miguel a. pindado
Miércoles, 18 de enero 2017, 02:48
España sumó su cuarto triunfo en el Mundial frente a las nuevas normas del balonmano, que permiten atacar con siete hombres de campo y que Macedonia utilizó durante todo el partido. Pese a ello, los Hispanos hicieron valer su excelente defensa y además recuperaron a Raúl Entrerríos, que debutó en este campeonato.
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El técnico Lino Cervar presentó un ataque perenne con siete hombres de campo, dejando su portería desguarnecida y puso en evidencia a la defensa española, incapaz de frenar a los macedonios, que incluso se gustaron en algunas jugadas. Sin lugar a dudas, el veterano técnico croata sabía cómo sacar partido de las nuevas normas del balonmano. Por contra, España, que con el tradicional ataque de seis hombres llegó a colocarse con un elocuente 5-8, se contagió de sus rivales y colocó también un ataque con siete jugadores en unos minutos realmente nefastos. No le salió ni una sola jugada y en menos de dos minutos había dejado a Macedonia el mando en el marcador, con goles de porteria a portería que dejan en mal lugar al propio juego del balonmano.
Con el marcador en contra y la evidencia de que los siete hombres de campo no eran la solución, los Hispanos parecieron empequeñecerse ante la mayor solvencia de Macedonia, que llegó incluso a colocarse tres goles arriba. Un mayor ajuste defensivo y las paradas de Gonzalo Pérez de Vargas permitieron a España dar a los macedonios de su propia medicina y justo antes del descanso empatar el choque. Pudo disponer España de mayor ventaja, con la exclusión de Velko Markoski, pero los colegiados lituanos, especialmente quisquillosos con los bloqueos de Aguinagalde, excluyeron de inmediato a Virán Morros. En esos minutos, además debutó en el Mundial Raúl Entrerríos, que le dio otro aire al ataque español para comenzar la segunda parte en igualdad en el electrónico.
Tras el descanso España salió mucho más centrada en defensa y Macedonia ya no se pudo permitir los lujos de la primera mitad. En ataque, con Raúl Entrerríos como director de juego, fue Alex Dujshebaev quien por fin entró en el Mundial y mantuvo a los Hispanos con sus lanzamientos inverosímiles. Pero llegó el minuto 40, con la exclusión de Mirkuleski, y el partido cambió por completo. España aprovechó esta situación especial en superioridad para dar un golpe encima del parqué y conseguir un parcial de 0-2 (18-20).
Los macedonios acusaron el hecho de comprobar que en cuanto no eran siete en ataque sufrían sobremanera a la defensa hispana, e igualmente la zaga española cobró aún mayor valor e intensidad, incluido el portentoso Gonzalo Pérez de Vargas bajo los palos. Además, España no se cebó a la hora de lanzar directamente a portería cuando recuperaba el balón, confiando plenamente en su capacidad ofensiva en segunda oleada o incluso en estático. Y es que Macedonia atacaba con siete pero a la hora de recuperarse en defensa se mostraba especialmente remolona, lo que aprovecharon los exteriores hispanos para hacer sangre y escaparse definitivamente en el marcador en cinco minutos excelsos (22-28, min. 50).
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España había superado incluso una inferioridad sin ceder el mando en el partido y puso sobre el tapete sus credenciales para ser primera de grupo, a falta del partido de hoy ante Eslovenia.
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