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El club de boxeo de Valladolid que lucha contra lo imposibleSantiago Hidalgo
Valladolid
Martes, 21 de noviembre 2023, 20:46
El boxeo está de nuevo tomando impulso. Con cualquiera que lo comentes, esta es la percepción generalizada. Después de unos años cuesta abajo, este deporte está volviendo a ser lo que fue. Y lo que fue remite, en lo que se refiere a Valladolid, a Esteban Núñez cuando este regentaba una escuela de boxeo una vez terminó su etapa profesional. Se ubicaba en la calle Industrias y daba cobijo nada más y nada menos que a un centenar de boxeadores. Era buen momento, sin duda. Luego pasó a un local de la calle San Blas e, incluso después, al garaje de su casa cuando las cosas se pusieron más difíciles. De allí, y pese al declive final, salieron los campeones de España, Mariano 'Nani' Rodríguez y Carlos Hernández 'Pecho Liebre', este varias veces campeón de Europa. 'Nani' tuvo también cerca el título europeo, pero cayó con Roberto Castañón en un combate celebrado en tierras leonesas que 'Nani' siempre decía que no mereció perder. Esto le restó poder optar al título mundial. Todos recuerdan que era un superclase.
También 'Nani' intentó expandir a sus pupilos su boxeo técnico, de piernas, estilista de escuela, disciplinado, el 'golpea y que no te peguen' y así tuvo escuela en Canterac y en el gimnasio Combat.
Desde hace 34 años, la Agrupación Deportiva La Campiña es la que ha recogido el testigo forjando buenos boxeadores. El gimnasio del antiguo colegio Constanza Martín (aún con una canasta de baloncesto en su frontal) sirve de acomodo para que el boxeo haya arraigado en el Barrio España con la misma fuerza con la que Esteban Núñez vio crecer a sus pupilos. Allí, al frente, Domingo Rodríguez 'Mingo', que vino del Kickboxing, ve mañana y tarde cómo desde los mayores hasta los escolares ocupan todas las horas del día para hacer deporte, entrenar, y algunos, cerca de una veintena (11 ya de facto y 8 o 9 que vienen detrás), para competir. «Seremos ya unos cien entrenando. Estamos en un gimnasio humilde en un barrio humilde. La Agrupación Deportiva La Campiña hace alguna otra actividad, pero el boxeo es el que está pegando», dice Domingo, mientras despide a los chicos y alguna chica de ese turno y da la bienvenida al siguiente. Domingo siempre está. Perenne.
«Para ser boxeador hay que echar trabajo y más trabajo. Puedes tener cualidades, pero si no trabajas…». Domingo Rodríguez ya ha visto durante este tiempo a muchos buenos púgiles que han acabado su carrera de forma prematura. De hecho, recuerda cuando Salvi Jiménez, que próximamente peleará por el título de campeón de Europa en Valladolid, llegó con 13 años al gimnasio: «Era un buen deportista, aunque no es que destacara del resto. Ha sido un tema de esfuerzo diario y constancia».
Así es. Dentro del cuadrilátero, Salvi hace flexiones, saltos, y boxeo de sombras. Cerca de la fecha clave, el próximo 25 de noviembre, se machaca más todavía. Alguno de los chicos más jóvenes le observa haciendo ejercicios. «El que Salvi entrene junto a los chavales es muy positivo. Algunas veces hace guanteo con ellos: Juega más bien, no los golpea, pero disfruta y ellos claro lo agradecen», dice Domingo.
Hace diez años, Domingo se propuso unas metas. Llegar a tener algún campeón de España, estar en la selección española y contar con un olímpico. La aventura era más que compleja. «Cuando lo comentaba, nadie me creía. ¡Eso es imposible, imposible decían! Sin embargo, logramos meter en la elite nacional a Toñín (Iglesias), Miguelón (Miguel Cuadrado), Salvi, incluso a Hernán, con varios campeonatos de España», dice Domingo y añade: «Miguelón se quedó a un combate de ser olímpico y todo porque la pandemia nos frenó. Entonces pensé, esto se nos ha ido de las manos».
Ahora las metas se han renovado. Junto a los europeos de Salvi y de Isa Rivero, que también empezó en este gimnasio y que cuenta con el mismo entrenador que él, Diego Uceta, asoma ya el llevar a Salvi Jiménez a pelear por un Mundial. Eso, y sacar para adelante la nueva hornada de boxeadores para que den parecidos éxitos que los anteriores. Una nueva lucha contra lo imposible.
Y la historia continúa
Salvi jugaba al fútbol de delantero o medio punta en el Industrial Delicias cadete. Tenía una posible opción de fichaje con el Betis. «Era bueno», dice, aunque nunca llegó a entrenarse con la entidad verdiblanca. A cambio entró de lleno en el boxeo. «Me trajo mi padre aconsejado por un amigo. Yo era un poco movidito. Tenía mucha agresividad y necesitaba desahogarme y canalizarla. El boxeo me fue gustando. Es más trabajo que talento», indica Salvi.
Muy pronto se fue marcando metas. Vio cómo entrenaba Miguelón y Toñín y quiso llegar a la misma intensidad que lo hacían ellos. En poco tiempo lo logró. Luego fue campeón de Castilla y León, después de España. «Mi primer objetivo es no perder nunca en España», señala. A posteriori, fueron los JJOO una vez fue seleccionado con la española, sin embargo, un cambio en la reglamentación de su peso (60 kg) impidió que pudiera culminar ese reto. Y se hizo profesional y pudo ver la gran diferencia entre ambos boxeos.
Con serenidad, aplomo y seguridad, desliza lo que va a ocurrir el próximo combate: «Voy a ser campeón de Europa el día 25. Por el trabajo que hago día a día, por mi esfuerzo. Los combates se ganan entrenando». Su rival dice en muchas ocasiones es la báscula. «Cuando doy el peso digo ya he ganado. Me cuesta, porque me gusta comer», indica. Después de ser campeón de España, la Unión Europea y, si así sucede, de Europa, lo siguiente serla el campeonato del mundo. «Espero para finales de 2024, comienzos de 2025 poder hacer alguna eliminatoria».
Los chavales del nuevo turno entran justo cuando Salvi Jiménez concluye su sesión. Hoy un poco más larga. Se cruzan con él que comenta: «Me gusta ser un ejemplo para los jóvenes como antes lo hicieron conmigo. Todo lo que pueda ayudarles… Yo pase por eso. Eso sí, los nuevos vienen muy fuerte. El boxeo está creciendo», señala. Y concluye, «no he cambiado de club, aquí empecé y aquí moriré. Seguimos siendo una piña. Eso marca la diferencia». Su fidelidad al gimnasio y a los suyos es otro de los golpes clave.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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