A pesar de su juventud (17 años), Lidia Mateo, la patinadora vallisoletana del Club Patinaje Renedo que preside Henar Calderón, ya cuenta con un nutrido palmarés en su haber. Participar en un mundial era uno de sus sueños y no es algo que esté al ... alcance de cualquiera, aunque sea en un deporte minoritario como el patinaje sobre ruedas. «Requiere de mucho trabajo y sacrificio, mucha ilusión también y todo junto es lo que nos ha llevado al mundial», comentó la vallisoletana.
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Y ese sueño se hizo realidad en el World Skate Games 2022 de patinaje artístico celebrado en Argentina el pasado mes de octubre. «Yo ya pensaba que el hecho de estar allí, compitiendo ya era un logro y una satisfacción», apuntó. Pero lo mejor estaba por llegar cuando conquistó la medalla de plata y el subcampeonato del mundo. «Fue una alegría inmensa, quedar segunda fue como rematar la faena y supone mucha ilusión y por supuesto, un honor». Quien sabe si un día, en un futuro no muy lejano, pueda subirse a lo más alto del podio. «Ojalá, pero creo que para eso aún queda mucho y hay que seguir trabajando».
Su día a día a día transcurre prácticamente en dos verbos. Entrenar y estudiar. «Entreno casi todos los días de la semana unas tres horas», señala. Por la mañana acude al Colegio San Agustín, donde cursa segundo de Bachillerato. Y como cualquier estudiante, estudia, hace los deberes y resalta el apoyo, la ayuda y los ánimos de sus compañeros y profesores. «A veces, en clase ponen para verme mientras compito», recuerda con una sonrisa.
No es porque sea su pupila, pero para su entrenadora, Paula Álvarez, «Lidia reúne un montón de valores deportivos, es una niña muy disciplinada, responsable, muy organizada a la hora de trabajar y es una patinadora que aparte de lo que yo la puedo enseñar estudia mucho en casa también», comentó.
Destaca que tiene una muy buena planificación de objetivos «y necesita saber que ha aprovechado el cien por cien el entrenamiento. Si un día viene a la pista y no rinde al cien por cien, porque esté cansada, porque tenga exámenes, al día siguiente viene y te da un extra». Yesa es la clave de su éxito.
No la ve techo, «porque reùne un montón de condiciones que debe tener un deportista de elite, no solo es organización, disciplina, mantiene muy bien la ilusión y la motivación cada día en su entreno; sabe enfocar bien una meta y un proyecto, no lo pierde vista. No tiene tope; iremos remando hasta ahora hasta ver donde llegamos», dijo su entrenadora, ayudada también por la labor de Andrea Álvarez y Sandra del Valle.
El patinaje no está siendo un obstáculo para compaginarlo con sus estudios. «Es difícil, no lo voy a negar, pero si me planifico bien, sé lo que tengo que hacer en cada momento», explicó. «Con organización, trabajo y sacrificio se puede conseguir», añadió. Y es que sola o en pareja (también participa junto a su compañero Manuel Delgado), la joven deportista no escatima esfuerzos sobre la pista ni en los entrenamientos ni en la competición.
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Es consciente de que practica una modalidad deportiva de las consideradas como minoritarias, y espera, tras este logro, que adquiera una mayor visibilidad, «y gracias también a que otros compañeros consiguen otros logros, otros récords, poco a poco se va visualizando, se va conociendo un poco más».
Comenzó con el patinaje a los ocho años de edad, primero en la modalidad de hielo, pero al ser difícil de practicar de un modo continuado en Valladolid, cambió las cuchillas por las ruedas. «Cuando era pequeña, empecé a patinar sobre hielo, pero aquí en Valladolid no hay muchas posibilidades de seguir, por ejemplo, en verano no hay posibilidad de patinar en hielo, así que me cambié a las ruedas, que se puede practicar todo el año y aquí estamos», comentó. «Mis amigas iban sobre hielo y quería ir a patinar con ellas y me gustaba. Seguí adelante y me cambié para entrenar y mejorar más». Es la razón por la que eligió esta modalidad deportiva y no otra.
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A sus 17 años, Lidia Mateo también demuestra una madurez mental, gestionando las emociones y los nervios que supone estar en un mundial y la presión de obtener una medalla. «En la primera estuve más tranquila, con los lógicos nervios de la primera vez de un mundial. No sabía que iba a pasar, así que salí tranquila y a a disfrutar. No voy a engañar a nadie, con algo de presión porque era la primera vez, pero luego, cuando iba la segunda, tampoco es que pasara muchos nervios; no lo quería pensar mucho. Y una vez que sales la pista, te colocas en posición y suena la música ya te concentras solo en lo que tienes que hacer».
Lidia Mateo ha conseguido alzarse como una de las mejores de su disciplina deportiva y es un ejemplo para los niños y niñas que vienen detrás y que practican este deporte. «El trabajo es importante y no hay que tirar la toalla; a nadie le sale todo bien a la primera y no es fácil, pero si trabajas, con sacrificio y esfuerzo se puede conseguir». Ese es su consejo.
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