«Mi límite del miedo es mucho más alto que el del resto de la gente»

Eneko Pou lleva toda la vida en las alturas, ascendiendo montañas y viviendo en la naturaleza, siempre acompañado por su hermano Iker. Juntos han llevado a cabo el proyecto Siete Paredes, Siete Continentes, que fue el punto de partida de estos escaladores internacionalmente conocidos. Esta tarde dan una ponencia titulada 20 años de montañas verticales en el Centro Cultural Provincial, que pone punto y final al décimo Ciclo de Proyecciones de Montaña Ciudad de Palencia 2017, organizado por el club de Montaña Espigüete.

-¿Qué van a contar esta tarde a los palentinos?

-Vamos a hacer un resumen de lo que es nuestra carrera y nuestra relación con las montañas desde pequeños. Aparecerán nuestras expediciones más importantes, nuestros proyectos, escaladas en La Antártida, en El Ártico o en el Himalaya. Esperamos que les resulte interesante al público que venga.

-¿Cómo comenzaron en el mundo de la escalada?

-Empezamos desde enanos. En Euskadi, se ha vivido mucho de cara al monte por lo que la tradición nos viene de nuestros padres, que se conocieron en la montaña y desde siempre nos han llevado al monte. Así que digamos que ha sido como una línea lógica en nuestra vida.

-Así que llevan toda la vida...

Escalando empezamos en 1991, pero realmente montañas, ir al monte y trepadas fáciles lo hemos hecho desde que tenemos uso de razón. Nuestras primeras montañas en los Picos de Europa y nuestros primeros tresmiles en Los Pirineos fueron en la mochila de nuestros padres. Ellos andando y nosotros sobre su espalda.

-¿De qué proyecto se siente más orgulloso?

-Puede ser el de Siete Paredes, siete continentes, porque fueron cinco años, que nos permitió dedicarnos a la montaña en cuerpo y alma, conocimos muchos sitios e hicimos cumbres muy bonitas. Ese proyecto porque fue el primero y fue realmente ilusionante.

-¿Cómo lo llevaron a cabo?

-Le dimos un poco a la imaginación porque queríamos sumar dos de las cosas que más nos gustan en el mundo, ascender montañas y viajar. Le dimos muchas vueltas para lograr un proyecto atractivo y conseguir patrocinadores. Eso fue el punto de inicio de la carrera que llevamos.

-¿Es muy difícil conseguir patrocinadores?

-Sí, sobre todo con el tema de la crisis y, la verdad, es que hasta el día de hoy. Hasta para nosotros es realmente difícil, que llevamos muchos años en esto, que somos reconocidos internacionalmente. Nos cuesta un montón encontrar patrocinadores para poder llevar a cabo nuestros proyectos.

-¿A ustedes también les cuesta?

Sí, hemos presentado hace unos días el proyecto Cuatro Elementos y todavía no hemos conseguido sumar a uno de los patrocinadores principales. Así que imagínate cómo tiene que andar un chico joven que esté comenzando y que tiene ganas de sacar la cabeza, lo tienen que tener realmente difícil.

-Trabajando a la vez es imposible...

Claro, si tienes que trabajar aparte, mantener el nivel internacional es imposible porque hay otros países que sí que apuestan por esto. Al final poder competir entre comillas, que en el monte no se compite, pero poder hacer actividades al nivel de la gente que sí que tiene las 24 horas para prepararse es realmente difícil.

-¿En qué consiste su nuevo proyecto?

-Vamos a hacer un proyecto relacionado con los cuatro elementos, que son el viento, la tierra, el agua y el fuego. Acabamos de hacer el de Patagonia, el relacionado con el viento. Todo el proyecto va a ir relacionado con esto, es muy bonito y variado.

-¿Cómo se preparan para llevar a cabo los ascensos?

-Nosotros gimnasio prácticamente no hacemos. A veces entrenamos en las lonjas que tienen paneles artificiales, cuando llueve mucho. Pero todo lo hacemos en el monte, escalar, correr, andar en bici, todo, siempre que podemos, al aire libre.

-¿Hay que ser de otra pasta para dedicarse a la escalada?

-Lo que hay que tener es muchas ansias por vivir. Luego la gente dice que la montaña es muy peligrosa, pero yo creo que una cosa lleva a la otra. Nos gusta vivir con intensidad, vivir el momento y tienes que ser una persona motivada, con afán de superación, de sacrifico. Si tienes eso puedes lograr hacer cosas muy bonitas en el monte. Es para escaparte un poco de la zona de confort, de la ciudad, de las comodidades, de la vida que llevamos y salir de ahí.

-¿Qué siente cuando escala?

-Se siente libertad cuando se escala. Es una sensación de relación con la naturaleza, eso que el ser humano ha ido perdiendo. Cuando llegaron los blancos a Estados Unidos y estaban los apaches, la relación era muy estrecha y eso lo hemos ido perdiendo. Los montañeros reivindicamos con nuestra actividad la relación que ha tenido el ser humano con la naturaleza.

-¿Le gusta más la escalada o llegar a la cumbre?

-Yo creo que como dijo Antonio Machado El camino se hace al andar. Mucho más importante que la cima es todo el camino hasta llegar a ella, que es muchísimo más tiempo. La cima es un poco la consecución, la guinda, es un momento dulce pero todo lo que andas hasta llegar a ella es como la propia vida, es el camino. Lo que sufres, lo que disfrutas, lo que te ríes. La cumbre puede ser unos minutos o una hora tras un ascenso de dos meses.

-¿Ha sentido miedo durante algún ascenso?

-Por supuesto, la diferencia es que nuestro límite del miedo es mucho más alto que el de otra gente. Lo que intentamos es no entrar nunca en pánico, es un miedo controlado. En el momento que entras en un descontrol del miedo y este se apodera de ti es cuando estás en peligro y puedes tener un accidente grave.

-¿Cómo logra controlarlo?

-Pensar en positivo. Además tenemos mucha experiencia en el monte. Si la situación te supera, pues respiras cuatro veces, le das una vuelta a la cabeza, te relajas. Es un trabajo mental que lo dan los años de experiencia en el monte.

¿Tiene alguna montaña favorita?

-La más bonita que hemos ascendido es el Cerro Torre en La Patagonia. Si no es la más bonita del mundo, está entre las cinco, sin duda. La hicimos en el 2013 y nos hizo mucha ilusión.

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