más», apunta, extrañando el contacto al que está acostumbrado en su entrenamiento diario.

Publicidad

Probablemente sea el judo uno de los deportes que más complicada tenga su vuelta por el contacto permanente al que se someten sus competidores. Alberto se toma a broma la posibilidad de competir con mascarilla. «No serviría de nada porque es un deporte de mucho contacto».

«Ahora estoy un poco por encima del peso pero nada que no se pueda arreglar a la vuelta»

Con un año por delante ahora para alcanzar su objetivo, la única inquietud que le perturba se centra en conocer el calendario que deberá afrontar hasta llegar a Tokio el 23 de julio de 2021, precisamente la ciudad en la que debutó el judo como modalidad olímpica en 1964. «Ahora en abril hubiera disputado el Campeonato de Europa y luego tenía un Máster clasificatorio. Ahora tienen que reordenar fechas», señala Gaitero, que no contempla la presencia en unos Juegos como el final de su aventura. «Es un peso competitivo en el que me tendría que pelear con japoneses, chinos, coreanos y rusos para estar en el podio pero mi intención es luchar por medalla. Con esa idea me había preparado para este verano y con más razón con un año más de margen», sostiene Alberto, que el próximo mes de julio cumplirá 24 años.

Publicidad

El judoca vallisoletano es consciente de que, en caso de no haberse cancelado los Juegos, algunos deportistas hubieran tenido cierta ventaja por la normativa más benévola que se ha aplicado en otros países. «Hay equipos que están entrenando confinados en otros países y aquí cada uno está en unas condiciones muy desiguales. Pero yo creo que lo primero es la salud y recuperarse de todo esto antes de pensar en otras cosas. Lo que nos ha sucedido es algo que trasciende a todo, por supuesto también de los deportistas, y hay que pensar en el bien común», comenta el judoca lagunero, que ha aprovechado estas semanas de reclusión para retomar sus estudios de Ingeniería Informática. «Aunque hago una o dos sesiones diarias de entrenamiento, hay más tiempo para hacer otras cosas». También para comer más, una de las principales preocupaciones de los judocas. «Estoy un poco por encima, pero nada que no se pueda arreglar a la vuelta», sonríe.

La sonrisa. Su mejor llave contra el confinamiento.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad