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Álvaro Muñoz
Astudillo
Viernes, 10 de agosto 2018
Los astudillanos ha salido cabizbajos del Centro de Día tras el sexto puesto de Óscar Husillos en el Campeonato de Europa de Berlín. En tan solo 45 segundos, los vecinos y amigos que se habían reunido para disfrutar de su paisano pasaron de la ... ilusión a la decepción. Las expectativas eran grandes y el golpe, a pesar de sentirse orgullosos, fue mayúsculo para una localidad que abarrotó el centro para impulsar a Husillos con su aliento.
A falta de diez minutos para el inicio de la final de los 400 metros lisos, el salón del Centro de Día era un verdadero hervidero. Nadie se quería perder la carrera. Las manecillas del reloj se desgastaban de tanto mirarlas y los nervios se apoderaban de todos los presentes, a pesar de que el optimismo reinaba en la sala. «Llega en un buen momento de forma. Seguro que gana», aseguraban varios vecinos de la localidad palentina que han visto crecer a Husillos. A cien metros del Centro de Día, lejos del bullicio y los cánticos de ánimo, se encontraban en un bar sus abuelos, Pablo Domingo y Mari Carmen Moreno, que no parpadearon para ver a su nieto en Berlín.
«Le hemos visto hacer buenas carreras esta temporada. Se encuentra en un muy buen estado de forma y seguro que consigue una medalla. Durante esta semana hemos hablado mucho con Óscar y nos dice que está preparado física y mentalmente para la final», relataban antes del inicio de la prueba sus abuelos.
Ese optimismo de sus abuelos no se pudo plasmar en la pista de la ciudad alemana, donde su nieto, por la calle ocho, no pudo alcanzar a sus rivales ni uno de sus sueños. Justo segundos antes del pistoletazo de salida, el silencio invadió la multitudinaria concentración para animar a Husillos. Los vítores hacia Óscar se notaban en toda la localidad, a pesar de que a su paso por el 200 los malos presagios empezaban a reflejarse en las caras de los astudillanos. «Tiene que remontar mucho en los últimos cien metros», «no lo va a conseguir», eran los comentarios de los paisanos de Óscar. Otros más optimistas confiaban en las piernas de Husillos, aunque finalmente terminaron agachando la cabeza.
Con el sexto puesto del velocista español, los ojos de muchos astudillanos se tornaron en vidriosos. Las lágrimas no terminaban de asomar, pero la decepción era latente en el seno de sus amigos. Nadie quería escuchar la realidad del sexto puesto y la marca de 45.61 segundos, muy lejos de la que marcó hace unas semanas en Madrid (44,73), cuando se batió con Hortelano para ver quién era el español más rápido de los 400 metros. «Con el tiempo de Madrid, Óscar sería campeón de Europa», «le ha perjudicado claramente correr por la calle 8», se lamentaban los astudillanos antes de abandonar desilusionados el Centro de Día.
Pero esa desilusión y decepción que se palpaba en el ambiente no impidió que los aplausos y el nombre de Óscar retumbase entre las paredes del Centro de Día. La localidad palentina se mostraba orgullosa de la hazaña sin recompensa de Husillos, aunque en el cuello de Óscar no brillase ningún mental.
En una muestra más del cariño que procesa Astudillo a Óscar Husillos, lo vivido ayer en su localidad natal sirve para que el velocista palentino vuelva a coger un impulso de energía para centrarse en los próximos objetivos. En el horizonte de Óscar Husillos y de los astudillanos ya se encuentra una de las próximas grandes citas, los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020. Hasta esa fecha, el aliento y el apoyo de los astudillanos hacia Óscar seguirá muy presente.
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